Capitulo once

269 10 0
                                    

POV Caroline
Llegamos y Jennifer insistió en que necesitaba alcohol en su sistema así que pedimos nuestras bebidas y no pasaron más de quince minutos cuando ya habían sacado a mi amiga a bailar y ella lo rechazó, pasaron cinco minutos más y otro la invito aunque está vez no se negó, lo admito, era muy atractivo.
Alexander me estaba mirando mientras tomaba de mi bebida.
-¿Qué pasa?
-Estás hermosa.
En ese momento me atragante un poco con mi bebida.
-Amm, gracias- le sonreí tímidamente, no sabía cómo reaccionar ante su comentario tan repentino.
-Oye, lo que te dije en la casa es cierto.
Solamente lo mire en lo que analizaba sus palabras.
-Si bueno, no pienso perder la apuesta cariño.
Iba a contestarme pero lo interrumpieron unas mujeres que parecía que se les había olvidado vestirse, empujaron a lo que parecía la zorra mayor hacia Alexander.
La muy descarada vino hacia el meneando sus caderas exageradamente y con un dedo enrollaba un mechón de pelo.
Llevaba un vestido sumamente muy corto con un señor escote impresionante y tirantes muy delgados, casi imperceptibles, el vestido era negro y llevaba unos tacones rosas fosforescentes muy altos.
Su boca exageradamente levantada de color rojo y el maquillaje más cargado de lo que alguna vez yo hubiera visto.
-Hola guapo-le tocó el hombro a Alexander y lo acaricio-¿quieres ir a bailar?-lo miró con ojos de perro atropellado.
Agg.
-Así estoy bien, muchas gracias.
-¿Porqué?-hizo un puchero -nos podemos divertir-se acerco a su oído y le dijo algo que no pude escuchar.
Alexander solamente negaba con la cabeza mientras con su mano tomaba su hombro y la alejaba de el.
-No, estoy hablando con mi novia, no estoy interesado en nadie ni nada más-su semblante era muy serio-gracias.
Dios bendito.
-Pero te aseguro que no puede darte lo que yo si puedo-se mordió el labio color rojo puta mientras daba pequeños bronquitos al lado de él y pegándole sus senos a su hombro.
-Te he dicho que no, gracias, ahora por favor, vete.
Se cruzó de brazos.
-Tú te lo pierdes, pero si cambias de opinión estaré por allá.
La muchachita señaló una esquina en la parte alta, pero Alexander ni le puso atención, al parecer eso enojo a la antes mencionada.
-Si claro-le sonrió-lo tendré en cuenta.
La odie.
Y me niego a admitir que me puse celosa.
Cuando la zorra mayor se fue Alexander me miro y me dijo sonriendo.
-Bueno, ahora que ya se fue ¿quieres ir a bailar?
-Primero, pensé que no querías bailar, segundo, no se bailar, ademas no soy experta en tacones y créeme que me puedo matar con este nivel de tacón.
-Hasta Jennifer esta bailando con el desconocido ese -se levanto y me ofreció su mano para levantarme-vamos yo te enseño.
-De acuerdo, pero si me caigo y me mato sera tu culpa -amenace tomando su mano para levantarme.
-No te preocupes Caro, no te va a pasar nada.
Nos dirigimos a la pista de baile sin soltarnos de la mano, me giro y me tomo de la cintura apretándome muy fuerte y firmemente hacia él, me acerco más y susurro en el oído.
-Caroline, tu piel esta chinita ¿es por mi acaso?
-Ya quisieras.
Río y recostó mi cabeza en su pecho con mis manos en sus hombros.
-¿Porque carajos ponen música lenta en un club?
-No lo se, pero me encanta.
-Esto es raro sabes.
-De hecho me gusta.
Me separe un poco de él para mirarlo.
-Solo olvídalo.
-De acuerdo.
De repente cambiaron la música a una realmente movida.
-Okey vamono...
No pude terminar mi frase porque me volteo quedando de espaldas a el y me volvió a tomar de las caderas.
-Solo baila, relájate- dijo al ver que estaba inmóvil.
Empecé a bailar poco a poco al ritmo de la música.
Termino la canción y me estaba muriendo de sed así que lo tome de la mano y me acerqué a su oído.
-Acompáñame a tomar algo.
-Claro.
Se sentó y yo fui a la barra por mi bebida.
La pedí y estaba esperando a que me la dieran cuando escuché una voz a mi lado.
-Hola preciosa ¿quieres bailar? 
Me voltee para ver al extraño. Tenia el cabello negro azabache y los ojos verdes era alto y musculoso y vamos hay que admitirlo era guapo.
-Emm no gracias, estoy cansada.
-Anda vamos, solo una canción.
-No de verdad, ya me voy.
-No te quieras hacer la difícil-tomo mi mano y me medio jalo lo cual me molesto demasiado.
-Gracias pero no.-solté mi mano.
-Nena...
Decidí ignorarlo, tome mi bebida y me fui a sentar.
-Volví.
El semblante de Alexander era totalmente rígido, tanto que daba miedo.
-Un idiota, no le hagas caso.
-¿Y ese idiota que era lo que quería?
No entendía la razón de su enojo.
-Nada.
Y pum, el pendejo llego a seguir jodiendo.
-Aquí estas, anda preciosa dime como te llamas-me extendió su mano-yo soy Marck.
-No me importa.
Lo ignore totalmente.
-Vamos, ven a bailar.
-¿Qué parte de NO es la que no entiendes?
-Ven-me tomo del brazo.
-Suéltame.
-Vamos.
-Que no quiero.
-Suéltala.
La voz de Alexander estaba más ronca de lo que jamás la había escuchado en toda mi vida.
-No te metas amigo.
-Dijo que la sueltes, que esperas para hacerlo, anda.
-No la voy a soltar, solo quiero bailar ¿verdad muñeca?
-Eres un estúpido.
-Suéltala ya-se puso de pie en un salto rápido tirando su vaso el cual se hizo añicos.
-No te metas.
-Me meto porque ella te está diciendo que no y tú estás insistiendo a algo que definitivamente ella no quiere ¿no entiende eso tu maldito y microscópico cerebro o que?
-Lo siento amigo-me soltó-nos vemos luego linda.
-Ojalá te mueras-dije sonriendo.
Y se fue por fin.
-Gracias por eso.
-Siempre que me necesites hermosa-tomo mi mano-vamos al balcón creo que esta atardeciendo.
-Claro, vamos.

Cuando llegaste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora