Sunny

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Sunmary: Se dice comúnmente que las madres tienen un sentido de cuidado y protección. Con Pidge, esa frase era cierta y con un esposo como Keith. Uno debía siempre andarse con mucho cuidado.

(...)

-Estas bromeando-comenzó Pidge, cruzada de brazos, imponente, señalando con la mirada lo impensable que acontece ante sus ojos-. No puedes simplemente enseñarle eso.

-No estoy jugando-contesta el hombre que la conoce como la palma de su mano y sabe que debe andarse con cuidado en estos asuntos, conociendo sobre todo la temple de su esposa-. La defensa personal es muy importante.

-¡Es una niña!-protestó Pidge, comenzando a perder los estribos.

Esa era una de las razones por las cuales Pidge quería estrangular a su esposo.

Sin embargo, la niña que mantenía en sus brazos no le permitía hacerlo y solo se cruzó de brazos, manteniendo ese ceño fruncido para expresar su desaprobación ante tal asunto. En primer lugar, Sunny solo tenía seis años. SEIS. Ella incluso era demasiado pequeña para entender porqué discutían sus padres, pero su regordeta y pequeña mano sosteniendo ese pequeño pero afilado cuchillo  la mantenía absolutamente nerviosa que pudiese hacerse daño. Había sido un regalo de cumpleaños por parte de Kolivan para el infante-ver a un agente de BOM en un cumpleaños para niños fue un acontecimiento completamente extraño pero nada fuera de lo común-, una daga de doble de acero de hecha de pura luxite en un funda enjoyada de cristales extraídos de un sistema muy lejano. Pidge inmediatamente decidió esconderlo en el profundo de su armario para que nunca tuviera que usarla. Ya no estaban en los años de guerra y la promesa de recuperación de los sistemas era un claro indicio de ello. No había razones para pelear y mucho menos en una generación que aprendía a convivir con otras especies y por Quiznak, Sunny era muy pequeña para aprender esas cosas.

-Tenía su edad cuando aprendí-argumentó su esposo y la repentina empatía puede más con la ganas de matarlo allí mismo. Ella, por supuesto, sabe que su esposo no ha tenido la mejor de las infancias y es un hecho que pesa de vez en cuando, como ahora.

Pidge lo había sorprendido en la sala de sala de control, con la niña en brazos, enseñándole pacientemente cómo debía blandirla a pesar que Sunny probablemente no captaba lo suficiente y debía pensar que se trataba de un simple juego y no una lucha por la vida. Sus enormes ojos azules seguían los movimientos que guiaban su padre y sabía lo mucho que Keith le gustaba pasar tiempo con ella como para tomarla de brazos, quitarle el arma y sacarla de allí.

Pidge suspiró, obligándose a ser más tolerante con la situación.

-¿No es muy pequeña de todos modos?-cuestionó, con las manos posándolas en la cadera mientras veía cómo coordinaban los movimientos y ella hubiera tomado una fotografía de no ser que no era lo que los padres comúnmente le enseñaban a sus hijos-y pensó que de todos modos, una fotografía enmarcada en la pared sobre cómo su hija sostenía un cuchillo no sería bien vista. Los padres comunes trabajaban, llegaban a casa y le preguntaba el día a sus hijos. Ellos definitivamente no llegaron de una misión en planetas lejanos, gestionando el recuperamiento de planetas y sistemas solares y viviendo en una nave siempre en curso.

No conocían ese concepto de normalidad.

Pidge podía recordar en las piernas de su padre aprendiendo a decodificar códigos binarios y a su madre bufando sobre eso.

Ella nunca pensó que tenía que pasar por lo mismo ahora.

-Aun así, me gustaría que ella aprendiera a actuar en una situación de peligro por sí sola. No nos va a tener siempre a su lado-Pidge quiere protestar, pero sabe que es cierto, muy dolorosamente, los niños tienen que dejar la seguridad de nido algún día y quiere que nunca llegue. Porque quiere mucho a su pequeño paquete de alegría como para dejarle ir-. Un día, tiene que ser inteligente como tú y fuerte como yo, ¿no es así?

-Vaya señor filósofo, no sabía que podías pensar en todo aquello-se burló, con una sonrisita maliciosa.

-Te sorprendería lo mucho que pienso en el futuro ahora-sus ojos vuelven en el centro de sus universos, la niña en sus brazos que alza su mirada hacia él y sonríe-. Quiero que sepa cómo cuidarse sola cuando no esté.

Es un recuerdo doloroso que a veces, no está todo el tiempo. Pidge comprende la situación, no puede pedirle mucho. Él tiene aún tareas que cumplir con BOM, por lo que sólo puede asentir y esperar lo que viene. Suspira, dirigiéndose hacia la niña pequeña. Es una copia exacta de su padre-Lance agradece eternamente que no más físicamente, porque un solo Kogane con mala actitud ya era más que suficiente- , pero con los rasgos suaves de su madre. Era una combinación perfecta y seguía sintiéndose tan frágil como lo había sido el primer en que había llegado al mundo después de todo el gritería por parte suyo y los nervios en punta de Keith, quien nunca estuvo tan mortalmente preocupado en toda su vida por algo nuevo y tan lleno de significado.

«Lo harás bien-le dijo con una suave y cansada sonrisa en los labios, sosteniendo el bebé que no dejaba de llorar ante un hombre preocupado a su lado-. ¿Qué tan malo puede ser?»

-Creo que puede esperar un poco más-decide, inclinándose y tomándola en brazos. La niña chilló alegremente, aferrándose a ella-. Vamos, aún puedes pasar tiempo y quedarte hasta la hora de la cena. Te has perdido el almuerzo.

-Pero Kolivan....

-Estoy segura que Kolivan lo entenderá-se le adelantó, como si hubiera leído ya ese pensamiento-. No eres padre todos los años de tu vida y los que siguen en la década. El tiempo pasa deprisa y tú lo sabes.

Keith está a punto de protestar, pensando que no es una buena idea quedarse mucho tiempo, pero cuando la mira, su esposa con una sonrisa en el rostro, con su bebé en brazos, esa imagen es más que suficiente para hacerle dudar. Sonríe suavemente, niega con la cabeza y suspira. Kolivan puede permitirle este pequeño descanso, después de día de ayer persiguiendo a un par de piratas informáticos, él cree que verdaderamente se lo merece.

-Supongo que el entrenamiento puede esperar.

Y Pidge no puede estar más feliz con eso.


N/A: Sunny es una copia exacta de Keith, pero con los rasgos fáciles de Pidge. Por si alguien quiere una descripción mejor.

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