70. |A la luz de las llamas|

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No puedo decir que estaba en el lugar más cómodo del mundo porque estábamos literalmente en el suelo, sobre una alfombra y cubiertos con una manta para no morir del frío pero en definitiva era la mejor noche de sueño que había tenido en mucho tiempo, mucho mejor era despertarme junto a él a mi lado, con esos hermosos ojos mirándome.

-¿Cuánto tiempo llevas despierto?-. Le pregunté al hombre que me tenía rodeada con su brazo.

-No mucho -. Aseguró con media sonrisa, iba a levantarme para ponerme algo decente de ropa e ir a lavarme los dientes y la cara pero Tony me impidió moverme -¿A dónde vas?-. Preguntó jalandome para que me quedara.

-Al cambiarme y...-. Iba a comenzar a decir pero él negó con la cabeza.

-Pasé demasiado tiempo lejos de tí como para que te vayas-. Me dijo entonces en un tono bastante tierno a decir verdad.

-Solo voy al baño, está como a dos metros-. Le dije riéndome.

-No me importa, quédate un rato más-. Sugirió rodeándome con su brazo y no podía decirle que no a la expresión tan adorable que tenía en su rostro entonces, tenía razón. Habíamos pasado demasiado tiempo separados.

-Bien...-. Le respondí suspirando y acomodándome a su lado.

-Te dije que debíamos pedir la habitación con una cama-. Recordó riéndose un poco y yo le dí un golpecito en el pecho.

-Cállate-.

Pero al fin y al cabo en algún momento teníamos que movernos así que unos minutos después al fin me liberó para poder ir al baño a lavarme los dientes y la cara mientras él pedía algo de servicio a la habitación para desayunar, acordamos que no era necesario bajar al comedor mientras podíamos quedarnos en la habitación un rato más en la mañana.

Entonces mientras me arreglaba un poco el cabello en una cola alta frente al espejo me di cuenta de algo, era la mañana de navidad y había pasado totalmente desapercibida, por lo que decidí arreglar eso de inmediato.

Cuando salí luego de escuchar unos ruidos a los que había decidido no prestar atención me di cuenta de que eran a causa de Tony que estaba empujando las camas invididuales para unirlas.

-Creo que esto estará mejor-. Sentenció señalando lo que había hecho.

-Supongo que sí-. Le respondí con media sonrisa acercándome a él para besarlo lentamente, deslizando mis manos por su abdomen descubierto llegando al inicio de su pantalón -¿Cuando me ibas a decir que tenías un tatuaje aquí?-. Le pregunté acariciando un poco más abajo de su cadera.

-Pensé que estas alturas ya te habías dado cuenta-. Me dijo con una leve sonrisa.

-Pues no-. Le respondí mirando el pequeño dibujo de tinta en su piel.

-Es un larga historia...-. Respondió riendo -Iré a darme una ducha-.

-Quiero escuchar esa historia Stark-. Le dije mirándolo con una ceja alzada mientras se alejaba ¿había algo más sexy en la vida que Tony Stark con un tatuaje? no lo creo -Me gusta-. Agregué haciendo que se detuviera -Es sexy...-. Comenté con una pequeña sonrisa.

-Se ve más sexy bajo el agua... ¿no quieres acompañarme en la ducha?-. Preguntó pero yo negué con la cabeza, tenía que esperar por el servicio a la habitación y como si leyeran mi mente se escuchó que alguien llamaba a la puerta en ese momento.

Unos minutos después, cuando Tony salió del baño estábamos los dos en la cama improvisada con un enorme desayuno delante de nosotros, había waffles, pancakes, fruta, mermelada y un montón de cosas más que dudo que pudiéramos terminar, creo que el hombre se había emocionado con el menú. Un programa de noticias estaba de fondo en la televisión, aunque le insistí a Tony que el mundo no iba a acabar porque él estuviera lejos un día y que los demás podrían arreglárselas no hubo manera de que no encendiera el aparato para enterarse de que estaba pasando. Está demás decir que la noticia más emocionante es que habían comenzado a despejar la vía.

-Por cierto...-. Le dije a Tony sentándome junto a él que tenía la mirada fija en la televisión pero volteó a mirarme -Feliz navidad-. Le dije con una sonrisa pasándole un pedazo de papel, nunca había visto un rostro más sorprendido en mi vida.

-No tenías... no sabía que íbamos a...-. Comenzó a decir él excusándose pero aún así emocionado, supongo que no estaba acostumbrado a recibir regalos de navidad últimamente -No tengo nada para tí yo...-.

-Tony, no es un regalo es solo algo que encontré entre mis cosas... no es gran cosa-. Aseguré mientras él descubría lo que era realmente un retrato de él que había hecho en blanco y negro. Lo miró con los ojos como platos, sorprendido y una amplia sonrisa tomó lugar en su rostro.

-Es increíble-. Aseguró mirándome y de nuevo al dibujo -Es perfecto, me encanta-. Dijo al fin dándome un beso en la mejilla.

-Lo hice en Wakanda hace un tiempo, lo tenía en uno de mis cuadernos de dibujo y pensé que te gustaría-. Le comenté acomodándome a su lado para que termináramos de tener nuestro primer desayuno de navidad juntos.



|Prohibido| Tony Stark / Iron Man y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora