Dragón

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Advertencia: SI NO HAS VISTO HTTYD 3 no leas esto.

Dragones.

Pidge se preguntó cómo su vida inesperadamente cambió mucho desde que había encontrado su primer dragón y no pudo matarlo. Ella simplemente no pudo hacerlo. Su padre hubiera dicho que era algo que todo vikingo estaba destinado a hacer en su vida hace muchísimo tiempo, pero cuando cuando esos ojos verdes la miraron, como si realmente estuviera listo para el final y abandonarse a una vida interrumpida por su verdugo, ella no pudo. El furia nocturna se volvió su amigo después de ello, creando un lazo amistad en medio de inesperadas circunstancias cuando se dio con la sorpresa que no podía volar y construyendo una prótesis en su lugar. Chimuelo era especial. Su dragón. La idea de abandonarlo, de dejarlo, no era algo que se le hubiera pasado por la cabeza ni en un millón de años. Pero entonces, esa furia luminosa llegó y cambió todo, para bien o para mal.

Ella debía dejarlo ir.

La sola la idea la aterrorizaba, porque nunca hubo un momento en que se hubiera alejado demasiado tiempo. Esta vez, su dragón estaba listo para iniciar su vida con un compañero elegido y quizás, ella debía hacer lo mismo.

Keith la miró de soslayo, con una sonrisa comprensiva, tratando de alentarla a seguir adelante.

Años antes, él había sido el segundo en descubrir su secreto, en el fondo de su corazón, sabía que era tan doloroso como para ella despedirse de su dragón, Tormenta.

El mundo oculto esperaba, allá afuera, escondido en medio del enorme océano. Hunk había tenido razón todo el tiempo, no había forma de convivir con los dragones más, la isla se volvía cada más pequeña y ella debía hacer lo mejor para su pueblo.

Si eso significaba despedirse de los dragones, ella lo haría.

Lo mejor para los dos lados.

Después de su pelea con Grimmel, ¿quien no le aseguraba que hubiera otro después?

Los señores de la guerra seguían allí afuera, sería cuestión de tiempo para que descubrieron la nueva isla descubierta y los encontrarán.

Ella no podría dejar que eso sucediera y dirigió nuevamente la mirada a su mejor amigo.

El dragón la miró con sus enormes ojos verdes, esperando que fuera con ella, como siempre lo habían hecho.

-Es hora del adiós amigo-susurró, sus manos deslizándose a través de la montura que ella misma había diseñado, nunca pensó que alguna vez tendría que quitarla. Las lágrimas se sentían amargas en sus ojos mientras intentaba hacer un esfuerzo por contenerlas-. Donde tu vas, no puedo ir contigo. Pero desearía hacerlo, de verdad. Hemos pasado muchas aventuras juntos, ¿verdad?-soltó una risa triste, acariciando las escamas y pensando en que ya no lo haría nunca más-. Creo que es hora de dejar que vueles por ti mismo con tus propias alas.

El dragón pareció entender eso.

Inesperadamente, colocó sus patas lo más cuidadosamente posible a su alrededor, atrayéndola en un abrazo y ella se permitió sentir la cercanía y la calidez que ya no sentiría más.

¿Por qué era tan difícil decir el adiós?

La furia luminosa se acercó por detrás cuando el abrazo pronto terminó, con ojos mansos y comprensivos. Antes, Pidge estaba segura que otra vez la hubiera tirado al vacío, pero esta vez, comprendía que el vínculo con jinete y dragón era tan profundo que comprendía que era un lazo irrompible. Pidge acarició su lomo y la furia luminosa se restregó contra ella para luego volver con su compañero, listos para irse.

El dragón la volvió a mirar una última vez y Pidge quiso que se quedara por siempre.

Pero sabía que eso era imposible.

Keith tomó su mano, tomándola en ese momento desprevenida y le sonrió. Era una sonrisa triste, pero sabía tan bien como ella que era necesario y ella se apoyó contra su hombro al observar al furia nocturna como el resto de dragones volaban al horizonte, perdiéndose en la lejanía para encontrar el mundo oculto y jamás volver.

-¿Crees que los volveremos a ver?

-Tal vez, algún día.

-¿Hmm?-Ella alzó la mirada, intrigada.

-Sabemos la ubicación del mundo oculto, tal vez, podamos regresar y visitarlos algún día, cuando sea el momento adecuado-balanceo el agarre de sus manos con una sonrisa cómplice-. Por ahora, creo que debemos ensayar esos votos, ¿no crees?

Ella rio.

-Con tal que Romelle no me arrastre a otra charla de mujeres, creo que podemos decir que estamos de acuerdo-bromeó.

-Excelente.

Él la atrajo hacía un beso y ella correspondió con toda la dicha del mundo.

Tal vez, algún día, los volverían a ver.

Se casaron en un modesto día de invierno.


Okay, bien, sé que no es el final mismo, pero no puedo recordar todos los diálogos con exactitud. También, no puedo ver la película de nuevo, pero quería hacer realmente este AU porque realmente me gusta la serie y es asombrosa.  Adiós chimuelo.

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