Capítulo Veintinueve. Amenazas en la Oscuridad.

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Tras guiñarle un ojo con descaro, volví de nuevo a encontrarme con Abdelkader quien andaba paseando por los jardines.

-¿Otra fiesta, Abdel?.

-Llevas encerrada en casa desde que llegaste de Londres a Marrakech ya no recuerdo cuanto tiempo hace. Te vendrá bien salir, saltarte la dieta a mis espaldas con una copa de vino y bailar con el patoso de mi hermano.

-Abdel, no debes echarte culpas que no tienes. Yo soy feliz aquí, es más que evidente.

-Lo sé pero debes disfrutar un poco antes de que te secuestre en la familia Alfasi y si hacemos caso a lo que el doctor dice, la fecha está muy próxima.

-Cierto.

Pensé en ese momento en la futura reacción de mis padres cuando les llamara después de casi tres meses para decirles que me iba a casar. Probablemente echarían las manos a la cabeza y me interrogarían durante una hora pero estaba segura de que tan pronto conocieran a Abdelkader, se disiparían todas sus dudas.

Hablando de llamar,  se me había olvidado comentarle a David acerca de que todo iba bien.

-¿En qué piensas, Helen?.

-En que soy la peor de las amigas. Cuando te dejé en Londres, acabé por caprichos del destino en casa de un chico que me dió trabajo y cobijo hasta que Alí vino a buscarme. Prometí llamarle y visitarle tan pronto estuvieses bien.

-Bueno creo que si es tu amigo entenderá perfectamente tu situación. Te he tenido muy ocupada. ¿Por qué no lo invitas a la boda?.

-Esa es una buena idea. Me da menos miedo llamarlo a él que a mis padres. Hace tres meses que no los llamo.

-¡Helen!.

-Soy culpable de ser una desapegada. Lo sé. Incluso en Salisbury no fuí a visitarlos pero tengo excusa. Tú te morías y el tiempo estaba en nuestra contra.

-Sólo por eso no me enfadaré contigo pero deberías cuidarlos más. Yo más que nadie se lo que se echan de menos cuando no los tienes.

-Lo sé.....

-¿Por qué no entramos y le decimos a Aisha que nos acompañe a comer hoy en el jardín?.

-¿Un picnic vegano?.

-Más o menos. Creo que ella podrá ayudarnos a organizar la boda.

-Me parece ideal, Abdel. Aisha tiene más delicadeza para esas cosas.

Convenimos tras el almuerzo, celebrar la boda en el jardín de la casa. No teníamos pensado invitar a mucha gente porque deseábamos que fuese una boda íntima y aunque aún no había fecha, se decidiría tan pronto le diesen el alta a mi prometido. Así haríamos una doble celebración y yo tendría más tiempo para asimilar la notificación a mis padres.

Al día siguiente y tras discutir con Alí porque me había comprado el, estaba segura, vestido más caro de toda la tienda, me enfundé en él para acompañarlo al hotel de la zona nueva de Marrakech donde se celebraría la famosa cena. Me costó horrores despedirme de Abdel pero al menos sabía que la fiesta no se dilataría mucho en el tiempo y que pronto estaría junto a él.

-Os estáis volviendo muy pegajosos, hermanita.

-¿Qué harías tú si hubieses estado a punto de ver morir a la persona qué amas?.

-Está bien. Tienes razón.

-Una cosa, Alí.

-Dime

-Sé que Justin no está en la lista de invitados pero, por favor, no me dejes sola. Ya sabes lo que pasó la última vez.

-No te preocupes por eso. También Abdel me ha amenazado al respecto así que voy triplemente concienciado.

La cena fue deliciosa. De todos mis conocidos era sabido que no me gustaba comer demasiado pero cuando después de pasarme dos semanas siguiendo una dieta alcalina anti-cáncer vi el cuscús y el cordero, se me hizo la boca agua. Comí con mesura aunque, siendo honesta, me habría comido más.

-Alí, ¿nos dirás quién es tu acompañante?.

Una señora de mediana edad nos abordó mientras cenábamos.

-Ella es Helen Brown, mi nueva hermana. Pronto se convertirá en la mujer de Abdelkader.

-¿Abdelkader prometido?. ¡Qué gran noticia!.

-Así es, señora Nisba.

-¿Y por qué no la ha acompañado él mismo?.

-Porque se encuentra en Londres haciendo unas gestiones de suma importancia-contesté-. Siento ser grosera pero no me gusta que me interrumpan mientras ceno. ¿Le importaría continuar la charla en otro momento?.

A Alí, que bebía vino justo en ese instante, le faltó poco para atragantarse con él al escuchar mi respuesta y supe que había hecho algo excepcional cuando vi la cara de mala leche con la que me miró la señora Nisba. Aún así, se fue por pura vergüenza.

-Helen, ¿sabes lo qué has hecho?.

-¿Darle largas a un cotilla de mucho cuidado?.

-¡Ella es la madre de Amina! La que se suponía iba a ser mi suegra pero te felicito, has sido capaz de echarla si  que abra la boca más de lo debido.

-¿Es Amina cómo ella?. Porque si lo es ya te digo desde este instante que no te voy a dar mi bendición.

-Helen, por favor, ¿me crees tan idiota?.

-Déjame pensar....

-¡Helen!.

Me reí pues era igual que un niño pequeño con su ego dolido. Hubo un baile después donde recordé las palabras de Abdel. Alí era nulo en esas artes así que acabamos sentados en una mesa bebiendo copas.

-Alí, tengo que pedirme el último favor del día.

-¿Te meas?. Te acompaño.

-¿Por qué lo sabes?.

-Llevas bailando sentada media hora.

¿Tan notorio era?.

Cuando logré vaciar mi vejiga, sentí tal alivio que no ví a la señora Nisba que me esperaba justo en la zona de lavamanos.

-Señora, ¿tiene pensado matarme de un susto?.

-Me encantaría pero las cárceles en Marruecos no son buen hogar para una mujer.

-¿De qué narices habla?.

-De que no seas tan inocente como para cantar victoria, inglesita porque no voy a permitir que tu boda con Abdel llegue a buen puerto. Él debe casarse con mi hija.

-Pues me parece que la lleva clara, señora.

-¿Crees qué no me saldré con la mía?. Llevo años preparando a Amina para ello y ni tú ni Alí seréis un obstáculo.

¿En serio me van a tocar todos los locos a mí?. ¿Me habré confundido de carrera?.

Atrapada((COMPLETA)) #1Where stories live. Discover now