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|Entertainer, Zayn|

Keira

Spencer y Chris eran muy amigables y, honestamnete, a Keira le cayeron bien. Y eso era extraño.

Lo único que le molestaba era la obsesión de Spencer con Coel. Eso sí que la molestaba. Por Eso, en realidad, y no por otra cosa, estaba de mal humor ahora.

- Entonces, ¿Cómo es Chris? - Keira rodó los ojos por milésima vez. Le iban a quedar doliendo.

- Ya te dije; rubio, cabello algo largo, ojos celestes y veintisiete años. - A Keira le estaba cansando la obsesión que presentaba su amiga con Chris. Es decir, no era feo; para nada. Pero ella ni siquiera lo conocía y, prácticamente, ya sé estaba imaginado un futuro con él.

- ¡Pero eso ya lo dijiste! - Le reprocha la pelirroja, haciendo un puchero.

- En efecto, dije: "Ya te dije" - ni ella se entendía.

- ¿Quién mierda te entiende? - Sarah estaba molesta, y a Keira razones no le faltaban. Uno: Le habían robado el diario que, para como, había sido por un Fluctúa. Dos: Ese mismo diario tenía que dárselo a su abuela, y al parecer, tenía información importantísima y secreta. Tres: No sabía cómo manejar a esta maldita alma que habitaba en ella, y Coel tampoco. Cuatro: Aún ni siquiera se habían puesto a pensar en el ataque que habían tenido en el bosque días atrás. Cinco: Probablemente Rey la llame en esos días por una misión, t le quitaría tiempo de las cosas realmente importantes. Seis: está haciendo una maldita lista de sus problemas - ¿¡Me estás escuchando!?

Mira a su amiga sin pizca de pena. Al parecer, se había desconectado del mundo otra vez.

- ¿Qué?

Sarah soltó un grito de frustración y se paró de la cama, lanzándole una mala mirada a su amiga.

- Te estoy diciendo que se acercan los exámenes y tenemos que aprobarlos para que nos dejen seguir aquí, o nos llevarán de vuelta a Certainty Blow para que sigamos allá con los estudios.

Y he aquí la séptima razón para estar molesta.

Keira cierra los ojos y deja caer su espalda a la cama, rebotando ligeramente. Pone sus brazos sobre sus ojos y piensa.

En realidad, lo más importante ahora son los exámenes, ya que si se llegan a ir de la universidad, tendrían mucha menos libertad y, lo más importante, no podría ver a Coel.

La sola idea de despedirse de Coel le rompía el corazón. Él era la única columna en la que podía apoyarse, él la había apoyado en sus peores momentos y la había ayudado siempre, si no fuera por él, probablemente ya tendría un serio problema mental. Él le había explicado todo y contado hasta lo más horrible de su vida, confiando plenamente en ella. Y ella le había dejado explorar por su mente a sus anchas, confiando plenamente en él. Y, ahora que se ponía a pensar, su algo ocurría con Coel, ella se desmoronaria porque ya ni tendría su columna para apoyarse. Ella ya no tendría alguien a quien amar.

No, definitivamente no podía alejarse de Coel. Eso estaba último en su lista de cosas que hacer en emergencias.

- ¡Hola gente! - escuchó una voz aguda y cargada de emoción - ¡Llegamos!

- ¿A dónde fueron? - preguntó Sarah.

- Chicas, tenemos cuatro millones de exámenes, y su desapruebo uno mi mamá me pone en adopción, así que fuimos a buscar libros a la biblioteca - Keira, finalmente, saca un brazo de su cara. Rachel y Marie están dejando libros en las camas.

Peligrosa Where stories live. Discover now