Capítulo 15: Caminando a Través de Paisajes Infernales

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--Comandante Smith, como le decía, la sargento Ackerman es un recurso que no podemos perder en el frente…

--Jean, yo tampoco quisiera enviarla a ella y a varios más allá, pero ya se decidió, ese pretencioso anciano con alopecia de Pixies hizo todo lo posible para que la mayoria de sus tropas se queden en reserva, solo pude poner a Braus, O’Connor y Kristensen en el batallon de francotiradores donde la mayoria son de la Policía Militar-interrumpió Erwin con un sutil tono de frustracion-ni hablar del personal de los zepelines, todos son de la Guardia Estacionaria, y sobre Mikasa, mañana sera ascendida a al rango de capitán para que lidere las tropas, como tu dices ella es una máquina y los soldados estarán motivados al ver a nuestro Ángel de Guerra, por cierto tu libro sirve demasiado, esta mapeado el terreno enemigo-añadió Erwin.

--Entonces, esperemos que la guerra termine pronto-dijo Jean ya resignado.

--Jean, escúchame, no se que es lo que te preocupe, pero ya te lo dije en aquella noche, si tienes alguna cosa pendiente, resuelvelo antes de entrar en acción-dijo Erwin despidiendose de Jean con un formal apreton de manos.

--Así lo haré comandante-se despidió Jean.

El jóven capitán siguió su camino al campo de tiro, donde reemplazaría temporalmente al  instructor en jefe, pues el ultimo tuvo un pequeño accidente con un rifle en mal estado. Jean sentía que aquel trabajo adicional le daba tiempo de pensar sobre su futuro, pasado y presente, aún le inquietaba la idea de matar a otro ser humano al igual que la idea de no volver a casa, o volver a casa sin Mikasa.

Siempre al salir, Jean se reunía con Mikasa, a veces con Levy y Sasha, y muy rara vez Connie, que siempre se quedaba a dar apoyo a aquellos que no podían con sus equipos de maniobras.

--¿Cómo fue tu día?-preguntó a la azabache.

--Bien, hoy por lo menos no se quejaron de tener que aprender a pelear cuerpo a cuerpo-dijo Mikasa.

--Eso es un avance-dijo Jean prendiendose un cigarrillo-vamos Mika, dejame fumar-se quejó cuando su Ángel de Guerra le quitó su cigarrillo.

--Odio que fumes esta porqueria, no me molesta el olor, mi padre fumaba su pipa, pero no exageraba con cajetillas enteras de cigarrillos-dijo Mikasa, recordando aquellos distantes días felices.

--Bueno Mika, el fumar es un noble vicio que me mantiene despierto y atento a lo que hay que hacer cada día-dijo Jean, con un simpático sarcasmo.

--Genial, entonces te despertará más saber que en una semana nos vamos a la guerra-dijo Mikasa-aunque creo que eso ya lo sabias, últimamente te la pasas o en la oficina de Erwin, también hablando con Hitch o Hanji-añadió la de cabellos color noche.

--Bueno, eso es parte de mis responsabilidades, hablar con los superiores y entrenar como todo el mundo, que te parece si vamos a cenar con Connie, Sasha y Levy, sabes que ella conoce los mejores comedores de todo el cuartel-propuso Jean-al menos hagamos algo antes de ir al verdadero infierno-añadió con algo de tristeza en su voz.

--Esta bien, solo no bebas mucho, señor beerserker-dijo Mikasa.

--¿Todavía lo recuerdas?-dijo Jean, recordando con vergüenza una de sus más gloriosas noches de taberna, bueno la única que acabo con una resaca legendaria.

--Si, además dime lo que sabes de Eren y Armin-dijo la azabache.

--Bueno…

Un bello recuerdo de antes de la invasión, que extrañamente rondaba en la mente de Jean al momento de ser atendido en plena batalla por los médicos del pelotón en una improvisada mesa de operaciones en un cráter formado por la artilleria de Mare, le sacaron una gran pieza de metal de la pierna izquierda, cuando se pudo poner de pie, con ayuda de un rifle que quedó inutilizable, fue a prescenciar la batalla, vio a la mitad de los pelotones desparramados en el suelo y a la otra mitad atrincherados en un cráter cercano y tomando algunos escombros como trincheras, mismos que ya estaban en su sitio por azares del destino.

En SilencioWhere stories live. Discover now