Capítulo 13

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De nuevo me encontraba en ese bosque frio y extraño, pero esta vez estaba nevando. Noté algo que no había visto antes en la espesura, unas hojas como de cuaderno, pero estaban un poco ocultas por una ligera capa de nieve.

Escarbé un poco para obtenerlas, cuando ya estaban libres de nieve las observé, no eran hojas de cuaderno, eran hojas de calendario y había una fecha señalada con un marcador rojo, diciembre treinta y uno. ¿Qué querrá decir esa fecha? ¿Qué pasará en diciem…?

-Yo sé que significa- dijo un voz femenina interrumpiendo mis pensamientos.

-¿Quién eres? ¿Dónde estás?- pregunté dejando caer el calendario.

-Sigue mi voz- dijo de nuevo, un poco más aguda de lo normal, pero no me incomodaba, antes me atraía.

-Pero ¿Quién eres?- pregunté un poco desesperada.

-Sigue mi voz- repitió.

Desesperada corrí hacia el frente mientras esa voz femenina repetía que siguiera su voz. No lograba encontrarla, ¿Hacia dónde tenía que correr? De un momento a otro ya no parecía que estuviera en el bosque, parecía otro lugar, había senderos, aceleré el paso. Estaba buscando señales para ver si reconocía el lugar.

¿Cómo no lo había reconocido antes? Había pasado toda mi niñez aquí, el Parque Nacional Orbil, ¿Pero qué hacía aquí?

-Bonnie- dijo una voz masculina, volteé a ver quién me había llamado, era Bill.

-Bill ¿Qué haces aquí?- pregunté.

-Bonn…- dijo con un hilo de voz, luego se desplomó boca abajo encima de un rosal y empezó a manar sangre de su espalda. Corrí hacia él, no me importó si me lastimaba con las espinas del rosal.

-¡No! Bill no mueras- grité desesperada -Revive por favor. No mueras- estallé en un mar de lágrimas, ¿Quién le pudo hacer eso a Bill? No lo quiero perder, solo quiero que alguien lo ayude.

Después de unos minutos dejé de llorar y empecé a sentir rabia, es un eterno ¿Quién lo pudo matar? Lo voy a vengar, lo juro.

Hubo un momento que pensé escuchar el aullido de un lobo, pero seguro era solo mi imaginación. Me fijé en la mordida que tenía Bill en su espalda, era tan grande y rara, obviamente no pudieron ser los cazadores de Eternos, al menos que tengan un hocico gigante. ¿Hocico? ¡Eso es!, no fue un eterno o un cazador, fue un lobo, ya había visto un lobo en ese Parque, demás que habían muchos más, los lobos casi nunca se desplazan solos. Necesitaba encontrarlo y matarlo, necesitaba fuerza para con mis propias manos despedazarlo por haber matado a Bill.

En ese momento escuche un gruñido detrás de mí, conservé la calma, me paré lentamente aun dándole la espalda, cuando ya estuve bien parada y firme, el lobo volvió a gruñir y en ese instante volteé bruscamente para abalanzarme sobre él.

-No puede ser, ¿Cómo has estado vivo todos estos años?- pregunté ya que para mi sorpresa era el mismo lobo de pelaje negro azabache que había visto en el Parque hace muchos años atrás, un lobo no vive tanto tiempo.

El lobo raramente también se quedó paralizado, aun así yo seguía pensando en despedazar al que le había hecho daño a Bill, no importaba que fuera el lobo más hermoso que he visto.

Ahora si me abalancé sobre él y justamente cuando estaba a punto de caer sobre él, ya no era lobo, era un humano, caí sobre él y alcancé a ver sus ojos verdes profundos, sentí como si me hubieran consumido después caí en un profundo vacío negro.

No paraba seguía y seguía cayendo, como si no tuviera fin, pero si había algo en el fondo lo había acabado de visualizar, era el árbol de flores de azul cristalino, pero ahora también había flores de un verde profundo, y justo antes de tocar el suelo, desperté.

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora