Capítulo 23

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Llegamos a la casa y me senté en el mueble de la sala con la mirada distante, pensando en el gruñido de dolor de James y en el grito de Eli cuando pronunció mi nombre.

-No le puedes decir nada a Orlando de lo que pasó en el cementerio o no nos dejará volver a salir de aquí- susurró Vera cuando se sentó a mi lado, yo asentí -Es mejor que te relajes, ellos llegarán en cualquier momento-

Vera subió a cambiarse, pero yo me quedé en la sala esperando a que entraran todos por esa puerta y que me dijeran que no habían matado a ningún vampiro, no creo que les pueda decir que ellos eran los que me estaban protegiendo, me tratarían de alejar más de ellos.

Estaba abrazando un cojín, me había quitado los tacones y había colocado mis pies en el mueble, cuando escuché como la puerta se abría, entró Todd y siguió al segundo piso, lo mismo Lindsay, Josh, Ana y por fin el que esperaba que estuviera vivo, James; y antes de que subiera me levanté de un brinco del mueble y corrí a abrazarlo, un impulso al que le hice caso; él correspondió mi abrazo, me separé para ver si estaba herido, tenía manchas de sangre pero al parecer no heridas.

-¿Estás bien?- pregunté confundida y preocupada por él.

-¿Tu lo estás?- preguntó aún más preocupado que yo por él.

-Lo estoy, yo no fui la que luché contra vampiros- dije y él sonrió; recordé a Eli - ¿Mataron a alguno?- añadí.

-No, huyeron apenas tú te fuiste con Vera- dijo y en mis adentros respiré profundo y descansé, no había muerto nadie, eso es fantástico. Sonreí y fui a recoger los tacones para subir a dormir.

James me acompañó hasta la puerta de mi habitación, me volteé para despedirme de él.

-Nos veremos mañana en el entrenamiento- dijo con una sonrisa maliciosa.

-¿Tú serás quien me entrene?-

-El entrenamiento de un Eterno es como el colegio, varias asignaturas, varios profesores- respondió -Que descanses, Wood- me besó la mejilla dio media vuelta y se fue. Por un momento mientras me besaba la mejilla deseé que se hubiese corrido un poco y quedara lleno de mi labial intenso en sus labios.

Dormí tranquila y relajada, después de todo, la salida si había servido de algo, sabía que la familia de Bill me estaba buscando, después de que yo me sintiera que me podía defender sola saldría de alguna forma en busca de ellos; la manada Chewolf me protegería pasase lo que pasase y le preocupó a James.

-Te encontraré mi niña- dijo una voz femenina con eco a mí alrededor y me desperté de un brinco.

Mi imaginación seguía jugando conmigo, me incorporé bien en el borde de la cama, miré el reloj  que estaba en la mesa de noche y eran las seis y media de la mañana, dentro de media hora tenía que estar lista para entrenar.

Me bañé, me coloqué una camiseta y unos pantalones militares que me había regalado Lindsay justo para el entrenamiento, me puse los converse y salí corriendo de la habitación. Fui directamente a la cocina a prepararme cereal, lo comí lo más rápido posible y salí al patio. Todos me estaban esperando.

-Justo a tiempo- dijo Orlando mirando su reloj de pulsera -Creo que te debería presentar a quienes te van a entrenar- añadió señalando solo a dos de los licántropos -Lindsay te enseñará a manejar tus saltos y velocidad, James varias formas de lucha y yo datos curiosos sobre los Eternos; no veras todas las clases a la vez. Empezaras con Lindsay-

Miré a Lindsay y me pregunté como haría para enseñarme el salto sabiendo que los licántropos no tienen esa característica. Todos se entraron excepto Lindsay y yo.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Where stories live. Discover now