-¿Mami?- miro a Julián quien me observa en la entrada del comedor.- ¿Podemos hablar?- asiento, se acerca, lo cargo y lo siento en mis piernas.- ¿Tú y mami Cris ya no se aman?- una pregunta que me incomoda.

-Jules, tu mami Cris y yo tuvimos una discusión muy fea, ella me hizo daño, yo solo me alejé para sanar mi corazón herido.- trato de explicarle.- Pero nunca pienses que ya no los amamos, los queremos mucho, son nuestros hijos, lo más preciado que tenemos en el mundo.- sonríe y se le forma un hoyuelo en su mejilla izquierda.- Hoy mamá Cris vendrá, hablaré con ella sobre la situación y trataremos de arreglar el asunto por el bien de ustedes.- se apoya en mi pecho mientras abre sus manos y agarra las mías.

-Mama Cris te ama mucho, por favor, no se hagan más daño, a veces mami Cris dice que se odia por no poder demostrarte cuanto te ama...- miro mis manos junto a las de mi hijo.- Mami Cris se encierra en el baño por las noches y cuando sale a veces sus brazos tienen cortadas... Mami dice que no le duele...- me tenso.

-¿Mamá se corta? ¿Desde cuándo lo hace, Julián?- Me mira.

-Desde que regresamos de la casa de John...- trago saliva, cierro los ojos.

-¿Por qué no me lo habías dicho, mi amor?- se me corta la voz.

-Porque me hizo prometerlo, que no te lo diría... Mami Cris se lastima mucho... Haz algo mami.- rodeo el pequeño cuerpo de mi hijo.

-Haré lo que pueda, Jules, gracias por contármelo, hiciste bien, eres un buen niño, ve con tu hermana al cuarto de juegos y no salgan hasta que vaya a buscarlos, ¿entiendes?- asiente.

-Gracias mamá, eres la mejor, te quiero.- Me abraza para después besar mi mejilla, lo bajo de mis piernas y sale corriendo.

-Su alteza... La señorita Mayers está en la puerta... ¿tiene permitido pasar?- miro a un soldado, asiento, me levanto, me acerco al umbral de la puerta mientras el soldado abre la puerta y la invita a pasar, me mira.

-Ven.- Me doy la vuelta, entro de nuevo al comedor y me siento en el mismo lugar en el que estaba hace unos segundos.- Siéntate.- señaló una silla a mi lado, traga saliva y me hace caso.

-Brooke...- la miro.

-Cristina, tus brazos, los dos.- se tensa, no se mueve, agarro uno de sus brazos, levanto su chaqueta y veo las cortadas, la miro.- ¿Crees que el niño soporta ver que hagas esto?- Me mira y sus ojos se cristalizan.- ¿Crees que me gusta esto?- suelto su brazo.- Maldita sea, mujer, odio esto, odio que por mi culpa te hayas hecho eso... - miro hacia la mesa.- Odio haber permitido que nos separáramos...- la miro.- Soy un asco de persona.

-Brooke, mírame y di que me amas, necesito saber si aún hay algo entre nosotras.- Me levanto, me acerco a ella.

Agarro su rostro y la beso con necesidad. La suelto, me separo de ella, salgo del comedor rogando porque me siga y podamos terminar con este dolor que yo misma cree. Una mano me detiene y me jala hacia ella. Unos brazos me envuelven. Miro a Cris quien me mira con lágrimas resbalando por su mejilla, se las limpio rápidamente. Apoya su cabeza en mi pecho, acaricio su cabeza con dulzura. Anhelaba sentirla. Si, fui muy fría con todos y no me importaba pero en lo más profundo de mí ser aún había amor, ese amor que le tengo y me llevo a casarme con ella, formar una familia. Nos quedamos un buen rato así hasta que ella se aleja, veo sus manos y hay sangre escurriendo hacia el piso.

-Cris... Voy a llevarte al hospital...- agarro sus brazos.

-Estaré bien, Boo.- niego.

-Nena, yo también me cortaba, no se cerraran hasta que un médico haga lo que tenga que hacer para cerrar esas heridas.- suspira.

-Te conozco así que llévame, no te cansarás hasta que estemos en un hospital.- sonrío.

