Condena

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El silencio fue absoluto, la mayor parte de los presentes se dieron cuenta de lo sucedido. Y aquellos que lo conocían no pudieron más que cerrar los ojos con impotencia. Aquel doncel se había vuelto juez porque su hermano del alma había desaparecido hace 13 años. Se sabía que la familia de aquel joven había adoptado a este mismo cuando tenía 4 años, creciendo como hermano de quien ahora estaba allí tendido en el suelo.

Se sabía que su sonrisa podía alegrar el corazón de cualquier persona. Las personas que lo conocieron, sabían que era amable, risueño, soñador, hablador y muy travieso. Todo aquello formaba parte de su hermosa personalidad. Tan radiante como el sol en un clima gris...

El joven juez soñaba cada noche con el día que lo volviera a ver, que notara que había cumplido con su promesa, el de ayudar a los perjudicados. Nunca había perdido las esperanzas de encontrarlo, siempre tuvo fe de que aquel juramento que se hicieron de niños se rompería... claro, hasta hoy...

Una vez despertó, desorientado, con el pecho hirviendo y fuera de sí se acercó dónde estaba a quien estaba condenando. Mirándolo como si la peor inmundicia estuviera sentado frente a él.

- ¡WEN CHAO, TE CONDENO A CADENA PERPETUA EN LA PRISIÓN DE DRAPCHI! -sentenció, ante el sonido de exclamación de los presentes. - Ni la muerte más lenta... hará que pagues por lo que hiciste... Pero puedo hacer que vivas el infierno en carne propia, mientras piensas en todos aquellos que perjudicaste por tu egoísmo. -Una mirada gélida atravesó los ojos violetas, los cuales si bien eran bonitos, ahora mismo podían asesinar con solo mirarlos. No había que ser un genio para saber que la ira del joven se había desatado, y que estaba haciendo un gran sobre esfuerzo para no saltar encima de aquel hombre.

Mientras, en la mente de los que se hallaban en aquella sala, recordaban con exactitud la fama de aquella cárcel, la cual si bien no era reconocida por China, lo era por el resto del mundo, habría que ser ignorante o muy joven para no saber de qué cárcel se estaba hablando. Se sabía que era famoso porque los guardias daban disparos deliberados a los reclusos, y se les obligaba a jugar a la ruleta rusa, su lema era: "Son reclusos no humanos". En tal caso, si no eran humanos, no era necesario tener compasión hacia los prisioneros, ¿Por qué no hacerles pagar por sus actos cometidos?, total, el averno podía consumirlos en carne y vida.

El juez presente no solo era famoso por ser incorruptible. Siempre que estaba en el juzgado y querían entregarle efectivo, sin miedo a nada, se paraba de su lugar para dedicar unas breves palabras: "La justicia es corrupta. Últimamente existen muchos jueces capaces de aceptar unos cuantos centavos para soltar a los malhechores quienes ríen ante la frustración de las víctimas, ejerciendo una injusta ley. Sin embargo, eh de decirles que están equivocados conmigo. No me importa lo que hagan, no importa lo que ofrezcan, los únicos emancipados del infierno serán los inocentes"

Mucha gente lo aclamaba por lo justo que era. Tan querido como alguna vez lo fue su padre y su madre, un par de jueces que tenían un corazón de oro. Quienes con pesar abandonaron el mundo terrenal al haber sido asesinados misteriosamente una tarde que exigieron al gobierno poner alerta ámbar por la desaparición de varios menores, entre ellos... su hijo.

Sin embargo, también podían notar que era igualmente famoso por tener conexiones con todo el mundo, puesto que, al intentar ubicar a su hermano, armo una perfecta búsqueda para su rescate, sin perder la fe, soñando día y noche con volverlo a ver una vez más.

- ¡NO PUEDES HACER ESO! - gritó fuertemente fuera de sí aquel hombre, mientras era llevado fuera de la sala a rastras por los guardias.

Ese hombre no solo había asesinado a sangre fría a sus víctimas, había abusado de ellas, extraído sus órganos para vender en el mercado negro y solo para rematar, muchos de ellos no pasaban los 16 años. Todos esos jóvenes, el único pecado que cometieron fue salir de sus escuelas como cada día para regresar a casa... Para jamás retornar...

Solo podía imaginar el último abrazo de sus familiares, las últimas palabras, los segundos en el que vieron sus sonrisas, el brillo de su mirada. Todo aquello perdido en cuestión de minutos por un hombre enfermo que se sentía con el derecho de poder hacer tales actos.

En la mente del juez aquella condena no era suficiente, pero... ¿Qué podía hacer?... Su querido hermano ya no volvería más. Él fue muy cruel la última vez que se vieron, ¡JODER!, nunca pensó que se volvería victima de un hombre como ese. Jamás imagino que todas aquellas novelas, noticias, historias se volvieran realidad en algún momento dentro de la vida de su familia. Pensar en lo que había pasado Wei Ying... era como un castigo repetitivo en su memoria.

- Si tan solo no me hubiera enojado con él, gritando como siempre cosas hirientes y hubiera aceptado que, sí me gustaba Huan en ese instante, no me hubiera impuesto ir con él por helados, no le hubiera pedido a Lan Wangji que le trajera uno... No se hubiera quedado solo a calmar su corazón por mis palabras... -Sollozó de impotencia. Toda una vida fue envidioso de su hermano, no quería ser su sombra, no quería que tuviera la razón. Fue celoso porque notó que su padre lo quería más, porque su propia hermana lo trataba como su hermano. Y porque fue mejor en muchas cosas que él. Pero cuando Wei Ying desapareció esa tarde, todo aquello que pensaba... desapareció. ¡MALDICIÓN! ¡ES SU HERMANO MALDITA SEA!... Quería que se lo devolvieran, deseaba con todo su corazón volver a ver cómo le ganaba en cada competencia. Juró al cielo que, si su hermano volvía, jamás volvería a sentir celos, que aceptaría que Lan Wangji lo cortejara y aceptaría cualquier travesura de este. Pero nada funcionó, no supo de él. Aún así, en su pecho guardaba en silencio susurros de esperanzas de volverle a ver... - Ahora todo es un sueño...

¿Cómo decirle al jade que su amado estaba muerto?

¿Qué sus esperanzas fueron en vano?

¿Qué los 13 años esperados fueron para nada?

"Si yo soy el sol... Entonces tu eres la luna, de ese modo jamás deberíamos separarnos, ya que sin sol no hay día y sin luna no hay noche, ¿verdad?"

Recordar a veces solo traía dolor, y en esta situación... lo desgarraba por dentro...

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Holiiii, bueno... Este capitulo ya lo tenía escrito, así que lo colgué jajajaja

muchos abrazos :D 🌸🐹🌸🐹

InquebrantableWhere stories live. Discover now