La gema exótica

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El frío comenzó a ser más intenso.

En Obrenia, el clima nocturno era más helado que en el templado reino de Worlorestus. Use mis alas para salir del lago y comencé a emitir mi emanación para intentar separar el agua de mi ropa y cabello.

--Muedrieder!

Entre el borde del bosque seco y la pradera estaba Grimtel.

Corrió a mi encuentro y me tomo por los hombros preocupado.

--Estas bien? Por qué estás mojada?

El chico se quitó la capa corta que traía atada y me cubrió desde la cabeza.

Mi aturdimiento era tal que los mareos aumentaban esporádicamente a medida de que recordaba esa extraña visión de un pasado muy lejano.

--Estoy bien... Hay que regresar...

Intenté caminar sin tropezar, pero había caído de rodillas, por la altura de la hierba no se veía ni mi cabeza.

--Sube, rápido.

El príncipe me ofreció su espalda. No lo pensé mucho. Rodee su cuello y con el dolor de cabeza más intenso de mi vida me recosté sobre su espalda. El niño estaba agitado, pero no se detuvo para descansar por ningún instante.

Tiritando de frío sentía que desfallecía, quizá llevaba horas flotando en el lago. Mi cuerpo estaba entumido y acalambrado.

--No le conté a nadie. Pero seguramente ya habrán notado nuestra ausencia.

Grimtel hablaba, su voz inquieta se escuchaba lejana.

--Tambien parece que ya nos están esperando.

Lámparas runicas levitaban en la entrada principal. Un escuadrón de búsqueda y rescate nos recibió a la entrada.

Pude escuchar que nos habían estado buscando por horas. Lo extraño, es que el príncipe y yo no nos habíamos cruzado con nadie durante nuestro trayecto.

Al despertar sentía una agradable calidez. Deritri descansaba su cabeza en la misma almohada que yo emitiendo una emanación calorífica suave. Ella estaba sentada a un lado de la cama, y por la luz entrando por la ventana supuse que era pasado medio día.

Deritri sintió mi presencia y se despertó lentamente.

--Muedrieder!

Pelé los ojos, mi joven amiga estaba consternada y enojada.

--Umm lo siento...

Dije agachando la mirada. La vergüenza me consumía. Había fracasado como espía nocturno y ahora todos sabrían del silbato de Gocxian.

--Por que no me dijiste nada? Estaba muy preocupada Muedy, no me hagas esto.

--Pero era algo que tenía que hacer rápido. Por favor perdóname... También por lo de Gox, ahora sabrán de su relación con Gocxian.

La expresión de confusión en Deritri me hizo dudar.

--De qué hablas, por qué habrían de?

--Por el silbato! Ya no lo tengo, supongo que lo decomisaron al encontrarme.

--Muedrieder, no traías el silbato cuando llegaste. Incluso le pregunté a Grimtel pero él no sabía nada de él. Solo traías en el cuello la insignia y recuerdos de nuestros amigos.

No podía ser! Yo estaba con la seguridad de haber llevado el silbato. Pero si era como Deritri lo decía, entonces lo había perdido en el lago.

--Lo perdí.. hay que regresar a buscarlo! Qué Gox use su transporte y nos lleve.

La Dama Blanca es un varónWhere stories live. Discover now