CAPÍTULO 48: SÓLO TU Y YO

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-Ana... Mi Ana...- gime al sentir como mordisqueo y beso su cuello.

Él recorre mi cuerpo, a la vez que lo desnuda, y suspira. Le desabotono con cuidado la camisa y él se aparta y me mira con atención.

Yo solo le sonrío y muerdo mi labio, continuo lo que estaba haciendo y me toma entre sus brazos, me lleva al sofá que está cerca de la puerta y se sienta, conmigo sobre de él. Desgarra de un tirón mis bragas y sin más, se abre la bragueta del pantalón, para en un solo movimiento invadirme.

Acalló mis gemidos en su boca y siento como se estremece con mis caricias. Él quiere moverse rápidamente, pero tomo el control de la situación y me muevo lentamente...

-Ana... más... dame más, nena...- exige susurrando en mi oído.
-Si, bebé... Calma- le respondo y lo besó con suavidad.

Así es como logro calmar su ansiedad, él lo comprende y me acaricia la espalda y me quita el brassier, acaricia con el dorso de sus manos mis pechos y ahora la que trata de no hacer ruido, soy yo.

Muerdo mis labios y tiro de su cabello, las sensaciones son muy intensas, y yo estoy muy excitada... Soy como arcilla entre sus dedos.

-Nena...- me llama suspirando
-Aquí estoy, bebé...- acaricio su cara y lo miro.
-Si, y nunca más nos vamos a separar...- dice.

Pensar en volver a alejarme de él, me hace temblar. No voy a volver a sufrir ni a herirlo a él. 

Lo beso y le doy la razón. Así continuamos.

Lentamente...
Suave...
Cálido.

Christian siempre ha Sido cálido. Me encanta eso. Me hace sentirme protegida.

Cuando estoy a punto de estallar, lo beso y sin poder evitarlo, me muevo rápidamente. Christian gruñe y se mueve a mi ritmo. Me besa con fuerza, con deseo, casi con furia. Le correspondo y ambos suspiramos al llegar al clímax.

-Nena...- me dice Christian al sentir mi cuerpo sobre el suyo.
-¿Qué sucede?- le respondo entre resuellos.
-Me encantas- me dice y besa mi nariz.

Nos abrazamos durante otro momento hasta que suena una alarma en el iPad.
Me levanto y le arrojo mis bragas rotas a Christian y él sonríe como si hubiera ganado el Nobel. Reviso el iPad y me indica que tengo una reunión con mi abuela y el equipo de construcción. Suspiro y levanto el resto de mi ropa del suelo. Christian se vuelve a poner la camisa y se pone su corbata y la americana. Me sorprende al tenerme unas bragas nuevas y sonríe.

-Siempre quise follar contigo en nuestros lugares de trabajo, ya nada más falta mi despacho.
-Estás loco- le respondo y se las arrebato.
-Por ti. Vamos, nena. Termina de vestirte o te follaré de nuevo- advierte y me da un azote juguetón.

Me pongo mi vestido y el sonríe.

- Me gusta más cuando me bajas la cremallera- le digo a Christian, cuando sube la cremallera de mi vestido.
- A mi también me gusta bajarlo, pero por más que me gustaría volver a bajarte la cremallera, tu abuela ya debe estar aquí.

Resoplo resignada. Ya habrá ocasión que me folle nuevamente.

Salimos de la oficina. Christian, se ve muy bien, está tranquilo y como siempre vestido con un traje elegante azul marino.

- ¿Ya llegó mi abuela?- Le pregunto a Hannah, un poco avergonzado.

Seguramente se dio cuenta en lo que estábamos Christian y yo.

- Claire, acaba de anunciarla.
- Vamos a la sala de juntas- le digo a mi novio.

En la sala de junta estamos a la espera de Ofelia. Hannah, dijo que ya había llegado pero aquí no esta. Iré a buscarla.

TE QUIERO SOLO A TÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora