Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]

Capítulo 20

-Vuelve, por favor- dijo alguien a mí alrededor, una voz lejana y se produjo un eco durante unos segundos, luego abrí los ojos y miré a mí alrededor tratando de buscar a alguien cerca, pero no había nadie, yo en cambio seguía en la habitación de la casa de hospedaje de los licántropos. Respiré profundo, por un momento pensé que la voz era la de Bill.

Me organicé un poco ya que aún no me había querido bañar y tendí la cama sin poderme quitar esa voz de mi cabeza, estaba casi segura que era la voz de Bill, pero eso es casi imposible.

-Espero que hallas dormido bien, hoy será un día muy largo- dijo James que había abierto la puerta de mi habitación.

-Pensé que eras cortés, primero se toca a la habitación de una mujer antes de entrar- dije en tono sarcástico, pero estaba en un camisón que por poco deja ver mis bragas.

-Da igual- dijo tranquilamente.

-¿Da igual? ¿Qué harías si por alguna casualidad del destino, en el preciso momento que abrieras la puerta de la habitación me encontraras en ropa interior o peor, desnuda?- dije jugando.

-No me quejaría- dijo sonriendo pícaramente y en ese instante como si estuviera en cámara lenta, tomé una almohada de la cama y se la dirigí a la cara de James. Él rió cuando la almohada se estrelló contra su cara y después entró a la habitación y volvió a colocar la almohada de donde yo la había tomado.

-De esa velocidad es de la que yo hablaba ayer- dijo orgulloso.

-¿De qué velocidad hablas?-

-De la velocidad con la que me tiraste la almohada a la cara, si hubiera sido con velocidad humana no me hubieras tomado de sorpresa-

-¿Te tomé de sorpresa?- dije mientras se me dibujaba una sonrisa en la cara y empezaba a juguetear con un hilo que una almohada tenía suelto.

-Solo lo dije para subirte la autoestima respecto a los Eternos- dijo dándome la espalda. James estaba de un lado de la cama y yo estaba del otro lado, y apenas me dio la espalda, tomé la almohada que tenía suelto el hilo y se la lance directo a la nuca.

-¿Cómo te atreves? ¿Te doy la espalda un segundo y ya me estás atacando?- dijo volteándose y mirando falsamente indignado, y en ese momento se desató una guerra de almohadas, no tengo la menor idea de quién iba ganando o si aunque sea estábamos contando puntos, solo me divertía, todo pasaba en cámara lenta, a veces las almohadas que James me tiraba me pegaban, pero gracias a mis reflejos lograba esquivar la mayoría.

De un momento a otro, cuando me volteé para tirarle una almohada a James, él ya no estaba al otro lado de la cama si no que estaba encima de la cama y en la fracción de un segundo me tomó del brazo y me atrajo hacia la cama y en otra fracción de segundo mientras tomamos una almohada cada uno y nos seguíamos pegando con las ellas, nos enredamos y caímos al piso, donde él quedó encima de mí y lo único que separaba nuestros cuerpos era una almohada que había quedado verticalmente desde mi pecho hasta donde inician mis muslos. No estoy segura de lo que él puede estar pensando, igual yo lo único que puedo notar en este instante, es que aunque tengamos una almohada que separe nuestro pechos, puedo sentir como su respiración se acelera poco a poco, el problema es que creo que él también puede sentir como se acelera la mía. Nuestras miradas siguen conectadas, es como si ninguno de los dos se quisiera inmutar o mover de alguna manera.

-Yo que pensaba que te ibas a reprimir más respecto a ella, creo que estás haciendo todo lo contrario, además ella está mostrando sus muslos- dijo Lindsay que había acabado de vernos y se había recostado en la puerta de la habitación. James se levantó lentamente, tomándose su tiempo para incorporarse bien y volver a la realidad, cuando ya estuvo parado le sonrió a Lindsay, yo en cambio me ruboricé y me organicé mi camisa tratando de que se vea lo menos posible de mi piel.