Capítulo 24

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Narra Camila:

Dios mío de mi corazón. No podía dejar de observar detenidamente las cuatro pruebas que me realicé tras la primera. Mis ojos estaban empapados y mi corazón rebozante de emoción.

No me lo podía creer. Cinco muestras positivas. Definitivamente estaba embarazada.

Me pareció extraño el hecho de que después de tantos meses de espera, justo cuando habíamos discutido el tema de que algo en nuestros cuerpos estaba mal, aparezco embarazada como si nada.

Ordené mis cosas y boté los cuatro test sobrantes para solo llevarme uno. El que le mostraría a Lauren.

Pasé nuevamente por la tienda de bebés y compré un zapatito de bebé realmente adorable. Me serviría para darle la sorpresa a Lauren.

Compré un ramo de rosas rojas que Lauren amaba y por fin podría irme a casa.

Subí a mi auto y al encenderlo el reloj digital marcaba las una de la tarde.

Me apresuré en llegar a casa, al estacionar bajé de inmediato y saqué las bolsas del maletero.

Palpee mis llaves en la cartera y demoré unos cuantos segundos en encontrarlas.

-Vaya, Camila. Qué sorpresa.

Volteé precipitadamente y me encontré a un alegre Shawn que sacudía su mano con euforia.

-Wow, Buenas tardes, Shawn.

Le sonreí y sacudí un poco mi mano como pude.

-Ah ¿Te ayudo con eso?

Dijo y apuntó las bolsas a lo que asentí con entusiasmo.

-Por favor.

Las tomó y me apresuré a abrir la puerta de casa.

Entramos y dejó las bolsas en la mesa del comedor.

-Muchísimas gracias, Shawn.

Le agradecí y él me miró son sus mejillas levementes sonrojadas como de costumbre.

-No es nada.

Sacudió su mano restándole importancia mientras sonreía.

Una sonrisa que derretiría a cualquier persona. Menos a mí, para su mala suerte.

-Bueno, debo irme. Un gusto haberte visto, Camila.

Se acercó y besó mi mejilla como despedida.

Lo acompañé a la puerta y le agradecí una última vez antes de que se marchara.

Una vez estuve sola de nuevo, guardé los ingredientes que había comprado y llamé a Dinah para que me ayudara a preparar todo.

-BUENAAAAS.

Gritó a través del teléfono una vez había contestado.

Aún manteníamos el mismo contacto que en la universidad. Seguía siendo mi mejor amiga y le agradecía al destino eso.

-Eres una gritona, Chechee.

La reprendí y ambas soltamos una risa.

-Bueno, te llamaba para que vinieras y me ayudaras a montar una sorpresa para Lauren.

Dije y suspiró con un agobio fingido por lo que reí. Tan simpática mi amiga.

-¿A qué tipo de sorpresa te refieres?

Cuestionó.

-Dime si vienes o no, acá te cuento todo.

Le respondí.

-Estoy allá de inmediato.

Se rió y colgó.

La esperé unos veinte minutos y ya la tenía tocando el timbre como desquiciada.

Caminé hasta la puerta y la abrí.

-HOLAAAA.

Exclamó y me lancé a sus brazos.

-Tanto tiempo.

Dije y reí.

La dejé entrar y le pedí que se sentara en el sofá.

-Cuentamelo todo, maldita.

Pidió pacientemente y golpeé su hombro en broma mientras reía.

-Le pediré matrimonio.

Solté de una y creí que a Dinah se le caería la mandíbula de tan abierta que la tenía.

-¡¿Tú qué?!

Exclamó con cara de emocionada.

-Eso no es todo..

Sonreí y toqué mi vientre, ella lo miró y cubrió su boca con sus manos.

-¡No puede seeeer!

Gritó emocionada

-¡Estoy embarazada!

Grité también y ambas nos fundimos en un gran abrazo efusivo.

-Por dios, Mila. Estoy tan feliz. Por nada del mundo me perdería preparar esta sorpresa, Lauren se va a cagar encima.

Me reí por su comentario y asentí.

-Estaba muy entusiasmada con tener un hijo, se emocionará demasiado.

-Graba su reacción, por favor.

Suplicó y no podía hacer más que reír por las ocurrencias de mi mejor amiga.

Mi celular vibró en mi cartera que se encontraba encima de la mesa y me levanté para contestar.

-¿Diga?

Respondí sin detenerme a leer el nombre de contacto.

-¿Así le respondes a tu novia?

La voz de Lauren me hizo sonreír como boba y Dinah me miraba mientras murmuraba idioteces que me hacían reír.

-Buenas tardes, mi amor.

Contesté y ella suspiró.

-Buenas tardes, mi vida ¿Cómo te has sentido?

Suspiré  y mi sonrisa no se me quitaba del rostro.

-Muy bien, amor ¿Cómo va todo por allá? ¿Ya comiste?

Me desplazaba por la casa mientras hablaba.

-Todo bien, te extraño. Acabo de comer ¿Y tú?

Oh, por poco y me olvido del almuerzo.

-Aún no amor, pero ya comeré algo. También te extraño.

Me negué a escuchar sus sermones porque no había comido por lo que me apresuré a interrumpir.

-Mi amor, tengo que irme. Te amo mucho, nos vemos a la cena.

Colgué y volví a la sala.

Dinah estaba riéndose de mí y yo rodé los ojos.

-Joder, estás acabada, Camila.

Me reí y negué con la cabeza.

-Por algo me casaré con ella.

Dinah sonrió y levantó su pulgar orgullosa.

-Bueno, empecemos si queremos acabar para la cena.

Dijo y nos levantamos, sacamos lo que necesitaríamos de las bolsas y comenzamos a adornar primero la habitación para luego bajar al comedor.











La hija de mis padrinos.|Camren (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora