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Capítulo dedicado a @Sandra1609. Seguid votando y comentando para seguir publicando y dedicando.

Maratón 1/3.

-No me gusta nada lo que tienes en mente.

-Pues te jodes ya que me hiciste una promesa. Y no vas a entrar- le señalé amenazadoramente y él rodó los ojos.

Tras suspirar, abrí la puerta y bajo el cielo del atardecer, entré en la empresa.

Todo estaba bien colocado, todo estaba limpio y bien ordenado. Y ni hablar de la vestimenta de las empleadas aquí.

Suspirando, me acerqué a la secretaria, pero dos hombres se me adelantaron.

Es entonces cuando me paro en seco. Era gilipollas.

Si me acercaba a ella y le decía que quería ver a su jefe, ella me diría que necesito cita y dado la grandeza de esta empresa, debe de ser un hombre muy ocupado.

Así que cuando un grupo de hombres uniformados con maletines se pusieron delante del ascensor para subir, yo me acoplé junto a ellos.

Suspiré cuando estuve dentro del ascensor, y les escuché hablar sobre estadísticas y más mierda de empresas.

Nos dejó en la segunda planta y yo salí detrás de ellos, aunque me detuve cuando se metieron en lo que parecía una sala de reuniones.

Suspire y miré a mi alrededor en busca de alguna placa que me diese alguna pista sobre la dirección que debía tomar.

-¡Llevadle el maldito documento al jefe, tiene una conferencia dentó de tres minutos!

Esa voz captó mi atención y me hice a un lado cuando una rubia con papeles en la mano, echó a correr como pudo hacia la puerta doble del fondo.

Dio unos toques y más tarde, roja, entró. Yo caminé a paso rápido hacia allí, y vi que dejó la puerta entre cerrada.

No se escuchaba bien lo que le decía a alguien, ya que su cuerpo me tapaba al individuo.

Pareció disculparse y mi boca se abrió cuando vi la mano del individuo dirigirse al trasero de la muchacha para apretarlo y acto seguido darle una nalgada.

Me aparté, unos metros solamente, para no tener arcadas.

Volvió a salir al cabo de unos segundos y ni si quiera me miró al pasar por mi lado.

Elevé una ceja al caminar hacia la puerta de la que acaba de salir, y fulmino mentalmente a la puta puerta con la placa de JEFE en grandes letras doradas.

No me molesté en llamar, solo di un breve repaso a mi alrededor, vigilando que nadie estuviese viéndome y entré.

Me sorprendí al ver al anciano que tenía en frente. Supuse que si les entraba a sus empleadas, al menos tendría que tener algún tipo de encanto.

Pero no, es un viejo baboso. Un gran y viejo baboso.

Sus ojos oscuros me miraron interrogantes aunque no pasé por alto el repaso que me daba de arriba a abajo.

-¿Se le a perdido algo, señorita?

Sonrío y camino hasta su mesa. Puse mis manos encima de ella y me incliné hasta estar a escasos metros de su cara.

Mi sonrisa ladeada seguía en su sitio.

-A mi nada, señor, aunque creo que usted perderá algo si no hace lo que le diré a continuación.

Es evidente la sorpresa en su rostro.

-Quiero que ponga a su empleada Stacy de secretaria ahora mismo. Y secretaria fija, con contrato de años- Le señalé con el dedo cuando fue a hablar, así que cerró la boca- Y si no hace lo que le digo, debo decirle que he visto a unos irresistibles guardias patrullando la calle de enfrente, que estarían encantados de ver un vídeo que tengo de un señor dándole una nalgada a una jovencita.

Pálido como la nieve, tragó saliva al verme sacar el móvil.

Elevé una ceja y cuando me erguí, sonreí cuando le vi asentir frenéticamente.

Ja, cobarde.

-Ha sido un placer hacer negocios con usted, señor.

Y acto seguido, salí caminando alegremente fuera de la empresa.

Cuando me monté en el sitio de copiloto, Dante me miraba con una ceja levantada.

-¿Debo tomarme esa sonrisa como algo bueno, o debo preocuparme?

Le conté lo ocurrido y su carcajada inundó el coche.

Incluso se le saltaron un poco las lágrimas. Me dijo que nunca me había podido imaginar con la faceta de tipa dura.

-¿Y que vas a hacer con el video? - pregunta parando en un semáforo en rojo.

Me giro hacia el y trato de no reírme.

-¿Qué video?

Y rompió en carcajadas de nuevo. Y no pude evitar acompañarle.

Era cierto, no gravé nada, pero siempre hay que tener un buen plan para algo que quieras lograr.

Bajamos del coche cerca de las nueve de la noche. Habíamos parado unos segundos en un lago para andar un rato, aunque acabamos corriendo uno detrás del otro, como adolescentes.

-Si quieres podemos hacer algo ahora. No estoy cansada- digo mientras caminábamos hacia el bloque de pisos.

Me pasó un brazo por los hombros y subí la mirada para observar sus labios dirigirse a los míos.

Me paré en seco para poder saborear cada deliciosa parte de sus hermosos labios.

-¡GRACE!

Di un brinco y Dante me hizo a un lado para girarnos. Elevé las cejas al ver a una Stacy corriendo como loca hacia nosotros.

Tenía lágrimas en los ojos y su vestimenta estaba arrugada. Sus zapatos de tacón estaban tirados cerca de su descapotable rojo.

-¿Que...?

La frase se ahogó cuando se abalanzó sobre mí para abrazarme.

Como le daba la espalda a Dante, pude ver cómo este se apoyaba sonriente contra su coche.

La chica jadeaba y parece que casi le iba a dar algo.

-N-no te puedes... No te puedes imaginar lo que a pasado... - solloza con voz rota y sus ojos estaban llorosos.

Me hice la ignorante y le pregunté.

-¡MI JEFE ME HA LLAMADO PARA DECIRME QUE EL PUESTO ES MÍO! - gritó y yo intenté formar una cara de sorpresa que valiese la pena- Me ha dicho que tuve razón en lo de que se sobrepasaba con las empleadas y me ha dado un contrato de tres años. ¡TRES AÑOS, GRACE!

Mis ojos escuecen cuando la vuelvo a atraer hacia mi.

-Me alegro mucho por ti, cariño, mucho... - susurro mientras sigue temblando y llorando contra mi.

Stacy es alguien que pocas veces se deja ver llorar, solamente cuando algo le afecta demasiado, que no puede aguantar más.

Quien la viese a primera vista la cogería asco, ya que parece la típica pija con vestimenta rosa, ya que hasta yo pensé eso cuando la vi.

Pero la verdad es que es algo más.

Le acaricie la espalda y no pude evitar soltar las lágrimas.

-No la he fallado, Grace... - solloza con voz rota- No le he fallado a Hannah...

Aprieto nuestro abrazo y veo cómo Dante retira la mirada de reojo.

Creo estar pensando lo mismo que él.

Que solo esperamos nosotros también no fallarla.

LA LISTA DE HANNAH✓Where stories live. Discover now