Capítulo 3

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Ya estando afuera del aeropuerto abordamos un taxi con facilidad; el taxista nos miró un poco raro por el retrovisor y luego me sonrió, podría tener unos veintiocho años, tenía el pelo hasta los hombros y era de un negro pálido, descolorido y grasoso…

-¿Habla español?- preguntó Iván interrumpiendo mis pensamientos.

-Sí- dijo dirigiéndose a Iván, y luego se volteó a verme, me dedicó una pícara sonrisa y continuó -Casi todos los habitantes en Toronto hablan inglés y francés, y unos pocos español. ¿A dónde los puedo llevar?-

-Por favor llévenos al Hotel Liberté- respondí sonriéndole.

Ya íbamos a medio camino, y lo que había visto era hermoso, sentía como si estuviera en un lugar donde ya había estado, pero fue raro para el poco tiempo que llevaba en dicha ciudad.

-¿Desde cuándo le sonríes a los taxistas?- me susurró Iván al oído.

Volteé la cabeza para responderle y nuestras narices se juntaron. Su respiración me daba un ambiente muy familiar y sus ojos de cerca se veían aún más claros de lo que normalmente eran. Me corrí a la derecha para apartarme un poco de él, la verdad es que no quería que la amistad con Iván se volviera incómoda o más incómoda de lo que ya estaba.

-Fue por educación- respondí.

Ese no era mi comportamiento normal, nos molestamos mutuamente y nos reímos de algunos de nuestros errores. ¿Qué es lo que ahora está pasando?, me pregunté mentalmente.

-Listo, ya llegamos al Hotel Liberté - dijo el taxista.

-Gracias- dijo Iván pagándole.

Me bajé del taxi, asombrada del hotel tan grande que habíamos elegido, aunque la verdad nunca me había hospedado en un hotel, y mis padres nunca me habían llevado a ninguna ciudad donde no tuviéramos familia para hospedarnos en su casa.

-¿Qué te parece?- dijo Iván sacando las maletas del taxi.

-Genial- respondí con una sonrisa que se estaba dibujando en mi cara.

Nos registramos en la recepción, gracias a Dios hablaban español, y nos tocó la habitación C.63. El hotel era grande y lujoso, pensé que si no nos hubiéramos tomado mis ahorros para la universidad, no costearía un hotel tan lujoso en mi vida. Subimos hasta el sexto piso en el elevador.

-Esta es nuestra habitación- dijo Iván.

Entramos, en la mitad de la habitación había dos camas dobles, con tendido de color gris, a la derecha de la primera cama, había otra puerta que llevaba al baño que tenía tina y ducha, y además sospechaba que el vestier era demasiado grande para las cosas que llevamos Iván y yo.

-Genial, esta habitación es demasiado grande como para dos personas- dijo Iván.

-Coincido contigo- dije sorprendida de la habitación tan grande que había ante mis ojos.

Desempacamos en el closet que había en el vestier, hicimos lo posible para ocuparlo, pero era tan grande que aun así con las cosas de los dos nos quedó sobrando la mitad, como lo sospechaba.

Cuando terminé de desempacar me tiré en una de las camas dobles, Iván se sentó al lado mío

-¿Bonnie que te parece si vamos a cine?, tengo entendido que hay uno cerca- preguntó Iván ruborizándose.

-Claro, pero tú pagas- dije levantándome de un brinco de la cama.

Salimos del hotel, y tuvimos que caminar cuatro cuadras para llegar al teatro.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora