Atrapada((COMPLETA)) #1

Capítulo Treinta y Cuatro. Tecnologías.

¡Mierda!

De repente y sin que nadie lo hubiese planeado, mi móvil empezó a reproducir una grabación. Recordé en ese instante el día en qué Alí me había dicho que mi teléfono estaba encendido en mi bolsillo. ¿Sería posible que mi poca maña con las tecnologías estuviese ahora salvándonos la vida?.

-¿Me vas a decir ahora qué pasa?.

-Tu suegra me ha amenazado en el baño con que nunca me casaré con Abdel porque él es para Amina. ¿Qué tienes qué decirme al respecto?.

-¿Qué ha hecho qué?.

-Escucha, Alí. Confío en tí y en tu autonomía para tomar decisiones pero creo que deberías enterarte de cuáles son los intereses de Amina antes de involucrarte más de la cuenta.

-Entonces, ¿tu madre te ha asegurado qué es su intención casar a Amina con Abdelkader?.

-Incluso llegó a decirme que si no fuera por el mal estado de las cárceles de Marruecos, me quitaría de en medio.

-Entonces debemos ir a un sitio antes.

-¿A dónde?.

-Esta vez seré yo quien te coja del brazo, Helen. Debes confíar en mí.

Después de eso, se escuchó todo lo que Alí y yo habiamos hablado aquella noche aunque fuí lo suficientemente habilidosa como para cortarlo antes de que se escuchase la voz de Amina. Su madre seguía pensando que vivía en Londres y debíamos proteger su paradero.

-¿Quién se vuelve a Inglaterra ahora, señora?.

-Me las pagarás, Helen Brown.

-Puede intentarlo tantas veces como quiera pero le aseguro que jamás podrá separarme de Abdel. El amor siempre triunfa pero la obsesión suele fallar. Téngalo en cuenta.

-Señora Nisba-le habló Abdel-. Váyase ahora mismo sino quiere que llame a la policía.

-Abdel, ¿no ves que te están engañando?.

-Señora, su veneno no es bien recibido en esta casa.

Se fue mascullando insultos después de dedicarme la mirada menos cuerda de cuentas me habían lanzado en mi vida.

Tras cerrarse las puertas, Abdel se abrazó a mí llorando de nuevo.

-Helen, siento haber desconfiado de tí.  Las palabras de esa mujer penetran en tu mente como si de una encantadora de serpientes se tratase.

-No importa, Abdel. Por suerte mi poca habilidad usando móviles ha dado sus frutos. Ni siquiera sé porque lo llevaba encima. Fué una especie de intuición.

Me volví a abrazar a él. Tras nosotros, Alí seguía de pie y un "gracias" susurrado sólo para mis ojos salió de sus labios. Aquel día fue cuando nos convertimos en verdaderos hermanos. Sin importar líneas de sangre, tan sólo nuestra sólida lealtad.

-Alí-lo llamó mi futuro marido antes de que éste se fuese-. También siento haber puesto en duda tu moralidad. No volverá a ocurrir. Te lo prometo.

-No pasa nada, hermano. Lo realmente triste de esta historia es darme cuenta de qué mi suegra está ida de la cabeza. Espero que la tuya esté más cuerda aunque no importa, la verás poco. Os veré en la cena, tortolitos.

-Tu madre no está medio loca, ¿verdad?.

-¡Abdel!. ¡Por supuesto que no!. No hagas que me arrepienta de haberte perdonado.

-¿Tenías pensado clavarle eso a alguien?.

Me percaté de que aún no había soltado las tijeras que le había robado a Aisha y recordé el verdadero motivo de haber salido en busca  de Abdel.

-Es la llave de la caja fuerte de tu padre.

-¿Unas tijeras?.

-Que estaban dentro de una caja de metal abollada. No se tú pero yo tengo muchas ganas de descubrir qué es lo que pasa con la suegrecita de tu hermano.

-Y yo. ¡Vamos!.

Volvimos a la buhardilla donde Abdel colocó la flor de lys encima de una extraña cerradura situada detrás de un cuadro.

Demasiado típico....

Al abrirse, una pequeña cavidad albergaba unos seis tomos de libros de terciopelo granate manuscritos.

-Tenemos suerte de que nos guste leer, Helen.

-Demasiada aunque no todo son buenas nuevas. Aún no sé leer árabe.

-Entonces siéntate a mi lado. Te enseñaré aunque aprender a leer a tu prometida con las memorias de tu padre resulte extraño.

-Y qué lo digas, Abdel.

-¿Comenzamos?.

Sentados sobre una alfombra de pelo blanca, mi prometido comenzó a traducirme los escritos.

¿Qué encontraríamos en ellos y cómo podrìan afectarnos?.

Por favor,  que sea para bien.