Capítulo 27

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Desperté entre escombros, estaba paralizada del asombro de hallarme allí, de lo que antes pudo ser un edificio hermoso, las cenizas nublaban mi vista, al parecer se había quemado, pero también había sido derrumbado, de eso estaba segura, cortes tan precisos y limpios en las ranuras que quedaron en algunos escombros no podían ser de un incendio que sospecho que fue causado intencionalmente, no por accidente. Vi como el cabello que caía en mis hombros, largo y oscuro, estaba lleno de cenizas, tanto que parecía gris con mechones cafés. Me toqué mi cara mientras me paraba lentamente saliendo del aturdimiento, mi cara estaba llena de polvo mezclado con cenizas y gotas que empezaban a caer del cielo.

-Maldita sea ¿Qué ha pasado aquí?- susurré asustada y entonces en ese preciso momento algo extraño pasó, una bomba estalló debajo de mis pies, sentí como mi piel se acaloraba pero no ardía, cerré los ojos y un segundo después los volví a abrir, la bomba que había estallado no me hacía daño, lograba ver como su fuego recorría mi piel jugueteando con mis cabellos y después haciendo que mi cabello se elevara, pero no me incendié; así que solo aprecié la bella llama que brotaba de la tierra donde se encontraba una bomba ya usada, sus ramas de fuego eran tan precisas y a la vez escalofriantes, mi instinto le tenía miedo al fuego, porque obviamente desde que era pequeña me enseñaron a no jugar con él porque me podría hacer daño, pero ahora lo miraba con otros ojos, con los ojos de la verdad, lo que en verdad era, una simple llama que quiere arder de vida y poder que puede llegar muy lejos y hacer mucho daño a los demás, pero a mí no. Sonreí, no me importaba como rayos había llegado aquí, solo quería esta llama, sentía que para eso estaba aquí.

La llama no se consumía, solo seguía ardiendo. Por un momento dejé de apreciarla, y me puse a ver lo que había afuera de ella, por un momento me quedé sin respiración, por Dios, una guerra; una batalla ocurría en este preciso instante frente a mis propios ojos y al parecer ellos no me veían, pero yo tampoco lograba distinguirlos muy bien, pero no hacía falta, sabía que eran los Eternos luchando por mí, es decir, no por mi sino por lo que yo había causado. No musité ni una palabra y cerré los ojos con tanta fuerza que temí arrancarme los párpados, pero haría cualquier cosa para quitarme dicha escena de mi mente.

Los volví a abrir, pero esta vez seguía en la llama, estaba en una especie de bosque y al frente mío unas cuantas sillas formadas con raíces de troncos de árboles, una hermosa escena a comparación de la anterior, mis ojos me ardían, como si les entrara agua salada, lo más irónico que me podía pasar sabiendo que estaba dentro del fuego que acariciaba mi piel.

Cerré mis ojos de nuevo y cuando los volví a abrir estaba en mi habitación, sudando, acalorada y agitada. Me froté los ojos con la sábana, era sudor, el agua salada en mis ojos dentro de la llama, era sudor; todo había sido un sueño de nuevo, llevaba varios días proyectando lo mismo en mi mente mientras dormía, pero a la vez diferente, siempre cambiaba algo que me hacía creer que no era una ilusión causada por agotamiento, todo tan realista.

Respiré profundo y me levanté al baño, me lavé la cara tratando de pensar en otra cosa que no fuera la batalla que se avecinaba. Ya habían pasado cinco días después de que me había enterado de la batalla y de que James era un Valcourt, todos los días había estado entrenando con Lindsay en la azotea, ni modo de arrimarme a James, Bill se daría cuenta de lo que paso y se enojaría conmigo y este momento es lo que menos deseo. Me metí a la ducha, el agua en cierto sentido me hería a comparación del fuego de mi sueño, aunque el agua me daba fortaleza, pero el fuego me daba vida. Salí de la ducha y me organicé, lista para otra clase de pelea con Lindsay y no es nada cómodo con ella, cuanto desearía que fuera James, él me divertía y simplemente también me gustaba su mirada cuando quedábamos pegados por la pelea y nuestros sudor se mezclaba, no lo decía, pero estaba segura que me deseaba, por eso siempre terminaba ruborizándome.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Where stories live. Discover now