Capítulo 4

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Al otro día, me desperté temprano. Antes de que Iván se levantara, me bañé, me vestí con una camisa de manga larga azul oscura, unos pantalones vaqueros claros y el único par de converse negros que había llevado a Toronto. Luego subí al décimo piso a desayunar.

Hice la fila; no se imaginarían cuanta gente se despierta temprano. Faltaban por ordenar diez personas, cuando alguien me tocó la espalda. Volteé, y me alegré de ver que era Bill.

-Mi hermana decidió no venir a desayunar, y yo ya había ordenado por ella. ¿Quieres el desayuno de ella?- preguntó Bill con dos bandejas rojas, con platos llenos de huevos y panqués.

-No, gracias. Creo que puedo esperar mi turno- respondí. Me sorprendí yo misma con la respuesta, pero ya me había invitado ayer a cine, no quería que él pensara que yo no podía conseguir las cosas por mi propia cuenta.

-¿Estás segura?- preguntó Bill mirando las personas que faltaban por ordenar. Volteé a mirar y respondí resignadamente:

-De acuerdo-

Nos salimos de la fila, y nos encaminamos a una de las pocas mesas que quedaban desocupadas. Bill dejó las bandejas en la mesa y movió la silla a donde yo me iba a sentar, para que me sentara.

-Gracias, no sabía que eras tan caballero- dije sentándome.

-Hay muchas cosas que aún no sabes de mi- dijo Bill sentándose y tomando el vaso con jugo.

-Apenas te conocí ayer, ¿Qué esperabas?- dije sonriendo amablemente.

-Tal vez que supieras deducir cosas sobre mí, como yo las deduje de ti-

-¿Ah sí? ¿Qué dedujiste? y ¿Cómo?-

-Te lo diré más tarde- dijo y lo miré con intriga -Por lo menos a mí, me gustaría saber más sobre ti, antes de decirte lo que deduje, para saber si es correcto o no- dijo y cuando terminó la frase, me ruboricé, quería conocerme más, eso sonaba a que le interesaba ¿No?

En ese instante sentí un gruñido detrás de mí.

-Será mejor que no voltees, si no quieres que mis hermanos vengan- dijo Bill antes de que yo volteara.

-¿Y por qué no iba a querer que vengan?- dije volteando a ver a los hermanos de Bill. Se veían más pálidos de lo que ayer los había visto, y pensándolo bien, Bill también se veía pálido -Eres terca, eso lo deduje ayer-

-Sí, ya me lo ha dicho, pero sabes ser terca a veces trae beneficios- dije con una sonrisa dibujada en mi rostro. Por alguna razón me gustaba ser terca, tal vez por lo mismo, los beneficios aunque sin mentir también trae sus muchas consecuencias.

Una de las dos chicas que estaban con el hermano de Bill, alzó la mano para saludarnos.

-Espera un momento… me dijiste que tu hermana no vendría a desayunar, y allá veo a las dos chicas que estaban contigo ayer en el cine- dije mirando a Bill con una ceja levantada.

-Mentí- aceptó Bill con mucha naturalidad -Solo quería que te sentaras a desayunar conmigo-

-Debiste preguntarme mas no mentirme- dije con tranquilidad, más de la que había esperado de mí.

-Te dije que eres terca ¿No?, si te hubiera invitado, me habrías dicho no- dijo Bill mirándome.

-Hola Billy, nos levantamos y vimos que no estabas- dijo la chica que alzó la mano para saludarnos, que ahora estaba junto a la mesa y luego mirándome prosiguió -Ahora veo el porqué-

-Perdóname Eli- dijo Bill mirando el plato aún con los huevos.

-Me llamo Eliana Valcourt, hermana de Bill- dijo mirándome.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora