10. ENJAULADO

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Oliver dejo escapar un prolongado bostezo. Los ojos se le abrieron despacio, y al instante un dolor agudo se instaló en su mente.

Cerró los ojos y se llevó ambas manos a la cabeza buscando terminar con el dolor. Le fue imposible. Abrió de nuevo los ojos. Y quejándose se sentó en la orilla de la cama.

Por un momento pensó que todo le daba vueltas, hasta que logro sentir el suelo bajo sus pies. Un ruido procedente de atrás provoco que su dolor se intensificará. Giró la cabeza, esa simple acción le hizo ver que todo daba vueltas a su alrededor.

Realizando un gran esfuerzo, logró verificar de dónde provenía aquel sonido, solo se trataba de su despertador, el que continuaba cambiando los minutos mediante iba trascurriendo el tiempo.

El frío que sintió bajo sus pies le hizo olvidarse del despertador y fijar la mirada hacia abajo. Le tomó por sorpresa el descubrir que sus pies estaban totalmente desnudos.

Aun sin entender que estaba ocurriendo, elevó su rostro. Lo cierto era que ni siquiera recordaba como diantres había vuelto a su habitación. Lo único que recordaba era sentir un horrible dolor en el pecho, bajar a Cabeza de Toro e intentar borrar los recuerdos mediante el alcohol.

Allí se encontraba, bebiendo tranquilamente, hasta que de pronto, se despertó en su habitación. Pensar en todo ello, ni siquiera lo acerco un poco a la verdad que estaba buscando.

Dejo escapar un sonoro bostezo y haciendo un gran esfuerzo se puso en pie. Se detuvo al pasar frente al buro, se centró en ver su reflejo en el espejo. Por extraño que le pareciera, vestía la misma ropa del día anterior.

La cogió con una mano y olfateó. El olor era horrible. Se hizo casita con ambas manos y dejo escapar aire cubriendo su nariz. Lo que resulto de ello también era asqueroso.

Dando tras pies, entró a su cuarto de baño. Se desvistió aun con el intenso dolor de cabeza y se adentró a la ducha.

Esperaba que el agua no solo se llevara su suciedad, sino también sus recuerdos. El solo recordar su conversación con Janet le provocaba arcadas y un intenso dolor en el pecho que se sumaba al de la cabeza.

Se golpeó en reiteradas ocasiones contra la pared, buscando terminar con el dolor y sus recuerdos. Lo único que consiguió, fue que se intensificará su dolor.

Mareado, con arqueadas y cansado, Oliver abandonó la ducha. Envolvió su cuerpo en una hermosa bata negra.

Cogió una vestimenta sencilla. Mientras se vestía, intentaba recordar lo sucedido en Cabeza de Toro, con tal esfuerzo, recordó haber visto a Jay junto a él, ¿O solo era una alucinación suya?, por más que intentaba recordar, menos lo conseguida.

Cuando estuvo cambiado volvió al cuarto de baño. Se lavó los dientes con gran ímpetu, buscando desaparecer su pestilente aliento. Para estar seguro, cogió un poco del enjuague bucal.

Salió del cuarto de baño y se detuvo ante su puerta. En ese momento recordó que el entrenamiento estaba prohibido. Su única opción, era bajar a desayunar, sus tripas rugían con tal intensidad que podrían confundirse con algún animal salvaje.

Sin estar muy seguro de lo que debería hacer, decidió baja y caminar por el Santuario del Aprendizaje. Agradeció que los alumnos ya se hubieran marchado a clases, privándolo de sus miradas. Sin percances abandono el Santuario y se enfiló a la Calle Principal con cierto temor.

Por algún momento se imaginó que se encontraría con lámparas caídas o edificios arrasados. Para su sorpresa, todo continuaba igual, como si nada fuera de lo común hubiera sucedido, aunque en el fondo, sabía que eso era una mentira, comprendía que sus actos de la noche anterior tendrían consecuencias tarde o temprano, por eso creía tan importante el recordarlos.

Choque de Maestros (Crónicas de un Inesperado Héroe II)Where stories live. Discover now