Capitulo 17

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Salí asustada. 

Todos estaban ahí en la mesa comiendo mientras que yo no quería ni mirar el plato, todos acabaron y él habló.

-Todos se van a sus habitaciones, pero tú mi pequeña Sara quiero que te quedes un rato. 

Una vez más, sentía como el temor se apoderada de cada parte de mi ser, una vez más iba a pasar algo malo.

¿Sería yo la siguiente?

El maldito enfermo por fin salió, siempre le temí, mis pesadillas de todas las noches eran de su rostro, cicatrices hasta el cuello y sus ojos que con solo mirarlos me querían descuartizar, me agarró de la mano y agregó:

 "Ven vamos". Con un tono perverso.

Sentí miedo. Entramos a una habitación, solo había una cama y lo único que pensé que quería hacer era violarme, tampoco había nada con que defenderme solo me dijo:

"Siéntate" 

Se sentó a mi lado, acariciaba mi cabello con maleza, traté de quitar sus manos de encima pero eso le enojaba.

- ¿Qué quieres de mi?

- Eres una chica dulce Sara, como me da placer verte, pero estaría aún más feliz si fueras mía.

Como me iba a entregar a alguien, era una niña virgen y llena de temor. Sólo mire al piso y en la pata de la cama había algo que brillaba, el sujeto se levantó para acomodar su pantalón, en lo que me agaché , era una pequeña navaja, de algo me iba a servir, solo seguí su tonto juego de perversión.

- Si es lo que quieres lo haré, ven y te enseño lo que puedo hacer.

No estaba en mis cinco sentidos de lo que hacía o decía, solo quería que mi plan funcione.

Estuve encima de él, tan solo estarlo me daba asco, hacía movimientos bruscos así que solo fingí seguir, un punto positivo era que aún tenía ropa, volteó y aproveché para sacar la navaja sin que lo notara.

- Ahora sentiré el placer que sientes tú cuando haces daño.

Agarré la navaja y lo empecé apuñalar repetidas veces, estaba muy enojada por todo lo que le había hecho a esas chicas, las clavaba con más rencor, fueron tan solo 5 minutos en los que pasó todo, reaccioné.

Mis manos, totalmente cubiertas de sangre, me quité de encima, me tiré en el suelo, no podía creer que había llegado tan lejos pero lo que le hice al maldito no era nada, se merecía más. Escuchaba pasos, alguien se acercaba a la habitación, la puerta se abrió de par en par.

- Oh mi pequeña, este castigo si lo voy a disfrutar...

¿QUÉ HACE EL CUERPO DE MI HERMANO LLENO DE SANGRE? ¿QUÉ HICISTE?

¿Tu hermano?







En nuestro secuestro nos conocimos [Siniestro #1] (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora