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POV PAUL:

¡Oh, Dios mío!
El grito de Rose ha sido terrible.

Phoebe es la primera en salir corriendo de la cocina, le sigo muy de cerca, con el cuidado de no pisarle los pies o tirarla. Subimos tan rápido, que nuestras respiraciones se escuchan con claridad. Al llegar a la habitación, encontramos a la pequeña sentada en el suelo, llorando a mares. Mi esposa ahoga un grito al ver la mano de la niña, tiene sangre y se queja de un fuerte dolor.

—La puerta —nos dice entre lágrimas. Demonios, se ha aplastado el dedo con la puerta.

—Déjame ver, cariño. —Le pido colocándome frente a ella. Se niega y llora a un más fuerte.

—Duele, papi, duele mucho. —Me dice, con su labio inferior temblando.

Creo que se ha partido la uña o algo así. Mi pobre niña. No mueve el dedo, y se niega a que le toquemos. Me preocupo, mi amor también lo hace, su gesto contraído en el rostro, me indica que no está bien, aquí uno de los dos debe mantener la calma, y seré yo.

—Phoebe, hay que localizar a la doctora. —Le explico cogiendo en brazos a la niña. —Le llevaré a la cocina para limpiarle y colocar hielo antes de que se inflame.

—Está sangrando, Paul —murmura. Su cara está pálida. —Como tú...

—Phoebe —siseo, tocando su hombro. Ver sangre abundante no le hace bien. —Amor, ve por Manuel. Me encargaré de llamar a Theodore para que le cuiden mientras vamos con Rose al hospital.

Le dejo dentro de la habitación, recogiendo el bolso de nuestro hijo. Y de inmediato bajo hasta la sala para marcar a la casa de los señores Grey.

—Buenas noches, casa de la familia Grey. —Reconozco la voz de Gail.

—Gail soy Paul, ¿Está Theodore o Clare cerca?

—Sí, en un momento le comunico.

Espero unos segundos, Rose continúa llorando y su dedo se ve terriblemente inflamado.

—Paul. —En cuanto le escucho hablar, respondo yo.

—Thed, necesitamos que cuiden de Manuel unas horas. Rose se ha prensado el dedo con la puerta, ¿Podemos llevar al niño?

—Por supuesto, ni siquiera deben preguntar. Aquí les esperamos.

Termino la llamada y voy a la refrigeradora por un poco de hielo, lo pongo en una toalla y se lo coloco la más suave que puedo sobre el área afectada. Se queja del dolor nuevamente, trato de calmarme susurrándole que todo va a estar bien. Phoebe baja con el pequeño en brazos, y los bolsos. Me dice que la doctora está en turno, y nos esperará para atendernos, además de unas cuantas indicaciones para el viaje. Le quito uno y camino de prisa para llegar al auto, tanto Sawyer como Ever están descansado, sin embargo, ambos se levantan del sillón al verme entrar a la cochera.

—Luke, necesito las llaves del auto.

— ¿Van a salir? —me pregunta.

—Rose ha tenido un accidente con la puerta, vamos a llevarle al hospital. —Le informo.

Los dos dejan la comodidad y se colocan el traje para salir con nosotros. Les indico que primero debemos dejar a Manuel en casa de sus abuelos.

Al llegar a la casa, bajo del auto solo para dejar al niño, quien por fortuna duerme. Las explicaciones quedan para después, quedo con ellos en llamar cuando le hayan revisado. Cogemos la carretera rápidamente, me parte el corazón ver el desconsuelo de mi hija, cada vez se queja más del dolor. Incluso veo lágrimas deslizarse por las mejillas de Phoebe, sé lo mucho que le afecta no poder controlar las cosas que les ocurren a los niños. Paso mi brazo por sus hombros y beso su sien. Mantengo inmovilizada la mano de Rose, así el dolor será menos.

TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY (THREE)Where stories live. Discover now