44©-Picnic

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Capítulo dedicado a @Sandra1609. Seguid votando y comentando para seguir publicando y dedicado.

Le sonrío.

Me sonríe.

Mira al frente.

Miro al frente.

Y echamos a correr.

Le acabo ganando porque el llevaba la cesta encima. Me dejo caer en el campo de flores rojas y simulo hacer un ángel.

Se sienta a mi lado tras tender la manta a un lado y observamos el atardecer delante nuestro.

Tuvimos que salir muy lejos de Seattle para encontrar un lugar tan bonito y solitario como este.

Me levanto para sentarme encima de la manta y Dante saca los tapers con la comida y la botella de vino con las dos copas.

Me preocupo en servir el líquido mientras él pone las porciones de comida en cada plato.

Creo que ésta es la cosa más bonita que Hannah había decidido hacer.

42. Hacer un picnic.

Mientras comíamos los sándwiches de salami, hablamos sobre todo.

Desde lo bien que le quedaba el pelo corto hasta el tiempo que haría mañana.

Me encantaban estos momentos con él. En los que olvidaba su actitud defensiva o su mal humor o peor, su actitud infantil.

Dante era una persona difícil de llevar, solo se tenía que saber cómo controlarlo.

-¿Y porqué no te gustó la película? - mi voz denota lo indignada que estoy.

-Es que no hay por donde cogerla. Por ejemplo, no sabes si son fantasmas o no.

-No lo eran. Era Jack que hacía las voces.

-¡¿Y entonces porqué enseñaban a sus hermanos tal cual?!

-¡Pues para engañar al espectador, Dante, no hace falta ser un genio para entenderlo!

-Y luego está el caso de su padre. ¡¿Estaba muerto o vivo, era un demonio o era él vivo?!

Ruedo los ojos.

-No estaba muerto. Se alimentó de agua que almacenaba de la lluvia y se comía las ratas y los bichos que pasaban por el ático- le resumo.

Me mira.

Le miro.

Asiento.

Empieza a asentir lentamente.

Sonrío.

Suspira.

-Sigo sin entenderlo- me tapo la cara con las manos- Lo siento pero nunca habrá película más rara que El secreto de Marrowbone.

-Y nunca habrá hombre más raro que tú, Dante.










-¡Dante, para!

Mi risa y la suya truenan por todo el piso mientras sigue lanzándome pintura con la brocheta.

Estoy bañada en pintura negra, al igual que él. Aprovechamos que la siguiente cosa en la lista de Hannah era pintar una habitación, para cambiarle el color a la nuestra.

Y no había mejor color que el negro, según Dante, así que aquí estábamos, correteando como niños y lanzándonos pintura.

Unos golpes suenan en la puerta y Dante como un caballero se ofrece a abrir. Se resbala en un charco de pintura y yo me acabo cayendo de la risa al suelo.

LA LISTA DE HANNAH✓Where stories live. Discover now