|Prohibido| Tony Stark / Iron Man y tú

125. |Visitantes inesperados|

Todo estaba en una extraña calma... como si esperábamos a que algo más sucediera, las horas pasaban con lentitud pero tampoco parecía rendirnos el tiempo. Teníamos casi todas las gemas a excepción de dos, una de ellas reposaba justo en la frente de visión y lo habían llevado directo a Wakanda esa mañana para poder averiguar la manera de quitársela sin hacerle daño alguno.

La otra, estaba en un planeta lejano si era cierto lo que algunas vez me había contado Quill y si cierto planeta lejano no había decidido hacer algo con ella, cosa que Thor iba a averiguar por nosotros. Por eso se había desviado del grupo cuando fuimos a Sakaar, porque iba a hablar con algunas personas que hicieran llegar el mensaje a Quill de que necesitábamos la gema de vuelta y de que podría haber dinero de por medio, amablemente donado por Asgard, porque todos sabíamos que eso iba a ser motivación suficiente para que Peter iniciara la búsqueda.

Aunque todo parecía 'resuelto' por ahora, me temo que no iba a poder descansar tranquila hasta saber que todas las gemas se hallaban destruidas, hasta saber que Thanos no era una amenaza inminente para todos nosotros... sobretodo para Tony, no después de lo que había visto... Esas imágenes estaban en mi mente acechándome como fantasmas que amenazaban con no dejarme en paz hasta que estuviera segura de que todo ya estaba en orden.

-...¿estás siquiera escuchando?-. La voz de Tony retumbó desde el otro lado del pasillo, me había quedado pensando mientras veía el tiempo pasar por una de las ventanas junto a la cual me encontraba sentada.

-Lo siento... no-. Le dije volteando a mirarlo.

-¿Qué pasa?-. Preguntó él algo extrañado, acercándose a mi lentamente.

-No es nada...-. Mentí porque no quería decirle lo que me preocupaba realmente, no tenía porqué saber una de las posibilidades de nuestro futuro al final de todo esto -Estoy cansada supongo-. Agregue para hacerlo sonar más realista.

-Estás preocupada-. Aseguró Tony que me conocía lo suficiente como para ver lo que pasaba -No te culpo, todo ha sido un caos en ¿qué? ¿el último mes?-. Recordó haciendo una mueca al recordar todos los eventos ocurridos, no es siempre que tu padre te secuestra y quiere matarte, al igual que el mundo entero se encuentra en peligro de extinción por unas gemas del espacio, todo en el transcurso de unas semanas -Pero no puedes dejar que la preocupación te impida vivir el presente-. Aseguró con una sonrisa cálida tomando mi mano entre las suyas y jalándome en su dirección para que me levantara de donde estaba sentada.

-¿Qué haces?-. Pregunté sonriendo un poco al momento en el que de manera dramática me acercaba a él y comenzaba a moverse al ritmo de una música imaginaria.

-Bailo contigo-. Respondió como si fuera lo más obvio.

-No hay música-. Le recordé ante el silencio presente en todo el departamento.

-F.R.I.D.A.Y. nuestra canción-. Dijo y entonces Frank Sinatra comenzó a sonar por los altavoces llenando de melodías de jazz envolvente y suave, todo el lugar.

-No sabía que ésta era nuestra canción-. Le dije a Tony cuyo cuerpo envolvía el mío, moviéndose al ritmo de la música y tengo que decir que cada vez que estaba cerca de él no podía evitar enamorarme un poco más con cada instante.

-¿Recuerdas cuando quedamos atrapados en el medio de la nada por la tormenta de nieve? ¿En medio de esa pequeña posada familiar? Me odiabas... no querías nada que ver conmigo pero por alguna razón aceptaste que bailáramos juntos, esta canción... esa noche cuando volvimos a la habitación que creo recordar no tenía una sino dos camas pequeñas tu y yo...-. Iba a decir con una amplia sonrisa pero lo interrumpí.