La hija de mis padrinos.|Camren (G!P)

Capítulo 40

Narra Lauren:

Un mes había pasado desde que recuperé la memoria, y un mes también de estar en observación en el hospital.

Los cortes que tenía estaban completamente curados y la venda en mi cabeza se veía reemplazada por mis cabellos cortos en crecimiento.

Me encontraba tomando una siesta cuando los molestos rayos de sol me obligaron a abrir los ojos.

-Maldicióooon

Me quejé mientras ocultaba mi cara con mis manos.

-Cuida esa boca

Me respondió la voz de mi prometida, al quitar mis manos pude visulizarla terminando de abrir las persianas de la blanca habitación.

-Las personas disfrutan dormir, sabes?

Le regañé el hecho de haberme despertado mientras alzaba una ceja.

Camila se reía aproximándose a la camilla, sentándose a mi lado.

-Hablando de dormir, creo que alguien está muy despierto...

Muerde su labio mientras su mano oprime el abultado espacio en mis shorts.

-Cam....

Trato de reprenderla pero sus caricias me vovlían loca y el gemido que dejé escapar lo evidenciaba.

-Cierra la puerta

Ordené sintiendo toda la calentura concentrarse en mi zona íntima.

-Mmm, alguien parece entusiasmada

Jugaba conmigo soltando pequeñas risas

-Por favor...

Suplicaba que se hiciera cargo de los efectos que había provocado en mí.

Su boca se abalanzó a mi cuello, dando lámidas que me hicieron estremecer.

Luego se separó abruptamente y con gran rapidez cerró la puerta de la habitación presionando para bloquearla.

-Madisson nos va a regañar...otra vez

Decía acercándose y subiéndose en mí, quedando sentada en mi regazo.

-Que lo haga...

La miré con deseo por unos segundos para luego deborar su boca, besandola con pasión.

Se movía frotando su vagina contra mi pene, que se endurecía cada vez más con cada movimiento.

Bajé mi boca hasta su cuello en donde besé a mi antojo, escuchando como suspiraba en mi oído.

Su mano se movía tratando de sacar mi miembro hasta que lo consiguió, comenzando a masturbarme

Me separé de su cuello, mirándola a los ojos, que estaban oscurecidos de lujuria.

La manera en que ella me masturbaba era sublime, por inercia mis ojos se cerraron y mi cabeza se inclinaba hacia atrás.

Se apartó de mí y abrí los ojos para ver qué sucedía, observé como se acomodaba y en un par de segundos sentí su húmeda boca envolviendo mi glande, haciéndome gemir con mayor volumen.

-Que rico...

Gimoteaba apoyando mi mano en sus cabellos.

Se desplazaba de arriba hacia abajo con  velocidad, mientras sus ojos me miraban con picardía.

Mis expresiones faciales estaban completamente poseídas por el placer que su boca me estaba proporcionando.

En un momento dado, se detuvo.

Sostuve mi miembro invitándola a montarlo, invitación que no tardó en ser aceptada.

No tardé en penetrarla, sintiendo sus deliciosas paredes rodear mi pene.

-Muevete, amor...

Me pidió y con gusto comencé a complacerla.

Sin dejar de penetrarla, me posicioné encima de ella, recostandola en la camilla.

Me movía lentamente pero con firmeza, escuchando sus gimoteos, música para mis oídos.

A medida que el tiempo pasaba mis estocadas se hacían más veloces, sintiendo el orgasmo aproximándose.

La cara de mi prometida era de extremo placer, cosa que me gratificaba.

Al cabo de dos estocadas profundas sentí sus paredes contraerse, bañándome con su líquido, seguido de un largo suspiro.

No tardé en alcanzar mi máximo también, uniendo mi espeso semen con sus exquisitos fluídos.

Nuestras respiraciones estaban agitadas, pero la sonrisa de nuestros rostros era imborrable.

-Fue increíble

Le digo depositando un corto beso en sus labios.

-Concuerdo

Besa mi mejilla y se levanta con dirección al baño.

Suspiro y comienzo a limpiar los rastros de sexo que quedaron.

Al cabo de unos minutos, alguien tocó la puerta.