— Esto no es asunto tuyo, déjanos solas. — Lauren reclamó a Alex, con una mano en su cara por el golpe. La chica negó.

— Te creerás la puta abeja reina pero nadie se cree ese cuento. Acércate a hacerle daño y te parto la boca, Lauren. No creo que la zorra quiera arruinar su reputación. — aquello de verdad le dolió a Lauren, pues su mirada cambió. Intentó acercarse con los ojos de nuevo encendidos.

Me metí entre medio de ellas, alejando a Lauren. Puse mis manos en sus hombros, sus ojos me miraron, molesta.

— Vas a pagarlo, Camila. Quieres arruinarme la vida ¿He? Pues te voy a enseñar cómo hacerlo, lo vas a pagar. Desearas no conocerme ni gustarte un poco. Pero seguirás tan colada por mí, que lo odiaras. Lo veras. — sus ojos se oscurecieron y sentí miedo de que esos pensamientos tan oscuros vengan para mí. Yo, que siempre traté de ser lo mejor de su vida. De hacer lo mejor para su vida.

Aun así, tuviera que alejarme de ella.

— Lo siento, perdóname. No pensé que pudiera pasar esto. Por favor, Lauren. Perdóname. — pedí, casi le rogué. Pero sonrió de forma tan amarga que me asustó más de lo que estaba.

Se dio la vuelta, dejándome sola con Alex a mi lado. Me miró hasta el último segundo y no me hubiera importando seguirme arrastrando para que me perdonara. Pero Alex estaba aquí y estaba hablándome.

***

— Te entiendo, se lo que sientes. — me miró, sonriéndome amablemente.

Estábamos en el jardín, sentadas en una banca bajo los árboles. Algunos alumnos pasaban queriendo ir rápido a su siguiente clase o preparándose para el almuerzo.

Le conté todo, todo. Y es que pasé un rato llorando en sus brazos y no podía hacerlo y fingir demencia. Le conté mi historia con la chica de ojos verdes.

— Crees que soy idiota, ¿Verdad? — pregunté, alzando la vista. Ella se rio.

— No, te entiendo de verdad. — dio un golpecito a mi espalda, me quité los rastros de lágrimas. La campana sonó y ya era hora del almuerzo. — Vivía en otra ciudad, mis padres están separados y mi madre siempre ha sido algo... Tuvo un gran problema con mi sexualidad, pero lidiábamos con eso. — comenzó a explicar. — Conocí a una chica, ella me tocaba la pierna, se acercaba mucho a mí, me besaba, nos acostábamos de vez en cuando. Pero a pesar de todo, solo éramos amigas.

Ella contaba su historia como si aún lo sintiera, la había lastimado y lo sabias por la forma en que hablaba de eso.

— Luego me enamoré, creí que sentía lo mismo que yo por la forma en la que actuaba. Pero no. Se lo confesé y se rio en mi cara. — negué, ambas habíamos sufrido casi lo mismo. Solo que yo nunca había tenido ningún acercamiento con Lauren. — Pero siguió actuando igual y creí que estaba jugando conmigo. Pero decidí continuar y luego me dijo que regresó con su novio. Nos enojamos mucho, nos gritamos a más no poder. — me miró. Le sonreí, sabiendo lo que era eso.

— Por eso llegaste aquí. — terminé, ella asintió.

— Mi padre me ofreció venir aquí y no vi que sería malo. No he sabido nada de ella y me muero por saber cómo esta. Pero aquí estoy, contándole mis penas a una chica con más penas. — se rio, irónica. Me reí yo también.

— Lo tuyo acaba de pasar, lo mío fue hace tres jodidos años y sigo siendo una idiota. — negué, molesta conmigo misma.

— Vamos, Cam. A pesar del tiempo, yo seguiré también siendo idiota. Ambas lo somos. — negó, analizando nuestras situaciones.

Era irónico, la conocí y muy dentro de mí, buscaba una salida. Alguien de quien tal vez, podría deshacerse de Lauren dentro de mi corazón. Pero esa persona está luchando con el mismo problema que yo.

Como si pudiera gustarte |#CAMREN#|Where stories live. Discover now