CAPÍTULO 12

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— Te miras hermosa. — Alex me miró de arriba a abajo. Me reí. Estábamos afuera de mi casa, listas para nuestra salida.

— Siempre me visto igual, incluso en la preparatoria. — rompí sus coqueteos con mi comentario. Rodó los ojos.

— ¿Sabes? Eso quiere decir que siempre estás hermosa. — pero al fin ganó. Bajé la mirada, sonriendo.

Se hizo a un lado, dejándome pasar. Miré su moto, mierda.

— Esta moto otra vez. Te odio, no me mates. — puse mis manos en sus mejillas, rogándole por mi vida. Se rio burlesca.

Me ayudó a subir porque soy torpe y capaz de caerme. Luego subió ella y me aferré a su cintura, recargándome en su espalda. Ella se rio por lo bajo.

— Si querías abrazarme, podías pedirlo. — golpeé su espalda, pidiéndole que nos fuéramos.

¿Era muy gay si una chica iba por mí y después me llevaba en su moto a otra parte mientras me aferraba a ella? Tal vez. Dije que saldría con una amiga. De la imagen tan hetero que tiene de mí, no creo que piensen otra cosa.

Pasamos por las calles de Miami. Ella pasaba como loca aun lado de los autos. Pero el viento rozando mi rostro y ver la vida pasar a los lados a toda velocidad; comenzaba a sentirse bien.

Tenías que encontrarle el lado bueno de las cosas siempre.

Era de noche, el atardecer había desaparecido. Llegamos a un local. Era grande y ruidoso. ¿Qué es esto?

Bajé de la moto. Alex detrás de mí, acomodaba su ropa.

— Este lugar es mi otra casa. Si quiero relajarme y pensar, voy a la cafetería de la otra vez. Si quiero olvidarlo todo y dejar de pensar, vengo aquí. — las letras neón rojas, decían: "Fresh"

Entramos juntas, la música sí que era fuerte y brava. Tres chicas tocaban y cantaban con sus guitarras eléctricas y batería en el escenario. Las personas vestidas de negro, con perforaciones y cabellos de colores o rastas, reinaban el lugar.

Tragué saliva.

— Me hubiera puesto algo más agresivo si sabía que vendríamos aquí. — vociferé en voz baja. Ella soltó una carcajada.

— Vamos, Mila. Las personas se unen sin importar la apariencia, color, sexo o demás mierdas. La música los une. — me reí, mirándola.

— Poético. ¿Durante cuánto tiempo pensaste eso? — me burlé, ella negó divertida.

— Durante todo el viaje, por eso estaba callada y seria. Un peso menos ahora que ya lo dije. — me siguió la broma.

Me tomó de la mano. Llevándome por entre medio de las personas que bailaban o cantaban de un lado a otro. Algunas solo brincaban y movían sus brazos entre risas.

Paramos en el bar que estaba a un lado de la pista de baile y escenario. Estaba algo oscuro el lugar.

Alex se sentó en algunas de las sillas y yo me senté a un lado de ella.

— ¿Quieres beber? — preguntó. Negué.

— No bebo. — teníamos que hablar alto por la música. Observé a lo lejos a dos chicas besándose. Y dos chicos bailando juntos.

Sonreí.

— Vamos, pide algo. Solo para divertirte. — insistió. Me volteé y la chica del bar esperaba nuestro pedido.

— Solo una. — "una" siempre se convertía en más que dos.

La chica se alejó, saludando a Alex. Puse atención al escenario, era genial. Digo, no era mi género de música favorito; pero no estaba nada mal.

Como si pudiera gustarte |#CAMREN#|Where stories live. Discover now