Capitulo cincuenta y uno

36 0 0
                                    

POV Alexander
Estaba solamente dando vueltas a la escuela como un loco, mis pensamientos se apoderaban de mi y solo podía pensar una cosa
¿Porque?
¿Que fue lo que hice mal para que Carolinne terminara con esto?
Maldita sea la amo, la amo como nunca he amado a alguien y realmente el perderla era algo que no podía procesar correctamente
Escuche que se abría una puerta de un salón y me detuve, no quería que algún profesor me arruinará aún más el día llamándome la atención por qué estaba afuera
Grande fue mi sorpresa cuando vi salir a Marck de ahí
Pero fue aún mayor cuando vi saliendo unos momentos después a Carolinne limpiándose en rostro
Había llorado
Su rostro lo tenía hinchado y un poco rojo
Ese maldito de Marck le había hecho algo y por más que mi corazón estuviera destrozado necesitaba saber que Carolinne estaba bien
La iba siguiendo hasta que se metió en el baño, ahí estuvo hasta que sonó el timbre de cambio de clases
Mentiría si dijera que no la estuve siguiendo hasta que salió de la escuela
Tome la moto y salí de la escuela para ir detrás de ella
Ella iba caminando sola con sus audífonos puestos, yo iba atrás de ella sin mucho cuidado de me descubriera siguiéndola
No me di cuenta de cuando empezó a llover hasta que Carolinne se detuvo y miro el cielo
Estaba un poco mojada pero no al punto de estar empapada, supongo que algo parecido debería de estar yo
No supe cuanto tiempo estuvimos así, ella caminando y yo detrás de ella en la moto
Carolinne se detuvo y suspiro, estábamos en la calle, mojados, y al menos yo, sin idea de donde estábamos
Se dio la vuelta y yo me quede quieto frente a ella
Carolinne levantó la vista y cuando me vio se paró de repente
Entreabrió los labios y se quito los audífonos
Me fui acercando a ella y su rostro se fue descomponiendo cada vez más en una absoluta tristeza, sus ojos se llenaron de lágrimas y su labio inferior empezó a temblar levemente
Solamente cuando estuve lo suficientemente cerca de ella rompí el silencio que había entre nosotros
-¿Todo bien?- me miró un momento y después volteo su rostro
-¿Que haces aquí?
-Te estaba siguiendo
-¿Porqué?
- Te vi saliendo del salón después de Marck, estabas llorando ¿te hizo algo?- aquello la dejo sin palabras un momento, tomó aire y me dijo
-No, no me hizo nada, no debiste de haberme seguido
-También quería asegurarme que estabas bien- metí mis manos a las bolsas de mi pantalón y me limité a mirarla
-¿Que es lo que quieres lograr con esto? Ya te lo dije. No quiero nada contigo Alexander, entiéndelo
-¿Pues adivina que?
-¿Que?
-No te creo absolutamente nada
-Me viene valiendo lo que pienses, déjame en paz
-Si te viene valiendo entonces ¿porque llorabas? ¿Porque estás al borde de las lagrimas en este momento?- abrió la boca pero la volvió a cerrar, negó con la cabeza y volteó hacia otro lado
-No tienes idea de nada- susurró de forma casi inaudible
-¿De que no tengo idea?
-De nada, déjame en paz
-No
-Por favor Alexander, es lo mejor para nosotros dos, por favor
-Lo mejor para mí eres tú, lo sabes
-¿Porque haces esto tan difícil? Ya déjalo
-No Carolinne, no
-Alexander...
-Me niego a aceptar que tú no sientes nada por mi, me niego que ayer me decías te amo y ahora me dices que tú y yo no funcionamos, no te creo nada, absolutamente nada, te amo y ¿sabes que? No dejaré de amarte por más que me lo pidas, no lo haré, estoy enamorado de ti y eso nunca lo vas a cambiar
Las lágrimas dejaron por fin sus ojos y rodaron por sus mejillas que se mezclaron con las gotas de lluvia que tenía sobre ella
Mire el cielo y note que la lluvia había aumentado
-Carolinne la lluvia aumenta ¿quieres que te lleve a tu casa?
-No puedo volver así, mi madre me mataría
-Te llevó a mi casa- me encogí de hombros de lo más normal
-Alexander...
-No voy a hacer nada, no te preocupes, a lo máximo que aspiro por ahora es evitarte un resfriado terrible
Lo pensó un momento pero al final acepto
Se subió a la moto y me abrazo
Sentí tanta tranquilidad el tenerla cerca de mi que me relaje al instante
-¿Estás lista?-asintió con la cabeza sobre mi espalda- de acuerdo, vamos allá
Acelere y me dirigí a mi casa

Cuando llegaste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora