Capítulo 24

33.6K 1.2K 139
                                    

Después de media hora de dar vueltas sin saber a dónde ir, mi enojo se había calmado un poco, respiré profundo muchas veces para evitar pegarle por comportarse así conmigo.

-He estado pensando en lo que pasó ayer- mencionó cuando estábamos pasando al frente de un centro comercial.

-¿Ah sí? ¿Has pensado en lo mal que me sentí cuando te apartaste?- pregunté conteniendo mi enojo, pero no lo hacía muy bien que digamos.

-De verdad que lo siento, en ese momento solo pensé en mí- dijo frenándome y volteándome para que lo mirara a la cara.

-Entonces déjame decirte que eres la persona… es decir, el Eterno más egoísta que conozco- dije asqueada.

-Lo sé- dijo y bajó la mirada, me sorprendió que lo reconociera a la primera, pensé que no reconocería que era egoísta -En ese momento no pude evitar pensar en esa noche que me contaste todo lo que te había pasado, me contaste que habías besado “al chico de los ojos azules” y créeme, eso me enojó bastante- mi aspecto cambió totalmente, aunque aún estaba enojada no podía evitar mirarlo con ternura.

-No lo debiste recordar, ayer solo estábamos tú y yo, nadie más-

-Y hoy también estamos solos- dijo con un brillo en sus ojos, se acercó rápidamente pero yo reaccioné rápido y coloqué mi mano en sus labios que tan solo le faltaban unos centímetros para que se juntara con los míos.

-Ahora llega mi turno de rechazarte- dije sonriendo pícaramente y seguí caminando; él se quedó un rato pensativo estatua donde estaba, después sonrió y me alcanzó.

Caminamos un buen rato en silencio y el único gesto que él hizo fue tratar de tomarme de la mano, y aunque estaba haciendo mucho frio y se me había olvidado pedir guantes de lana a Vera, lo evité.

-¿Quieres algo de comer?- preguntó cuando pasamos al frente de una pequeña tienda mexicana, denegué con la cabeza -Si cambias de opinión entra y ordena, estoy seguro que hablan español- entró a la tienda y cuando lo perdí de vista entré yo también, la verdad si quería comer algo pero no quería que él me lo comprara nada. Sentí la campanita que indicaba que James había salido de la tienda y tomé un paquete pequeño de papitas y una pequeña bolsa de gomitas, quería comprar una chocolatina, pero no encontré, todas traían almendras o maní, y a mí no me gustan así. Me dirigí al mostrador de la tienda.

-¿Tiene chocolatinas sin maní o almendras?- pregunté al vendedor mexicano.

-De hecho hace poco compraron la última chocolatina que no tenía nada de lo que mencionas-

-Entonces será esto- dije mostrándole las papitas y las gomitas.

-Son dos dólares con veinticinco centavos- dijo el vendedor, ¿En serio era tan despistada?, estaba tan distraída en que James no me invitara que se me había olvidado completamente que yo no tenía dinero; miré por la ventana de la tienda, James tenía que estar afuera, solo le pediría dos dólares con veinticinco centavos, no era mucho, simplemente tengo que tragarme mi orgullo.

-Ya vuelvo- le dije al vendedor y salí; miré a ambos lados para buscar donde se encontraba James, no era tan difícil no verlo, no había nadie en esa cuadra. Cuando lo hallé me dirigí hacia él.

-James necesito que me prestes dos dólares con veinticinco centavos, por favor- dije con pena, o mejor dicho, tragándome mi orgullo que pasaba filoso por mi garganta.

-¿Ah sí? ¿Y cuándo piensas pagarme?- preguntó con una ceja levantada y una sonrisa de malicia en su cara.

-¡Oh por favor! Hace unos minutos me ibas a invitar- dije desesperada, la verdad si quería esas gomitas, en el paquete decía que eran mexicanas y ácidas, y adoro lo ácido además del chocolate.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Where stories live. Discover now