Como no tenía trabajo, decidí vestirme con unos jeans negros y una polera de nirvana.

Al salir, me encontré con la cama estirada y perfectamente acomodada.

Negué con la cabeza y fui a buscar a Camila.

-Camz, procura no hacer tantos esfuerzos, pueden dañar al bebé.

Me acerqué a ella rodeando su cintura con mis brazos y besé su cuello.

-Eres una exagerada, Laur.

Rió en mi cuello.

-Eso no es cierto, solo los protejo.

Colé mi mano por debajo de la blusa que traía acariciando con suavidad.

-Oh, Lauren. Tus manos son tan suaves.

Gimoteó Camila haciéndome reír.

Besé su mejilla sonoramente para separarme.

-Me voy.

Dije y tomé una manzana para el camino.

-Cuídate, princesa. No hagas mucho esfuerzo ¿Okey?, volveré pronto. Los amo con mi vida.

Me despedí y Camila se acercó a mí para besarme profundamente.

-Ouh, que delicia.

Dije sugestivamente mientras mordía mi labio.

Escuché la armoniosa risa del amor de mi vida y salí de casa.

Abrí la puerta de mi auto y arranqué con destino al centro comercial.

Mientras manejaba comía de la manzana que había traído para la ocasión.

Frené en un semáforo y el pitido de mi celular me desconcertó.

Camila me estaba llamando y mis sentidos se alarmaron.

Contesté de inmediato poniendo manos libres.

-¿Pasó algo, Camz?

Dije preocupadísima.

-Te extraño mucho, mi amor. Vuelve ya.

Solté todo el aire que había contenido y solté una risa nerviosa.

-Me asustaste, bebé.

Confesé sintiendo mi corazón aún bombear con fuerza.

-Perdón por llamarte así pero es que quería escuchar tu voz.

-Awwww.

Chillé con ternura.

-Te amo, mi amor. Me apresuraré para  estar pegadita a tí.

Dije sintiendo una calidez en el corazón que me hacía muy feliz.

Mi morena prometida suspiró y yo sonreí.

-Tengo que cortar, bebé. Ya estoy por llegar al centro comercial. Hablamos.

-Está bien. Cuídate, Laur. Te amo.

-Te amo.

Lancé un beso al teléfono y corté la llamada.

Suspiré como total enamorada, porque lo estaba por completo.

Estacioné en el inmenso estacionamiento que, por suerte, no estaba lleno como de costumbre.

Bajé del auto y me aseguré de haberlo cerrado bien para luego caminar hasta el ascensor.

Me metí dentro y en un par de minutos ya estaba en el piso que deseaba.

La hija de mis padrinos.|Camren (G!P)Where stories live. Discover now