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POV PAUL

Me ha permitido abrazarle, se siente tan bien. En momentos como estos, se me hace una completa estupidez discutir por tonterías, siento su respiración sobre mi pecho, beso su coronilla, pero es todo lo que me permito hacer. Phoebe es la reina de los cambios de humor, y lo menos que quiero es acabar con el bol en mi cabeza.

—Pero que bien huele por aquí. —Interrumpe el tío Björn. —Ustedes sigan en lo suyo e ignorenme.

Nos separamos para continuar preparando la cena, no es nada complicado, pero sí requiere de esmero, después de todo, es para cenar en familia. Los niños ya se han dormido, y podemos disfrutar de un momento entre adultos. Una vez que todo está servido, nos sentamos a la mesa para disfrutar de la comida.

—Por la mañana, casi no consigo dar con la casa. Si la última vez que les visité aún vivían en el apartamento. Tengo un terrible problema con las direcciones, por suerte, el taxista ha sabido ubicarse. —Comenta el tío Björn. —La casa se ve muchísimo mejor que en las fotos, las imágenes no le hacen honor.

—Ha sido una elección de Phoebe. —Le digo. —Le ha encantado, y así descubrimos que era la casa ideal. Manuel ya venía en camino y era necesario expandir el espacio. Ya con Picky era un caos.

—Y ha sido lo mejor, porque todavía podemos esperar más pequeños, ¿Verdad? —miro a Phoebe en seguida, no sé qué responder.

—Por el momento, no. Manuel aún es muy pequeño y hay muchas ocupaciones. Pero puede que en algún momento nos decidamos. —Murmura bastante incómoda. _ ¿Les está gustando la comida?

—Es deliciosa, Paul siempre ha tenido muy buena mano para la cocina. ¿Recuerdas las tortas de navidad? Se terminaba dañando la decoración, pero tenían un sabor estupendo. —Dice Jasmina. Y puedo ver la mala cara de mi esposa.

—Descubrimos que necesitaban refrigeración, y por fin pudimos sacar una buena. —Respondo. — ¿Y para cuándo crees que esté listo el contrato de compra, tío?

Cambio de tema, prefiero que Phoebe se moleste porque hablamos de negocios, y no por revivir cosas del pasado.

Cuando terminamos de cenar, entre todos dejamos las cosas en orden, para posteriormente sentarnos en la sala para conversar de temas varios. Tras media hora, las visitas anuncian que se retirar para ir a descansar. Nosotros igualmente buscamos la habitación, saco mi pijama y una sábana, considero que aún no es tiempo de tomar con normalidad las cosas.

— ¿Paul, dormirás ahí? —me detengo antes de abrir la puerta del cuarto.

—No, Phoebe se ha dejado esto en la habitación cuando arregló las suyas. La sábana es específicamente para invitados, y el pijama no la uso desde hace tiempo. Podemos nombrar este sitio de aquí, como una bodega. —Miento, tampoco es necesario que se entere de los problemas. — ¿No ibas a dormir?

—Sí, pero necesito un poco de agua y voy por un vaso.

Espero a que avance unos cuantos pasos para entrar a la habitación, me cercioro de que se vaya y cierro con llave. Me despojo de la ropa y me cambio el pijama, para apagar la luz y tirarme a la cama. No se duerme bien estando aquí, solo.

***

Al día siguiente, me levanto para empezar mi jornada. Tras darme una ducha, entro a la habitación que compartimos Phoebe y yo para buscar mi traje. Una vez vestido, salgo, encontrándome con mi mujer, más que lista y luciendo preciosa como siempre. Le saludo con un "buenos días" y ella me responde con las mismas palabras, para pasar de mí y encerrarse en la habitación. Lo de anoche fue un espejismo. Me asomo para ver a mis hijos, ellos duermen, los dos tienen un don para dormir por horas.

TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY (THREE)Where stories live. Discover now