Mira cómo los guiones sangran
la furia de las mentiras
y negros abismos
ahogan
sus emociones,
descritas en las luces que se difuminan.
Nadie quiso escuchar la voz
de quién sostiene las velas
con temor a quemarse,
y aun así tan dispuesto
a guiarlos fuera de la sombra,
de un telón caído.
Al centro del
corazón
y a la izquierda de la razón,
dormita el fuego de
un alma en llamas
que llora
en silencio
para no gritar.
Actuando en un teatro
en ruinas,
en una función que nadie escucha
ni mira.
La risa de los indiferentes que
no entienden
la verdad del dolor
que punzante
cierra los ojos
hasta que no puede ver más
que la oscuridad que ha consumido
la venda sobre los ojos
de alguien más,
incapaz de ver la desesperación
de los que vociferan en el escenario
y les gritan actores,
aún cuando el sentimiento es real.
