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Las pestañas te brillan cuando se cuelgan cristales de sal y sentimientos de agua, las emociones se te caen y eres el más hermoso de los desastres.
Tras esa mirada fría se esconde la más cálida sonrisa, te asusta la vida pero intentas vivirla.
Cada día el sol surge a tus espaldas y te ilumina; volteas pero no lo miras, porque reflejas su brillo.
No podemos verte cuando juegas con el vacío, cada día comienza contigo y se recuesta en tu hombro hasta que cae la noche y te pierdes en el olvido.
Olvidas ser quién eres, ¿pero eres quién querías ser? Los girasoles giran sonrisas, ¿están ahí las tuyas, perdidas?
Permiteme mirar la dulzura de tus mejillas enrojecidas, el crepúsculo en tu cara y el amanecer en tu mirada, soñamos la noche cuando no podemos hacer nada.
Eres esa sorpresa inesperada que está ahí, que siempre estuvo ahí, y aún así, no te vimos venir.
Melancolía se lamenta en el amanecer, madrugadas frías y el arrepentimiento por lo que nunca fue.
Sonríe con tus ojos una última vez, demasiado cálida, demasiado fría, ¿la luz sigue encendida?
Amanece en los brazos del sol, Alba, ¿cómo se ve le cielo desde arriba?
