6©-Dog

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-Entonces...

Ruedo los ojos y dejo de golpe la cuchara en mis cereales de chocolate. Parece que todos se han puesto de acuerdo hoy en no dejar a Grace desayunar.

Mi hermana, cruzada de brazos, sigue observándome.

Con los ojos negros que tiene, a veces te llega hasta a intimidar. Desearía haber tenido sus ojos. Pero los míos café oscuro no intimidan nada. Claro que para seducir, soy la primera.

Os pongo al corriente de la estúpida situación. La cotorra de mi abuela nos vio a mí y a Dante ayer por la noche y se lo contó a la marginada de mi hermana.

Y bueno, digamos que llevan tiempo sin verme aparecer con un chico. Mi hermana ya estaba sospechando de mi sexualidad. Exacto, le dijo la sartén al cazo.

-No es nadie. Solamente es el hermano de Hannah- al nombrar a ésta, la mueca que tenía puesta en la cara desaparece.

Hannah y mi hermana no se llevaban demasiado bien, o eso es lo que intentaban hacernos creer.

Pero yo fui testigo de cómo mi hermana se pasaba horas deshagoándose con ella sobre el tema del amor. Hannah era una buena psicóloga. Era lo que iba a estudiar, si el destino no le hubiese arrebata el aire, claro.

-¿Y qué tienes tú que ver con su hermano? Según la abuela, era guapo, pero se le escapó también en la frase el apodo de macarra- susurra.

No pude aguantarme la risa y exploté.

Exactamente, ése era el apodo que hace tiempo intentaba encontrar para Dante. Desde luego que las novelas que ve mi abuela, enseñan mucho.

-A ver, deja de mirarme así- le digo- Estuvimos por ahí hablando de nuestras vidas y haciendo gilipolleces, y como era tarde, él decidió traerme en coche. Ya está- digo cogiendo mi móvil al escucharlo sonar.

Un número desconocido aparece en pantalla y frunzo el ceño.

-Grace, siento ser una pesada, pero no quierro que corras por el mismo camino que yo corrí y...- se calla cuando la silencio levantando la mano.

Descuelgo.

-¿Sí?

-Hola holaaa, morena- abro los ojos como platos y casi escupo la leche e mi boca.

La mirada interrogante de mi hermana me hace aclararme la gargante.

-¿Cam?- pregunto asombrada.

-¡Bingo! Dante me debe cinco pavos porque te has acordado de mí- no puedo evitar sonreír, pero al escuchar su nombre, se me borra de golpe.

-¿Dante te ha dado mi teléfono?- frunzo el ceño- ¡¿Y cómo demonios a obtenido él mi teléfono?!

Se escucha su risa, parece que esto realmente la divierte.

-No lo sé, solo sé que quiero quedar contigo para tener una mañana de chicas.- suelta de golpe y medio sonrío.

-¿En la heladería del centro en quince minutos?- pregunto levantándome.

-En la heladería del centro en quince minutos- confirma y cuelga.

Me guardo el móvil y me bebo rápidamente la leche que queda en el tazón.

-¿Vas a salir?- pregunta y asiento.

Antes de salir por la puerta, la observo que mira el suelo, y es lo que me hace hervir por dentro de la rabia.

-Que tú hayas tenido una mala experiencia con los hombres, no significa que yo también, ¿entendido?- su mirada se cruza con la mía- Joder, sal y diviértete por una vez en tu vida, ¿quieres?

LA LISTA DE HANNAH✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora