Capitulo seis

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POV Caroline.
¿Qué fue todo eso?
Nunca había estado tan nerviosa y menos por un chico.
Vamos, Dios míos me ruborice ¿cuantas veces? ¿Tres? ¿cuatro? Realmente no sabía qué diablos me pasaba cuando estaba junto a él.
A nuestro al rededor se había formado un silencio muy incomodo así que tenía que romperlo de alguna manera.
-¿Porqué te cambiaste a Chicago?
Se puso serio por un momento luego me miro y volvió a sonreír.
-Pues si te soy totalmente sincero, la razón por la que me cambie fue porque le quebré el brazo a un chico y me expulsaron-lo mire con los ojos bien abiertos y claramente sorprendida, cuando iba a preguntar el porque él se me adelanto-él se lo busco, me molesto todo un año llego un momento en que ya no pude resistir más.
-Dios, no lo puedo creer.
-¿Porqué pensabas que me había transferido a esta escuela? pareces realmente sorprendida.
-No se, algo más sonado como que hubieran cambiado a tu padre de trabajo o yo que se todo menos eso.
Sonrío de lado.
-Créeme, yo no soy nada común.
-¿Porque lo dices?
-Si te digo me juzgarías de loco, créemelo.
-Puedes intentarlo.
-No preciosa-acerco su mano a mi rostro y le dio una suave caricia-no puedo, aunque quisiera no puedo-lo mire confundida-por cierto te ves muy linda-me guiño un ojo y me sonroje, otra vez.
-Gracias-agache la cabeza queriendo por un momento desaparecer de ese lugar.
-Ahora hablame de ti.
-¿De mi?
-Si, de ti.
-¿Qué quieres que te diga?
-¿Porqué no tienes novio?
Ay no puede ser esto posible.
Me lleve mi mano a mi frente y me di unos leves masajes para evitar un loco el sonrojamiento que había provocado.
-Aún así te miras sonrojada, no te preocupes.
Tierra, trágame por favor.
POV Alexander.
Todo iba muy bien, hasta que mi nerviosismo y mi poco autocontrol decidieron secuestrar mi dignidad y hacerse cargo de todo.
-Entonces, Caroline ¿Tienes novio? Caí en cuenta de que tanto se podía mal interpretar eso hasta que lo dije, definitivamente soy un estúpido.
La mire y estaba realmente nerviosa, jugueteaba con sus dedos y su rostro se había tornado de un hermoso tono rojizo que la hacía ver muy tierna y hermosa.
Estire mi mano y le acomode detrás de su oreja un mechón rebelde que no la dejaba en paz, ahí, tan cerca de ella pude darme cuenta en realidad de cuan nerviosa estaba.
-Pero que hermosa te vez cuando te sonrojas- repito, mi dignidad estaba secuestrada en esos momentos y no tenía conciencia ni control de mi mismo.
Ella solamente seguía jugueteando con sus dedos nerviosamente.
-Emm pues a decir verdad yo nunca he sido de las que les importa mucho tener novio, no lo se, es extraño.
-Pero Jennifer...
Me interrumpió y comenzó a hablar.
-Jennifer y yo somos mejores amigas desde que me mude hasta aquí y es la única amiga que tengo-me explica -y si ella y yo somos lo opuesto, de hecho yo le sigo preguntando porque somos amigas, nuestra amistad no tienen ni pies ni cabeza, créemelo, soy rara y no entiendo porque ella siendo tan popular sigue siendo mi amiga. 
-No eres rara- la mire extrañado.
Ella cerró un momento los ojos
-Créeme-los abrió y me miró-lo soy.
-Mira al parecer no te ganaré ¿verdad?- ella asintió con la cabeza- de acuerdo entonces cambiemos de tema ¿Qué es lo que mas te gusta hacer?
Se quedo un momento pensando.
-Pues me gusta demasiado leer, a veces hago ejercicio o salgo con Jennifer pero mi rutina diaria es muy aburrida al igual que yo-acomodo su mochila en su hombro- ¿y a ti? ¿Qué te gusta hacer?
-Primero que nada, no eres aburrida, deja de decir eso, segundo, me toca a mi preguntar no a ti.
Abrió mucho sus hermosos ojos grises.
-Huy que genio ¿lo siento entonces?
-Te perdono, no te preocupes-le di una pequeña sonrisa.
-Ja ja ja, que gracioso
-¿Cual es tu película favorita?
-Harry Potter-ni siquiera titubeo para darme esa respuesta.
La observe por un minuto.
-¿Qué pasa?
-Nada, solo me sorprendí porque no conozco chicas que les gusten esas películas, y antes de que preguntes si, si me gusta Harry Potter. 
Soltó una carcajada.
-Bueno algo debíamos tener en común ¿no crees?
-Si eso creo.
En eso sonó el timbre que indicaba que debíamos entrar a clases.
-¿Vamos?-Preguntó
-Claro, vamos.
Esta chica era magnífica, era absolutamente hipnotizante, es el primer día junto a ella y ya causó este efecto en mi.
Dios bendito, solo me queda encomendar mi tierna alma a ti.
Miren no sé qué estaba pensando, no tengo ni la menor idea del porque solamente se que al ver a Caroline me dieron unas inmensas ganas de abrazarla y jamás soltarla, como si la conociera de antes, como si fuéramos almas gemelas, como si mi interior pidiera a gritos tenerla a ella.
Me paré y ella hizo lo mismo y la abrace ¿por qué? Pues por ninguna razón, quería abrazarla y lo hice.

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