¿porque?

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A veces basta con una moneda de bronce para cambiar la opinión humana, hoy será tu aliado y mañana tú sangre estará en su espada.

Jiang Cheng estaba sorprendido al enterarse que su sobrino había vuelto a su vida, como si el destino lo hubiera puesto en su camino de nuevo. Sobra decir que el juez se hallaba con su corazón lleno de felicidad de verlo con vida, siendo un precioso jovencito. Pero pronto todo rastro de felicidad se fue al ver como el menor se aferraba fuertemente a las ropas del varón, como intentando esconderse del mundo.

¿Porque?, ¿Porque cada vez que sentía una pizca de felicidad entre sus dedos este se desvanecía de manera amarga?

Supo que había sucedido, solo bastaba con darle una pequeña mirada para saberlo todo. ¡Dios mío! ¡Era solo un niño!

Quiso llorar en ese momento y maldecir a todos aquellos malditos que se atrevieron a la tocar el cuerpo de toda persona que jamás deseo aquello. Pero debía ser fuerte, era un juez, tiene que ser profesional, respirar hondamente y realizar su trabajo, por más dolor que sienta, el debe mantenerse sereno por fuera, aún si por dentro era una fiera a punto de escapar de aquella prisión llamada lucidez.

- Buenas tardes señorito Jingyi - saludo suavemente, intentando que la persona ajena sea capaz de mantenerse en calma.

- B-buenas tardes - el joven parecía nervioso, pensando tal vez que el hombre frente suyo no le creería lo sucedido.

- Puedes confiar en mí, no te haré daño, estoy presente en este momento porque quiero ser capaz de realizar justicia en tu nombre - Sonrió, mientras le hacía una señal a Lan Sizhui, pues este mismo le debía demasiadas explicaciones. - Por ahora te quedarás con Wen Ning, el te hará una serie de chequeos para saber si sucede algo con tu cuerpo, ¿Esta bien?, Nos veremos en unos minutos, mientras puedes pensar en lo que te dije, creeré cada palabras que me digas - se despidió, mientras caminaba directamente a la puerta del consultorio, siendo seguido por el de apellido Lan.

- ¿Porque confiaría en mi? - una pregunta sencilla para muchos, hasta cliché, pero era tan necesario saber para una víctima que no había sido nunca escuchado.

- La respuesta es más simple de lo que piensas, vivimos en una sociedad en donde el varón tiene la libertad de hacer lo que se le plazca en gana, mientras el doncel tiene que aguantar cada cosa de este, siendo incapaz de defenderse o denunciar a quien le hace daño, puesto que ni siquiera las autoridades son capaces de hacer algo, siendo corrompidos por un par de monedas a cambio de su juramento - relató tranquilo, mientras salía de la habitación, respirando hondamente.

¿Acaso Nie Huaisang y Wei Ying habían pasado por algo similar?, ¿Habrían corrido en todas partes diciéndoles a todos que le ayudarán?, ¿Les tomaron por locos?

Muchas preguntas lo atormentaban, no solo por el descubrimiento de su familiar, si no también del joven doncel que lo esperaba pacientemente en la casa Lan y su querido hermano desaparecido.
Mordió su labio lleno de ira. ¡¿Acaso nadie pudo tener un poco de consciencia?!

¡¿Acaso se vendían por una moneda de bronce?!

- Señor Jiang, disculpe, recién me enteré que Jingyi es su sobrino - la voz del más joven lo sacó de sus pensamientos, logrando prestar atención a su alrededor, no había nadie.

- Eso no es lo que me preocupa, ¿Que le sucedió?, ¿Donde estuvo?, ¿Desde cuándo se conocen?, ¿Que eres de el? - las preguntas fluyeron de sus labios como agua de rocío. Era normal, estaba ansioso por saber lo sucedido.

- Conocí a Jingyi hace unos cuantos años, era muy conocido en donde estudiábamos, me quedé encantado cuando lo vi por primera vez, pero, cuando pensé que todo estaba yendo sobre lecho de rosas, desapareció. Lo busqué por mucho tiempo, logrando encontrarlo en un país lejano, gracias a los contactos de los Lan. Fue vendido, forzado a casarse con otro hombre, siendo abusado por este mismo, y solo pude llegar para abrazarlo, para asegurarle que no volverá a vivir un infierno - cada palabra salía con dolor, se notaba el amor que sentía hacia el pequeño doncel, que había pasado por tanto siendo tan joven - Pero soy sincero al decir que no se quién es el tío de Jingyi, me temo que no lo sabremos al menos que el de su declaración - habló con pesar.

- Gracias por traerlo de vuelta A-Yuan - murmuró el juez - Ahora es mi turno de trabajar.

Tenía en mente cada paso que realizaría a partir de ahora, pues tenía cada vez muchas piezas entre sus manos, la llegada de Nie Huaisang, Jingyi, y su carta favorita: Wen Chao.

Tal vez debería hacerle una visita a su querido amigo, pues tenía la sensación de que este tenía mucho más que ver en el caso de su hermano Wei Ying.

Te encontraré, así estés debajo de las piedras. Levántate una por una con tal de hallarte, y una vez estemos juntos, prometo ayudarte hasta que puedas superar todo el daño que se te fue impuesto.

Madre, padre, ustedes que están cuidando de nosotros desde el cielo, protejan a mi hermano, y a todas las víctimas, por favor.

Eran las palabras que paseaban en su mente una y otra vez, desde hace 13 años.

Salió sin más luego de salir de la clínica, siendo llevado por sus propios pies hasta los Lan, encontrándose con el doncel más bonito que en su existencia vió. No sabía que le sucedía, pero en lo más profundo de su ser, lo buscaba, lo anhelaba, era algo que en su vida sintió, le aterraba, pero a la vez le hacía sentir bien.

- Regresé - Murmuró suavemente, mirando esas joyas inocentes que lo observaban, mientras este mismo estaba ya vestido con un hermoso vestuario.

E inesperadamente, los Lan no se encontraban en casa, estando ambos Donceles "solos" en aquella extensa mansión, con un ambiente que se podía denominar perfecto.

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Holaaaa, no sé si les guste el capítulo UwU, y se que todos quieren saber sobre Wei Ying, pero es un proceso más lento, puesto que pronto chan chan, habrá algo para Mo~~

Los adorooooo

Bye bye 🌸🌸

InquebrantableWhere stories live. Discover now