Capítulo 9: Por corte de carne y la culpa sumada.

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Eran las tres de la madrugada, solo andaban despiertos aquellos que les tocaba el puesto de guardia, castigados sin su día libre, y aquellos seis legionarios que partirían hacia su misión adentro de los muros. Mikasa, acompañada de Armin despedían a Eren, Jean no desaprovechaba para ser parte de aquellos momentos en la vida de la azabache, lanzando uno que otro cumplido a la azabache, cosa que a Eren ya no le molestaba tanto, ya que estrechó su “amistad-rivalidad” con Jean en la noche de copas, así como lo hizo con los demás que estuvieron allí. Sasha se ponía nerviosa cerca a Levi, el cabo tenia la misma reacción al estar cerca a ella, Moblit conversaba con Erwin respecto al lugar donde pasarían la noche, y el punto de reunión con los comerciantes, la casa de los Ølyn, luego de despedirse, los seis entraron a una carreta la cual llevaba entre equipos de maniobras tridimensionales, mapas y armas como rifles, pistolas, cuchillos.

El punto de encuentro estaba algo lejos de lo previsto, en el camino Erwin repasaba con Moblit y Levi los argumentos del negocio y sus propuestas, Eren dormía dentro de la carreta, Sasha y Jean conversaban sobre la noche de gloria que el corcel tuvo la antepasada noche.

--Sasha, te lo digo en serio, no recuerdo nada  mas que haber llorado por Mikasa-se disculpaba Jean por el espectáculo que dio hace un dia.
--Amm… se te olvida que tu competencia esta durmiendo-hablaba Sasha señalaba a Eren.
--No es ninguna competencia, según lo poco que recuerdo de esa noche, el estaba tratando de persuadir a Levi de torturar a Annie, así que tengo mis teorías-dijo Kirschtein.
--Bueno, te creo intento de poeta que hace teorías a lo capitana Zoe-decía Sasha llevándose a la boca, un pan que robo antes de partir.
--Bueno, parece que olvidaste ya al cabeza de perilla-decía Jean sacándole un pedazo a otro pan que Sasha tenía guardado en una alforja.
--Es cierto, no pienso amargarme por un cabeza farol, sigue siendo mi mejor amigo-decía Sasha volcando su mirada donde cierto enano-aunque hay otro que se roba mi aliento.
--Sasha dime que robaste algo mas que ese pan-decía Eren levantándose de su sueño.
--Dime Eren, ¿es cierto que amas a Mikasa?-pregunto inocentemente Sasha entregándole un pedazo de pan al suicida.
--No se que les dijo Armin pero todo es falso-dijo Eren, sonrojado y sudando-ella solo es mi hermana y nunca he pensado en ella de manera lasciva.
--Bueno cuando estábamos en la 104, habían rumores de que ustedes dos eran pareja, y que Annie odiaba a Mikasa por ello-decía Jean, algo molesto por recordar sus días de recluta,  recaudando evidencia de la falsedad de dicho rumor esquivando a Shardis.
--No es cierto, la única chica que yo ame me hizo el corazón añicos, primero rechazándome cuando le confesé mis sentimientos por ella y luego me termino de matar el alma cuando me entere que ella era la mujer titán-dijo Eren soltando algunas lagrimas en silencio al recordar aquellos dolorosos sentimientos.
--Annie me conto que ella tenía sentimientos por un chico al cual rechazó, eso me lo contó llorando, que ella no debía distraerse por la misión, supongo que ella se quería desahogar con alguien que la escuchara y por eso fue conmigo, por culpa de misiones y deberes que tenia, aquello recién cobro sentido cuando me entere que ella era la Titán Femenina-decía una emocionada Sasha, consolando a Eren-nunca pensé que ese chico fueras tu, no creo siquiera que ella pensara en hacerte daño.

Los legionarios pasaron el viaje entre conversaciones, chistes y secretos, ganándose la confianza y unión como equipo. Llegaron a su destino de entrada ya la noche, cansados fueron recibidos por el anfitrión y moderador de las negociaciones, Percival Ølyn, que les ofreció dos habitaciones a cada grupo, una sola, donde por motivos de seguridad, pasarían la noche cada uno los líderes de cada parte negociante, en caso de la Legión el líder de negociaciones sería Erwin, y la otra habitación seria donde estarían todos los de su equipo de seguridad, es decir el resto del escuadrón que fue a la misión.

En el punto de encuentro, se encontraban personalidades del alto y bajo mundo del interior de los muros, como el conocido dolor de cabeza para la Policía Militar, Frederick Pain, un anciano contrabandista y líder de la mafia dentro de los muros, era justo y honesto, pues sus golpes de asalto siempre perjudicaban a políticos, autoridades y nobles corruptos, según cuentan es amigo personal de los Reiss y también del líder de la Tropa Estacionaria, el comandante Pixies, también era conocido por ser aquel que entregó al asesino de Leonard Arset, un niño de escasos recursos masacrado para las perversiones de su asesino, el cual era nada mas ni nada menos que un miembro importante de la Policía Militar, junto a el cayo toda una red de comerciantes y nobles del estatus mas alto imaginable, todos fueron condenados a muerte y Pain fue tomado como un héroe del pueblo por su testimonio de las atrocidades de los acusados, para ese entonces, según el relato popular, Pain no era mas que un empleado nuevo de uno de los acusados. Erwin lo considera un amigo y un aliado importante a tener.

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