CAPÍTULO 22: ¿DÓNDE ESTÁ CHRISTIAN?

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POV ANASTASIA

Sé de sobra que mi abuela me va a desollar viva en cuanto me vea, pero la ocasión que hablamos solo me dijo que sería su representante legal y líder del proyecto. Jamás me mencionó que yo sería copropietaria de una editorial y que tenía que hacer que ascendiera para lograr llevar un nivel adecuado de educación a las regiones tercermundistas.

Ahora que ¿cómo voy a hacerlo si también tengo que cursar el máster? Quiero viajar a Londres para cursar el doctorado en Letras modernas. Se pasó mi abuela y se vio muy «Carla» al tomar decisiones por mí. Así que «la mansa Ana y la dulce Ofelia» tienen que hablar muy seriamente.

Miro el techo del gimnasio al que me trajo Christian. Ambos estamos tumbados en unas colchonetas en el almacén. No sé de quien es este sitio, pero si a Christian se le permite entrar y usar sus instalaciones, es porque o se le tiene mucha confianza o no me está contando algo.

-Christian, ¿de quién es este sitio?- le pregunto tratando de no ser una metomentodo.
-Ah, es de un amigo. Se llama Claude - me responde mientras me rasca el cabello con las uñas. Se siente divino. -Nena, ¿no tenías que contarme algo?- añade y me levanta la cara para que lo mire.

Busco las palabras idóneas para explicarle y me quedo en silencio un buen rato. Tampoco le voy a contar con santo y seña, pero si no se lo cuento a alguien, de verdad me volveré loca. Tal vez, incluso me aconseje.

-Ah. Pueeees... Mi abuela se asoció con un tal Christian Grey para hacer un gran proyecto. Compró una editorial junto con él y la van a reestructurar para así poner en marcha una reforma educativa. Y resulta que yo voy a dirigir la editorial y el proyecto. No sé como lo voy a lograr si también tengo que hacer otras cosas.
-Nena, sé que suena aterrador. Pero si te lo propones, vas a lograr que funcione. Además tendrás un equipo de trabajo, así que no lo harás todo tu sola.

Sin dejar de rascarme la cabeza comenzamos a hablar. Nunca tuvimos una conversación así. Es la primera vez que conversamos sin interrupciones, ni interferencias de ninguna clase. Es relajante. Me escucha y me tomo la libertad de hablarle de mis inquietudes y complejos. De vez en cuando me interrumpe, pero me escucha y no me hace sentir boba.

En un instante se desvía la conversación a temas más personales, y de pronto, sin comprender qué me hizo hablar de eso, solo pregunté:

-¿De dónde conoces a Luziana Grant?
-¿De dónde la conozco? - repite la pregunta y se sienta. - Trabajé con ella hace años. Y ella puso en riesgo mi trabajo y el de muchas personas. Fue despedida y desde entonces no la volví a ver, hasta ese día en SIP cuando te dejé el almuerzo.
-Ah... Yo creí por un instante que habían tenido una relación...
-¿Celosa, señorita Steele?- me pregunta y me mira con una ceja arqueada.

¿Celosa? ¿En verdad siento celos de Luz? La verdad es que no lo sé. Nunca me había cuestionado tanto sobre alguien. Ni siquiera con Paul.

-No lo sé. Tal vez...
-¿Cómo?- me pregunta ladeando la cabeza.
-Si. Es que me sorprendió la reacción que ambos tuvieron al mirarse ese día. Y luego ella me dijo que no podía hablar de eso. Se portó rara.
-¿Rara? ¿Es aceptable usar ése término en el mundo editorial?- me pregunta burlón.
-No juegues. El lenguaje evoluciona continuamente. Y sabes bien a qué me refiero.
-Si, pero también piensa en que si no te lo dijo, podría ser por vergüenza o por algo más serio. Como ya te expliqué, ella en su momento no procedió bien, y tiene que asumir las consecuencias.
-Vale - creo en su palabra. Y me aventuro a preguntar algo un poco más personal -¿Cómo defines lo que hay entre nosotros?
Digo... Estamos sosteniendo relaciones sexuales, y nos hemos confiado muchas cosas, pero te seré sincera: me parece que te he visto en otro lado, solo que no sé en dónde. A la vez te me haces un desconocido...
-Eh... No lo creo. De habernos visto en otro lado, te lo haría saber. Y creo que me estás conociendo bastante para el poco tiempo que tenemos de tratarnos.
-Pero creo que vamos muy rápido...
-No lo sé. Tal vez tengas razón. Pero creo que por ahora vamos bien.
-Es que no sé nada de ti.
-Vale. Dispara.
-Se que te llamas Christian James. Sé donde trabajas. Sé que te gusta mucho tener sexo...
-¡Ahí está! Ya sabes casi todo sobre mí.
-No. No sé nada de tu familia. No sé que estudiaste, es más, no sé si te gusta el té, o tu color preferido, o que música te gusta, tus pasatiempos, no sé nada. Y por mucho que tengamos relaciones sexuales estupendas, eso no lo voy a saber con una follada.
-¿Y eso es importante?
-Yo creo que sí. Si tomo como ejemplo a Kate y Ethan en cuanto a sus relaciones. Sé que ellos conocen de Elliot y Mia lo que te acabo de mencionar.
-Esta bien. Mi madre es pediatra. Mi padre es abogado. Tengo dos hermanos. Uno mayor, y una hermana que tiene tu edad. Estudié ciencias políticas y economía, pero no terminé la universidad. No soy de tomar té, me gusta más el café. Me gustan los colores oscuros. En cuanto a música, sé tocar el piano y soy ecléctico. Y mis pasatiempos son...

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