Continuamos cortando y limpiando flores. Ahora hemos cambiado un poco la organización. Mientras Jimin y Jungkook limpian las flores, Seol y yo vamos armando cada arreglo. Eran las diez de la noche con veintiséis cuando revisé la hora. Estábamos agotados, a todos nos dolían las manos y teníamos hambre. No habíamos comido nada por terminar esto a tiempo.

— ¿Ya podemos comer? — queja Jungkook acostado en el suelo boca arriba. — Tengo mucha hambre.

Habíamos terminado más de treinta arreglos, así que decidimos que era hora de parar la producción masiva.

— ¿Gustan quedarse a dormir? — ofrezco. Es lo menos que podía hacer por ellos al decidir venir y apoyarme de esta manera. — Hay un colchón de más por si a alguien le interesa.

— ¡Si! ¡Yo! — exclama Jimin levantando una mano desde el sofá. — ¡Me ofrezco! ¡Yo lo quiero!

— Bien. — Jungkook alarga la palabra aún en el suelo. — Pido el sofá.

— Jungkook no tienes que hacerlo...en serio es bastante malo. — digo.

— Ya dije que yo el sofá. — mantiene.

— Bien, bien, bien. — me levanto del suelo a un lado de Seol. Creo que estaba quedándose dormida. — Jimin, toma el colchón, está en la habitación... — señalo. —...Jungkook. — llamo a mi amigo quien no tiene ninguna intención de levantarse. Muevo su torso con la punta de mi pie. — Levántate, vamos por la cena.

— ¿Tenemos que ir los dos?

— Si, anda, apúrate.

Se levanta con pesadez y aviso que regresaremos pronto.

— ¿Y, y, y yo? — pregunta Seol frente a mí antes de que salga del departamento. — ¿Qué haré yo?

— ¿Qué quieres hacer? — la miro a los ojos.

— Quiero ir.

— Perfecto, vayan ustedes dos, yo me quedo a descansar. — suelta Jungkook queriendo entrar de nuevo al departamento pero pongo mi brazo frente a él evitando que entre por completo.

— No, tú irás. — digo. — Y tú. — me dirijo a Seol. — No quiero que salgas a éstas horas. Puedes quedarte aquí esperando al chico más guapo del mundo.

— No hables así de mí con tu chica. — interviene Jungkook. Reímos a la par.

— ¿Puedo tomar un baño? — pregunta curiosa.

— Si, pero asegúrate de ponerle seguro a la puerta. — aviso. — No quiero que Jimin entre.

— Lo haré. — sonríe parándose de puntitas para besarme. — Vayan que yo también tengo hambre.

Jungkook y yo salimos del edificio, lo llevé hasta la tienda de autoservicio que ahora suelo frecuentar y él escoge la cena por Seol, por Jimin y por mí, incluyendo la de él. Escogió cuatro charolas con lo que parecía ser una ensalada de pollo. En cambio yo estaba del otro lado de la tienda escogiendo un jugo de frutas, teníamos que amanecer sobrios para el siguiente día.

— No me agrada del todo pero es lo que hay. — dice refiriéndose a las ensaladas de pollo mientras nos reuníamos en la caja para pagar.

— Al menos comeremos algo saludable en lo que va del año. — digo.

Salimos del lugar y regresamos al departamento. En cuanto entramos Jimin ya había colocado el colchón frente al sofá y ahí se encontraba él; acostando mirando su celular.

— La comida ha llegado. — anunció Jungkook al entrar por completo. — Coman, queridos súbditos. — coloca las charolas en la encimera de la cocina.

Just Her | KTH Where stories live. Discover now