CAPÍTULO 18: ¡DEJENME EN PAZ!

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POV CHRISTIAN

-Christian, eres muy hábil para sujetar con cinta... - me comenta vacilante Anastasia.

Estoy de cuclillas en el suelo, sujetando con las manos en la espalda a la señora Aurora Morton.

-Eh... No es para tanto - respondo con falsa modestia. Esta chica no se imagina ni la mitad de lo que son mis "habilidades" (por llamarlas de alguna forma).

Estamos pendientes del teléfono, la senadora Mitchell-Lambert está organizando nuestro regreso a casa. Solo quiero llegar al departamento y encerrarme con esta mujer para ponerle una inyección y después follarla hasta que ella pierda el sentido o yo quede saciado de ella, lo que ocurra primero.

Pienso en lo despistada que es Anastasia. ¿De verdad no es muy buena recordando rostros? Es increíble... Esta mujer se codea con la elite de Estados Unidos y no se entera de nada.

Suena el teléfono y Ana chilla al oírlo. Está bastante alterada.

Llamada telefónica

-¡Abuela!
-Tranquila, tesoro - tranquiliza a Anastasia, -tengo gente trabajando en rastrear la llamada.
-¿Qué haremos Christian y yo mientras?
-¿Christian?- mierda. Ojala no la relacione con el apellido Grey -Hm... Es un lindo nombre.
-Si, y no es mi novio... Es un roomie, y un amigo -le explica a su abuela y tiene las mejillas teñidas de un rojo furioso.
-Buenos días, señora...- por fin intervengo y la saco de apuros.
-Llamame Ofelia, cariño. Ya habrá tiempo para presentarnos adecuadamente. ¿Han inmovilizado a esa chusma?- cambia de tema. Lo agradezco, no quiero pensar en conocer de nuevo a la senadora.
-Si, abuela - responde Anastasia.
-¿Cuantas personas eran? No los voy a exponer si son demasiados - pregunta con cautela.
-Tres. La vieja Morton, Paul y una mujer llamada Susannah.
-Aurora es una estúpida. Ni para extorsionar sirve - reflexiona en voz alta la senadora. Estoy muy de acuerdo.
-Ofelia, esperamos sus instrucciones - ya quiero salir de aquí.

Escuchamos que se aparta del teléfono y alcanzamos a escuchar voces. Reconozco la voz de Welch. ¿Qué hace ahí? También escucho la voz de una mujer, joven, me parece...

-¿Cómo vas, Luziana?
-¡Los encontré!
-Señor Welch, confirme localización y ruta.
-La tengo, senadora. Están en el parque Nacional Olympia.

TE QUIERO SOLO A TÍ Where stories live. Discover now