Capítulo 34

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-Camilo y sus secuaces ya deberían estar aquí- dijo Eli.

-¿En qué parte se puede abrir el portal?- pregunté.

-En el otro lado del claro- respondió Eli.

-Entonces ¿Qué horas son?- pregunté.

-La perfecta hora para aparecer querida hermana- dijo alguien a mis espaldas, volteé, varios lobos gruñeron, era Camilo al otro lado del claro con una mujer, era una vampiresa, la que había estado en el bar, la vampiresa de cabellos oscuros.

Fantástico ahora empezaba todo. Por alguna razón miré a mis espaldas, ahí estaba James, en otro grupo, pero ahí estaba, me dedicó una sonrisa y yo también.

-Hola Camilo- dije con una sonrisa falsa.

-Es un placer verte, aunque no tanto de ese bando- dijo con esa sonrisa que siempre me dedicaba cuando éramos pequeños.

-En cambio yo puedo decir todo lo contrario-

-Oh que triste, pero no digas que yo nunca te busqué, porque lo hice, maté gente por encontrarte- dijo con tristeza pero orgullo a la vez.

-¡¿Qué hiciste qué?!- grité enojada, puede que lo considere mi hermano, pero no soporto saber que mató a personas inocentes sin sentido alguno.

-Unas cuantas almas no serán nada comparado con lo que va a pasar ahora, aunque tengo que admitir que no esperaba que reunieran tantos Eternos para una lucha contra mí, pero será más divertido- dijo sonriendo.

-Eres un maldito bastardo- dije con ira y la expresión de la cara de Camilo cambió.

-¿Eso piensas? Qué me dices de tus amigos vampiros que matan y de los licántropos que mataron a varios de mis amigos que me ayudaron a ir por ti a ese bar de porquería- dijo enojado pero con esa sonrisa que ya me molestaba.

-Un minuto para la medianoche- susurró Eli atrás mío y vi como la vampiresa que antes abrazaba a Camilo, sacaba de su chaqueta un cuchillo. Maldita sea, pensé.

-¿Sabes que, hermanita? Te daré una oportunidad para rendirte, después de todo tienes que tener en cuenta algo, los hermanos pase lo que pase siempre se estarán apoyando- dijo Camilo como si me tratara de manipular para unirme a él, me dio rabia, nadie me intenta manipular sin después pagar.

-Pero yo a ti ya no te considero mi hermano, no me llames más “hermanita” ni “hermana” me das asco, además ¿Olvidas que me dijiste que soy adoptada?- dije con una sonrisa falsa dibujaba en mi rostro.

-Hermana… Bonnie Wood, híbrida, sin ninguna identidad encontrada; me duele quererte, me duele tanto saber que tú ya no me crees tu hermano; pero una cosa te digo, te arrepentirás. Amor, Irene prosigue por favor- dijo y se desató el infierno mismo.

La vampiresa se había rajado la mano y gritó unas palabras al cielo mientras sus gotas rojas caían en la nieve blanca.

Un arco en el cielo se empezó a formar y bajó a la tierra, donde empezaron a salir sombras que poco a poco se iban tornando reales en vez de esfumarse.

-Es tiempo- dijo mi madre que había llegado a mi lado, habíamos quedado en hacer un hechizo de protección con los árboles.

-De acuerdo- susurré y la tomé de la mano, mi grupo salió corriendo, al parecer ya había empezado todo aunque yo no lo quisiera.

-El aire que nos rodea, el agua que bebemos, el fuego que nos consume, el cielo nublado por la nieve, el cielo estrellado en las noches, el rojo de la sangre derramada, el brillo en los ojos de los victoriosos, el llanto de familias de inocentes y la tierra que protegerá a nuestros guerreros- dijimos mi madre y yo a la vez invocando a los árboles a protegernos, coloqué la palma de mi mano en la nieve y la nieve brilló de un color azul, la tierra tembló y por un segundo la batalla se detuvo, el segundo grupo ya había salido, y los demonios seguían brotando del infierno, mi hermano estaba expectante y con una sonrisa de oreja a oreja junto a quien él había llamado Irene.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Where stories live. Discover now