agonía

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La esperanza se apagó en aquella oscuridad llamada temor, dejándolo a merced de sus propios demonios. Sin saber que un ángel seguía esperando su regreso...

Despertó agitado, el miedo se veía en su mirada gris, aún no podía comprender, ya había pasado bastante tiempo desde aquella vez, sin embargo, aún no es capaz de superarlo. Y era en cierta forma comprensible, si bien ya pasaron años desde que se enteró de la traición del primer jade, aún dolía saber que quien llamó alguna vez amigo, fuera capaz de hacerle ese daño, todo por un amor enfermizo hacia su propia sangre.

Pero, aquello no era lo que más le dolía en el alma, por supuesto que no, el problema era que no dejaba de pensar y añorar al segundo Lan, mismo que se infiltra en sus sueños jurando no saber nada de lo que Su propio familiar le hace a su cuerpo, que sigue esperando su regreso, que lo ama con locura y aún recuerda con dulzura su primer beso.

Ah, su primer beso, fue tan mágico que juro haber tocado el cielo con sus labios. Fue tan cursi, sin maldad de por medio, solo el infinito y torpe amor de dos adolescentes al estar con la persona que provoca que sus latidos vayan al ritmo de una tarola.

Su amor fue como una estrella fugaz, hermoso, inolvidable, de esos romances que ocurren pocas veces, un milagro al ser tan diferentes. Pero como dice su nombre, es fugaz, rápido, sin darle tiempo a disfrutar de su belleza, solo permitiendo que guardes el recuerdo en tu memoria...

Su pecho se oprime al recordar los momentos llenos de felicidad. Sus ojos pican cuando su mente lo lleva cuando aún estaba en el hogar de los Jiang, cuando estos aún vivían, los regaños de Madam Yu, el cariño de Jiang mayor, la calidez de Yanli, la hermandad con Jiang Cheng, pero sobre todo... Recordaba con tristeza aquella mirada dorada.

¿Porque debieron morir aquellos que le dieron un poco de amor?

No lo merecían, no cuando el único culpable fue él, pues si no hubiera sido tan crédulo, ahora mismo estaría mirando las estrellas con su hermano Cheng, mientras comen bocaditos preparados por su hermana...

Desearía no haber sigo ingenuo, no confiar en su secuestrador sobre la información del paradero de su querido sobrino desaparecido solo para poder ver sonreír a Jiang Cheng, tal vez... Ahora fuera feliz con su primer amor, tendría 2 niños y una casita acogedora. Hubiera tenido un hogar al cual pertenecer de nuevo.

Tal vez nacer fue su primer gran error. Si tan solo no hubiera llegado a este mundo...

Pero el hubiera no existe, y eso Wen Chao se lo demostró día tras día, mientras su mente deliraba en cada segundo, intentando desconectarse de aquella realidad que tanto lo mataba.

Antes creyó fervientemente que los enamorados reencarnan para volver al lado de su amor, pensó que tal vez el joven Lan y el eran destinados a estar juntos, pero ahora creía en lo que alguna vez su dolor le susurró en su oído...

Las almas que reencarnan son las que más sufren,
Pues cada que se encuentran, jamás logran ser felices,
Si no es la vida, es la muerte.
Si no es el tiempo, es el lugar.
Dos antiguos amantes en época de paz,
Son enemigos mortales en la actualidad.
Dos hermanos que se quisieron ayer,
Fueron asesinos del otro en la guerra de hoy.
Aquella promesa de felicidad, se marchitó como rosa del jardín.
Pues la vida es la ruleta que baila en manos del destino, y la única vez que detiene es cuando la muerte aparece, acabando temporalmente con el espiral de dolor carmesí...

Si ambos se volvieron a encontrar, tal vez no sea para estar juntos, si no para pagar el precio de haber sido felices alguna vez.

- ¿En qué piensas?- una voz idéntica a la suya provocó que saliera de su ensoñación, notando así a quien dormía a su lado.

- En el pasado, mi familia, en mi primer y único amor- admitió, mientras tomaba valor para responder las dudas que seguro el menor tendría, sintiendo un poco de inseguridad para lo que vendría.

- Lan Wangji, ¿Verdad? - preguntó el otro, mientras intentaba no tocar una fibra delgada del contrario, sabiendo respetar el dolor ajeno, ¿Y como no?, Si el conocía en carne propia el infierno. - ¿Que sientes por el? - Mo Xuanyu era perspicaz, había notado en la mirada ajena el anhelo que jamás se pudo realizar.

- Lo amo - admitió cerrando sus ojos, intentando que doliera menos, aunque bien sabía que era imposible - A pesar de que pasaron 13 años o más, mi corazón se niega a borrar su nombre, insiste en recordarme su voz, su rostro, su nombre, su aroma, su paciencia. Vivo en la infinita nostalgia, vivo con la angustia de que le suceda algo peor si vuelvo a su vida, y es por ello que no regreso a donde mi alma dice a gritos que es su hogar - en medio de aquel silencio nocturno, las lágrimas de quien se hizo el fuerte todo este tiempo por fin brotaron de aquel par de gemas grises.

-¿Sabes algo?, Si tienes deseos de llorar no te voy a juzgar, es mejor desfogar el dolor que almacenarlo, es mejor ser libres en vez de ser prisioneros de nuestros propios demonios - susurró suavemente el menor, mientras tomaba entre sus manos el rostro idéntico al suyo.

- Cuando llore mi dolor, será porque aún tengo esperanzas de volverlo a ver. Pero hoy no es ese día - el mayor de los gemelos se dejó acunar por el otro, escuchando el suspiro de tristeza del contrario para dejar oír una dulce voz que lo arrulla lentamente al mundo de los sueños, el único lugar en donde sus pesadillas eran solo eso... Pesadillas.

Mientras tanto, Mo Xuanyu se sentía demasiado melancólico, sintiendo su corazón llorar amargamente por el dolor ajeno al suyo. Él no lo había superado, aún sentía suciedad en su piel que no se irían por más que talle su cuerpo... Aún así sentía la necesidad de ver a su gemelo liberarse de aquellas cadenas que tanto le condenaban. Pues...

Su sonrisa era tan luminosa que cegaba la angustia de su propia alma...

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Holiiii reviví (temporalmente desde mi celular porque la laptop murió R.I.P) 😭😭💔💔

Aún así no podía sacarme este fanfic de mi cabeza...

Espero que les guste, besitooos 🌸🌸🌸🐹🐹🐹👀👀👀

InquebrantableWhere stories live. Discover now