Capítulo 18: Temporada de premios

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“Y estos son nuestros gloriosos mariscales de guerra, ahora como mariscales tienen poder en todas las ramas del ejército para seguir con su deber de proteger nuestro reino, aún si deciden abandonar la vida militar para dedicarse a otros proyectos, ustedes son poseedores de este grado militar, Salve Erdia”. Esas fueron las últimas palabras de la monarca para finalizar la entrega de las distinciones, una medalla en forma de ave y un apreton de manos, nada más; hubo también reconocimientos postumos para aquellos que no pudierón salir con vida de la Guerra de Doce Horas; Levi fue uno de esos, pues no fue registrado en la playa, tampoco había registros sobre su muerte, fue clasificado como “desaparecido en acción”, Sasha estaba segura de que su novio estaba aún con vida.

Por otro lado, Jean fue recibido con vitores y glórias, la gente lo apodaba “El Piadoso Mariscal”, los rumores de que Jean detestaba fueron tergiberzados hasta el punto que Jean había perdonado la vida de más de dos mil soldados enemigos en plena batalla, otros decian que evito una masacre en los campos de prisioneros, lo mismo pasó con Mikasa que según el relato popular, ella había eliminado sola a mas de quinientos soldados, habia eliminado la artillería enemiga, los titanes no se salvarón de ello, literalmente fueron elevados a dioses de la guerra, que acabarón con su enemigo, aquello complicó más los episodios de bipolaridad de Berthold, Annie se sintió más segura y ya no tan odiada, Zeke hacía sus últimas voluntades y Eren lo ayudaba, siendo este último el que, según las malas lenguas, seria del agrado de la reina Historia.

El panorama era alentador para instaurar un mundo más avanzado para la isla, aquellos científicos de Mare hacían su trabajo modernizando la isla, los asiáticos enviaban docentes y profesionales para ayudar al crecimiento Erdia, claro a cambio de minerales y otras cosas para comerciar.

Los mariscales se convirtierón en un nuevo tipo de nobleza, con sede en sus respectivos cuarteles generales, ya tomaban decisiones que los duques y condes tomaban antes de la guerra. Jean, Mikasa, la capitana Sasha, Eren y Annie se encargaron de la Legión de Reconocimiento, teniendo a la que fue distinguida por la reina como Generalisima Hanji como líder, al igual que Nile Dok y Dot Pixies. Luego de un intento de suicidio, Berthold fue derivado a una institución para enfermos mentales donde se encontraban ya varios soldados, veteranos revolucionarios en su mayoria que sufrian Estrés Post Traumático.

En los cuarteles, para aumentar a los festejos Hanji dió cinco días libres, de un martes a un domingo, en esos días los mariscales descansarón, aunque algunos fueron a tener unas “noches de glória”, Jean estaba más centrado en escribir su libro de poemas y en retomar su viejo pasatiempo de dibujar; sus poemas eran de amor y los paisajes eran los temas dominantes, pero su musa volvía a ser la azabache de ojos grises.

Jean, ayudado por un bastón que usaría hasta recuperar la movilidad de su pierna herida, volvió a visitar su querido y tranquilo lago, tres horas después, al llegar Annie estaba allí.

--No sabia que te gustaba la tarnquilidad-dijo Jean, apoyado en su bastón .

--Me diste un susto de mierda-contestó sorprendida Annie.

--¿Quién carajo pensabas que vendría?, ¿un titán?-el sarcasmo de Jean se hizo presente.

--Tsk-la vieja Annie volvió.

--También me da gusto de verte Annie-finalizo Jean para sentarse en un tronco caído.

Un silencio casi incómodo dominó por breve tiempo, hasta que Annie se marchó usando su equipo de maniobras tridimensionales, Jean no le dio importancia y siguió con sus dibujos. Cuando llegarón las tres de la tarde, Jean decidió volver al cuartel a descansar, en su trayecto se puso a pensar en su futuro, si seguiría en el ejército o sería un poeta radicado en la zona bohemia de la capital; si le diría a Mikasa sus sentimientos o se rendiria y buscaria a otra que sus escritos dedicaría. Al momento de llegar a los caurteles, Mikasa, Hitch, Sasha y Annie estaban charlando, Jean no se fijó en ellas y siguió su camino hasta su habitación, luego de una ducha rápida, fue al comedor.

--Jean, ¿Dónde estabas?, ya estaba por ir a llamarte-le dijo Mikasa, Jean se sentía el nuevo Eren.

--Estaba en mi habitación durmiendo, desperté y no me duché, nada de otro mundo-contestó Jean, moviendo sus hombros de forma cómica.

--Tranquila Mikasa, este caballito vendrá conmigo a jugar cartas y a tomarnos unas copitas más tarde-Eren hizo su entrada.

--Ni hablar, la última vez…

--Eso fue antes, ahora somos otros tipos más maduros-se defendió Jean.

--Ustedes son imposibles-dijerón Mikasa y Annie al unísono
La discusión no fue graciosa ni para Hitch ni para Sasha, solo Annie se estaba aguantando la risa por los disparates de los dos mariscales frente a su rival y nueva amiga de ojos grises.

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