Un Año

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El tiempo puede ser tu amigo y al mismo tiempo tu peor enemigo cuando se trata de cosas importantes
Había dicho mi madre en más de una ocasión.

Un año, había pasado un año desde entonces, desde que Jiang Cheng había ido a esa prisión a investigar algo que le ayudase a encontrar a su hermano y obtener el porcentaje anhelado, encontrando de algún modo lo necesario para saber no sólo donde se hallaban los demás rehenes, si no, incluso donde eran sus puntos de secuestro frecuente.

Jiang Cheng fue hasta aquellas cuatro paredes en donde una vez que entraba, sus nombres y sus apellidos quedaban atrás. Allí era el alcaide, el mayor, era Zidian y nadie menos. Sus padres habían dejado a cargo de esa cárcel a él, aunque en realidad este puesto estaba destinado para su hermano, su querido Wei Ying.
Quizá si el hubiera estado en su lugar, los encerrados hubieran tenido mínimo un trato humano, pero, claramente el no era su hermano. El era un hombre corrompido por el odio, uno con un dolor tan grande que no puede ser tapado con un dedo.

- Mi señor, aquí tiene la información solicitada, el reo AZ 05061998, ingreso pasado unas semanas, condenado por el juez Jiang Cheng a morir aquí. Es un asesino serial, violador, proxeneta de menores. - hizo una pausa, respirando lo más hondo que podía. - es lo peor de lo peor que existe señor. - contestó, asqueado del hombre que había llegado. En múltiples ocasiones se topo con infelices como aquel, pero jamás podría dejar ese sabor amargo de su boca cada vez que pronunciaba los delitos ajenos.

- Perfecto, ¿en que celda y área está? - preguntó cómo si con el no fuera la cosa. Fingiendo es claro, aunque por dentro su cuerpo ardiera con fiereza.

- En el pabellón C, 696, de manera temporal, pues será puesto en el pabellón F, en la celda 66. - su respuesta inmediata y corta era lo que le agradaba al de ojos violeta.

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Odiaba de solo pensar estar en el mismo lugar que el asqueroso que tocó a mi hermano y a los jóvenes. Aún así, era necesario si necesitaba obtener respuestas, las necesarias para no sólo hallar a mi querido sol, si no a las estrellas que habían sido arrebatadas de sus familias por culpa de la lujuria y ambicion.

Esta cárcel había sigo diseñada especialmente para que cualquiera no solo se perdiera y muriera "misteriosamente", había sido construida especialmente en los confines del mundo, como si fuera un lunar maligno. Mis padres habían puesto una gran inversión en este lugar para que ninguno de los encerrados pudiera escapar a dañar nuevamente a quienes destrozaron la vida.

Se preguntaran: ¿como es que un juez puede estar involucrado hasta los huesos de esta manera con la màfia?
Mis queridos testigos, no se sorprendan, en este mundo necesitas tener el poder necesario para encargarte de muchas cosas. Entre ellas el cáncer de la sociedad.

Mis padres, benditos fueran, fueron hijos de dos familias muy poderosas, los Jiang y los Yu.

"La fracción morada y violeta."

Hijos de líderes crueles, dispuestos aterrorizar a quienes se les pudieran al frente, destrozando a quienes se atrevían a enfrentarlos, siendo de alguna manera enemigos naturales al ser tan fuertes. No fue, hasta que mi dulce madre cumplió los 16, que se vio envuelta en una situación complicada: se enamoro de un dulce muchacho de ropajes morados y actitud suave, muy contrario a ella, de ojos violeta y personalidad fuerte. Al inicio pensó que estaba loca, ¿como se enamoro de un hombre tan débil?, aún así, no controlo su corazón, cayendo en las redes tormentosas del amor.

Mi padre sin embargo, vivía enamorado de su mejor amiga, con quien había compartido millones de experiencias a lo largo de su en ese entonces joven vida. Eran almas gemelas, y ambos lo sabían.

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2021 ⏰

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