-Ve al auto y espérame allí, iré por los niños.- asiente, subo las escaleras, toco ligeramente la puerta del cuarto de juegos, se abre dejándome ver a Julián, sonríe, llama a Luna y salen corriendo del cuarto, los sigo escaleras abajo.

-Un paso más y la matare.- me detengo frente a mi madre que tiene a Cris aprisionada contra su cuerpo y una daga de plata en su cuello, trago saliva.

-Suéltala...- miro a Cris con miedo.

-No, hasta que me dejes llevarme a mi hija.- sonríe, cierro mis manos en puño, me agacho hasta la altura de mis hijos.

-Deja que los niños se vayan...- asiente.- Llamen al Tío Evan y díganle que nos busque en el hospital.- susurro, me abrazan para después salir corriendo de la casa.- Déjala ir, madre, está herida, atácame a mí pero no a ella.- niega.

-Ya sé cuál es ese truco, Brooke, tu padre lo empleó con varias chicas.- tragó saliva, cierro los ojos.

-Mamá, déjala ir, por favor.- se me está acabando la paciencia y no es nada bueno.

-Brooke... Respira, no te dejes llevar por la oscuridad, regresa a mí, por favor, no vuelvas a abandonarme.- abro los ojos y miro a Cris.

-¿Confías en mí?- responde con un pequeño si.- Cierra los ojos y cuenta hasta cinco en voz alta.- cierra los ojos.

-Uno...- El tiempo empieza a avanzar lento, me acerco a mi madre.- Dos...- El tiempo vuelve a la normalidad y logro sacar de su agarra a Cris.- Tres...- aviento a mi madre contra la pared.- Cuatro...- abrazo a Cris.- Cinco...- abre los ojos y me ve.- ¿Brooke?- sonrío al sentir la daga de mi madre hundirse en mi espalda, alejo a Cris mientras sale la punta de la daga por mi pecho.- ¡Brooke!- Me giro a ver a mi madre.

-¿Creías que moriría? Que ingenua, madre.- Me saco la daga, la dejo caer al piso y camino hacia ella.- Ahora me alegro de que Padre me haya alejado de ti, me alegro de haber alejado a Dani de ti, eres un monstruo.- Me mira incrédula.- Ojalá y te pudras en el infierno.- chiflo, entran los soldados.- Llévensela a Zeus y díganle que me haga el favor de alejarla de mi.- la agarran y la sacan del lugar, mis rodillas se estrellan contra el piso.

-¡Brooke!- Las manos de Cris me detienen antes de que mi cuerpo toque el piso.- Por los dioses, no me abandones, no de nuevo...

-Mi amor... no voy a abandonarte de nuevo.- me envuelve en sus brazos, una neblina negruzca nos envuelve, no siento el frío del piso, en cambio, siento el cálido piso de un hospital.- ¿Crees que me iría ahora que acabo de recuperarte?- mi voz se va apagando.

-¡Un médico! ¡Mi esposa se está muriendo! ¡Hagan algo por su reina!- brama Cris mientras ejerce presión en mi herida.

-Su alteza, vamos a levantarla y apoyarla en una camilla, a la cuenta de tres.- unas manos me agarran.- Uno... Dos... Tres.- Me elevan y una mueca de dolor cruza por mi rostro, me apoyan en la camilla.- Al quirófano, ha perdido mucha sangre, no nos queda mucho.- la camilla se mueve, veo a Cris.

-Te amo...- alcanzo a leer sus labios, sonrío para después cerrar los ojos.

-¡Hemos perdido sus signos vitales! ¡Preparen las descargas eléctricas!- se escuchan los gritos lejanos mientras en mi mente repaso la conversación que tuve con mi hijo.

-"Mamá Cris te ama mucho... Por favor ya no se hagan más daño..."- Es la frase de mi hijo que me hace aferrarme a la vida.

-¡Esta respirando! ¡Denle más oxígeno y pónganle un sedante o despertará mientras arreglamos su herida!- Los gritos inundan mis oídos de una manera brusca.

-Aquí estoy, mi amor.- la dulce voz de mi esposa es lo último que escucho antes de hundirme en mi propia oscuridad por segunda vez.

Un amor a lo prohibido [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora