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POV PAUL.

Vaya día de mierda.

Ha sido un día fatídico, cuando cogí el avión pensando solo en lo maravilloso que sería estar en casa con mi familia, ni siquiera imaginé que acabaría así. Es que íbamos fenomenal, pero de un momento a otro la casa se convirtió en un lugar de guerra campal.

— ¿Me escuchas, Paul? —Sacudo la cabeza para poner atención a lo que Chlöe me explica.

—Claro, ¿Qué decías de las acciones?

—Bueno, quería vender algunas. Sería como el 30% de las acciones totales. La idea de mi padre es tener un inversor estadounidense dentro de la compañía para que sea más fácil su manejo. Y como tú llevas tiempo aquí, me ha parecido buena idea pedirte ayuda con esto.

—Si ustedes tomaron la decisión, solo queda dar el siguiente paso para que se convierta en una realidad. Mi tío Bjorn es el abogado que representa a Schmitd Corp en todo lo legal, ¿No? Tendría que venir él a Seattle para ver que los trámites vayan de acuerdo a lo que ustedes ya tienen establecido.

—Papá se comunicó con él, lo más seguro es que le haya avisado sobre mi viaje. ¿Cuánto tiempo crees que pueda durar todo el proceso?

—Va en dependencia de los compradores que quieran obtener las acciones. Al ser una transnacional de experiencia y popularidad, puede que sea bastante rápido. —Tengo en la mente a alguien que podría estar interesado. —Deja que me ponga en contacto con un buen amigo que se dedica a la misma actividad empresarial que ustedes, antes de que la venta se haga pública.

—Si esa persona es de tu confianza, dejo esto en tus manos. Confío en ti, Paul.

—Necesito unos minutos, le enviaré un correo, puesto que no se encuentra en el país por el momento.

Utilizo la portátil de Phoebe para enviar el correo, puesto que está encendida, así la ha dejado al irse. Miro la hora y es un poco tarde, casi la hora de la comida y ellos no han regresado. Es inútil llamarle, su móvil está justo frente mis ojos. Ocupo un plan B, que es llamar a Luke para que me comunique con ella.

—Luke, quiero hablar con Phoebe. ¿Me la pasas? Ha dejado su móvil en casa.

Cuando me pongo en contacto con mi mujer, es tosca y hasta grosera en su manera de responderme. Me dice que se ha encontrado con Gina y que se quedarán a comer en su casa. Me tranquilizo, ponerme histérico no va a servirme de nada, y menos va a ayudar a que se solucione toda esta mierda. No me queda más que aceptar la decisión que ha tomado. Por fortuna, consigo una respuesta rápida de Edwin, me confirma que él con su familia han regresado a Seattle, Gina es su esposa. Ella ha hecho una buena amistad con Phoebe desde que se conocieron unos cuantos años atrás en una de las tantas reuniones a la que mi esposa me ha acompañado.

—Chlöe, he hablado con mi amigo, está interesado en comprar las acciones, pero necesita datos más específicos. Podríamos hacer una reunión para que se conozcan y establezcan los términos.

—Eso es genial, porque el señor Hoffman está viajando hacia acá, según me dijo su secretaria recién que le he llamado.

— ¿Te parece si les organizo una reunión para mañana? O el lunes si te parece mejor.

—Si se puede mañana, que sea mañana. Quiero pedirte otro favor, que estés presente tú, puesto que yo no le conozco y necesito un puente de comunicación directa con él. Además, puedes ser partícipe como testigo.

—Claro.

En domingo.

Una reunión.

Me huele a más problemas.

TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY (THREE)Where stories live. Discover now