Capitulo diez y seis

254 6 0
                                    

Para mí suerte, o mala suerte aún no sabía, no era Jennifer.
Pero si era Alexander, estaba parado a unos cuantos metros.
-Hola-su voz sonaba ¿triste?
-Hola-lo mire extrañada-¿te pasa algo?
-No ¿porque?
-Te noto como triste y nervioso.
-Si bueno es que tu me pones nervioso Caroline.-por lo que pude ver en su mirada no había planeado decir eso.
Mi pobre corazón se detuvo,no literalmente, algo así como un mini infarto.
-¿Yo te pongo nervioso a ti?
-Más bien ansioso.
-Pero ¿porque?
Se acerco y se sentó a mi lado.
-Por que cada que te veo me dan ganas de acortar toda maldita distancia que existe y besarte hasta que tus hermosos y dulces labios se cansen y ya no me puedas besar más.
Deje de respirar un momento.
Me levante y el se levanto también muy rápido y me acorralo en la pared.
-Oye deberíamos de irnos ya ¿no crees?-Dios estaba muy nerviosa, sentía que mis piernas estaban temblando.
-Un momento más Caroline por favor-dijo susurrando a solo unos centímetros de mi.
Su vista iba de mis ojos a mis labios, su mano me rodeó la cintura y me pego hacía él, yo puse mis manos en su pecho tratando de crear la inexistente distancia que había entre él y yo.
-Muero por besarte.
-Alexander...
-Solo déjame probar tus labios una vez más Caroline, por favor.
Mierda no es como que no quisiera si no que no podía, este ser que estaba parado frente a mí me ponía al límite y simplemente me encantaba, besarlo no era una condena si no más bien una hermosa y perfecta bendición.
Tomo mi mentón y levanto mi rostro hasta que nuestros labios quedaron a la misma altura.
-Voy a besarte.- Y lo hizo, me beso, no fue un beso lento como el que me había dado la otra vez era un beso muy intenso, muy rápido, se podría decir que hasta desesperado.
Le seguí el beso con la misma intensidad, deslizó su mano por mi nuca y agarro mi cabello jalándolo levemente, entreabrí mi boca y profundizó el beso aún más.
Sus labios eran el mismo paraíso.
De un momento a otro me tomo de los muslos y me sostuvo en la pared y enrede mis piernas en su cintura con sus manos me tomo fuertemente de la cintura.
Caroline Morgan en este preciso momento te ordeno que vuelvas a la realidad, deja de besar a este exquisito hombre, no puedes hacerlo.
Era mi conciencia reclamándome y haciéndome entrar en razón.
Fui bajando el ritmo, deje de besarlo poco a poco hasta que nos detuvimos con las respiraciones un poco muy agitadas.
Quite mi "nudo" de su cintura y me iba a separar de él pues teníamos las frentes juntas pero no pude, bueno más bien él no dejo que me separara si no que apretó más su agarre a mi cintura inmovilizándome.
-No, por favor, quédate así un momento, solo un momento no quiero pensar que no eres mía, quiero por un momento estar así-rozó su nariz con la mía-déjame engañarme a mí mismo Caroline, por favor.
-Alexander nosotros solo somos amigos, lo sabes.
-¿Amigos que se besan?
-Amigos normales, nada más.
-No Caroline, no somos eso ¿te digo porque?
-¿Porque?
Pego su frente en la mía.
-Porque cualquiera con ojos sanos se daría cuenta que estoy enamorado de ti como nunca nadie se ha visto en esta vida Caroline.
Me quede sin respiración por un momento.
-Alexander solamente soy tu amiga.
Sonrió.
-Caroline TU eres mía ¿de acuerdo? solo mía de nadie mas.
Lo trate de empujar poniendo mis manos en su pecho pero lo único que logre fue que me sujetara las manos y así dejarme sin vía de escape.
-Alexander, no soy tuya ni de nadie, tú fuiste el primero en decirme que me darías tiempo y en este momento créeme que lo necesito.
Increíblemente se me hacía muy sexy que se pusiera en su modo mandón pero antes que nada tenía que cuidar mi dignidad.
Empezó a llover.
-Creo deberíamos irnos.
-De acuerdo pero esto no se queda así.
Me soltó y casi me derrumbe.
No se dio cuenta.
Cuando me recupere empecé a caminar.
A los segundos me tomo la mano y entrelazo nuestros dedos solo mire nuestras manos luego sus hermosos ojos.
-Caroline, esto apenas está empezando, no creas que es el final, por qué no me rendiré, por ti jamás.

Cuando llegaste tuWhere stories live. Discover now