Kumiko

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El café está frío y el cielo azul,
hacía tanto que no veía la luz

por esconderse tras las sombras y
las cortinas que danzan.

Ahora sus páginas son temblorosas y
esperanzadas
buscando un capítulo más.

Sin embargo ella se dobla en el suelo, donde la luz tropieza en la esquina

cual origami
tan ruidosamente en silencio
con lágrimas cayendo
y batallando por respirar.

El espejo ve su desesperación sin hablar

y solo respira, no puede gritar.

Sus manos tiemblan pero nadie es capaz de entrar.

Porque sus alas se caen,
se deshacen,
se cansaron de luchar por volar.

En esta tierra helada
las grullas mueren
con sus corazones de cristal

y una lluvia en su reflejo.

Toma menos de una respiración
quebrar
las esperanzas de alguien más.

Pero se levantará,
quizás.

Cuando esté preparada.

Grulla de papel
arde y
llueve.

Que nadie le quite
su libertad.

Estrellas perdidasWhere stories live. Discover now