Declaración

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James siempre fue práctico...

No había nada que él no pudiera hacer, siempre que cumpliera con el protocolo establecido y respetará las figuras de autoridad que tenía por delante, supo que andaría por el buen camino. Al contrario de Mcclain y Kogane, le gustaba respetar las reglas, los superiores, almacenaba el conocimiento y no se daba el lujo de presumir en las clases de vuelo de Iverson o que Sam Holt dictaban con tanto esmero. No, él no era un chico problema, sin duda. Con una familia con impecable historial militar, se le instaba desde muy pequeño a siempre seguir los reglamentos como debía serlo para llegar a la cima y eso es lo que había condicionado a la cima, con un grupo de compañeros dispuestos a seguirlos sin dudarlo...

Todo eso se desmoronó en una cuestión de segundos, para variar.

James se tomó un momento para evaluar sus emociones.

El problema no había comenzado hace más que semanas, cuando los paladines llegaron a la tierra y James no estaba de ninguna forma entusiasmado. Había oído que Garrett, Mcclain y Kogane se embarcaron en una aventura sin límites en el espacio y casi los hubiera dado por muertos sino fuera porque muy en el fondo admitiría que hacía algo más que solo las condiciones climáticas del espacio para detener al cabezota de Keith y su tripulación de aliados improbables. James le daría ese crédito, pero seguía sin agradarle el chico por otras razones. No le gustaba los aires de superioridad que se daba a sí mismo solo por ser él niño estrella del Coronel Shirogane. James tuvo que trabajar día y noche, esfuerzo y sudor para alcanzar dónde estaba para que luego llegara un muchacho greñudo a arrebatárselo.

Pero entonces, hubo algo más que la gloria y los premios de reconocimientos. Una visión que lo había dejado bocaabierto. La hija del Almirante Holt hablando apasionada sobre el espacio, sus ojos brillando de la emoción, parloteando sobre un millón de galaxias conocidas y nuevas constelaciones con ferviente adoración, si había que James admiraba en una chica era la determinación y una mente brillante. Pero el problema había empezado cuando se dio cuenta que Kogane siguió su misma dirección, una suave sonrisa discreta dirigida para ella y fue suficiente para hacerla sonrojar en esa reunión de defensa y lograr que balbuceara torpemente. Los problemas sólo comenzaron desde allí cuando él captó también su mirada y prácticamente no lo dejó pasar ni un tiempo con ella. Una feroz y callada competencia se centró entre los dos desde ese momento, como dos lobos peleando por el territorio que ofrecía una gama de ojos ambar, inteligente nata y pecas pequeñas que le daban la extraña urgencia de contar.

Rivazi le había aconsejado que tomara todo con calma.

Ina le dijo que perdía el tiempo, esa chica estaba fuera de su liga.

Kinkade solo asintió, le levantó el pulgar derecho, prometiéndole lealtad en su contienda.

Después de intentos fructíferos–reconoció que Kogane era un rival difícil de erradicar-, armarse de valor y tratar de encontrar un momento oportuno, logró hallar el momento ideal una pequeña tarde soleada fuera de las instalaciones del Garrison. Esta vez, él había logrado atajarla en el hangar. Una buena vista del atardecer, el lobo espacial de Keith a un lado, acompañándola con la secreta promesa de un juego más y ella sentada sobre un banco. Escondió el ramo de flores detrás de sus manos, para que ella no lo viera y huyera, honestamente, no quería hacerla sentir presionada, pero si quería hacerlo de la manera correcta, esperaba que los consejos de Rivazi dieran frutos esta vez.

-¿Entonces, querías verme?-preguntó, con una sonrisa dulce en el rostro. Kosmo echo la cara en su regazo y James odio sentirse celoso de prácticamente una mascota.

-Si, bueno, no eres fácil de contactar...-balbuceó, cruzado de brazos a poyado contra la pared, tratando de aparentar confianza.

-Supongo...-Ella soltó una risa, perdiendo su mirada nuevamente en el horizonte-. No es como si hubiera señal en el espacio-bromeó, para aligerar el ambiente.

★  Space and Geeks...[Kidge] ★Onde histórias criam vida. Descubra agora