Todavía pasaron un par de minutos más antes de que Chris se diera cuenta de que Sebastian no había abierto la boca casi desde que habían salido del hospital.

- Te estoy molestando con tanta palabrería, ¿verdad? Lo siento, hablo mucho cuando estoy nervioso.

- Intento entender. - Chris arrugó la nariz confundido. - Somos dos desconocidos, te he visto caminar por el hospital los últimos días; otro desconocido me asalta en casa y luego vuelve, al hospital diciendo que he hecho.... ni siquiera recuerdo lo que me ha dicho que he hecho y que le ha molestado tanto y luego llegas tú, con quien he cruzado la mirada un par de veces mientras estaba medio inconsciente, arriesgas el cuello contra esos dos matones y me dejas quedarme en tu casa para protegerme. ¿Quien eres?

- Soy Chris... Chis Evans, músico, nadie ne realidad. Pero te vi en problemas en el hospital, recordaba haberte visto y bueno, no se, no podía dejar que ese tipo te hiciera daño, con motivo o sin él.

Si era una buena excusa o no, Chris lo desconocía, había hablado sin pensar, porque no se le había ocurrido nada mejor, antes que contarle la verdad, para la que nosabía si estaba preparado.

- Es la peor excusa que he oído en mi vida. - Sebastian sonrió y se sentó en el sofá, no sin ocultar el dolor que sentía en buena parte de su cuerpo. - ¿Cuanto tardarás en contarme lo que no me estás diciendo? Supongo que ese será el tiempo que pase viviendo en tu apartamento hasta que me escandalice por lo que me digas y me vaya.

Chris abrió la boca para contestar, pero no lo hizo, porque no tenía nada preparado. Era bueno escribiendo letras de canciones, pero la improvisación no era la suyo, así que optó por decir una verdad.

- Vale, no quería que fuera lo primero que supieras de mi, pero se que te enterarás. Mi padre es Robert Downey.
- ¿El científico?
- El mismo.
- Pero tu has decidido ser músico. Por eso te has cambiado el apellido, para que nadie te relación con él.

Chris asintió, parecía que su excusa o su media verás habían hecho su trabajo y por el momento Sebastian no quería hacer más preguntas.

También podía ser que estuviera muy cansado y que las pastillas que le daban para el dolor no le dejaran pensar con claridad, pero al menos, eso le daba un poco más de tiempo para averiguar cuanto de su historia en común conocía Sebastian.

Su invitado improvisado dijo que se iba a dar una ducha. Se ofreció inconscientemente a echarle una mano, como gesto inocente de quien quería ayudarle, ya que no podía csmaianr bien y moverse era un problema.

Sebastian se puso todo colorado, le entró un ataque de tos por los nervios y comenzó a negar con la cabezapara desaparecer al otro lado de la puerta del baño.

A lo mejor no fue buena idea ofrecerse a verlo desnudo pero para él, que recordaba haber mantenido sexo con el soldado romano que tenía la misma cara de Sebastian, verle desnudo no era un gran problema.

Se sentó en el sofá, si Sebastian necesitaba ayuda lo escucharía sin problemas y podría ir en su ayuda, cogió el ordenador sea hacer tiempo y hacer algo para no pensar que ahora tenía en su casa a lo más parecido que podía imaginar al hombre de sus sueños.

Ya era casi una costumbre entrar en la página de VIA y echar un vistazo en los diferentes foros y temas para ver si había alguna novedad.

Poco a poco se había dado cuenta que siempre eran los mismos usuarios los que escribían asiduamente y sonrió al darse cuenta que los conocía bien.

Allí estaba el bombero Guzman diciendo que alguien le estaba registrando su cuenta habitualmente, el tipo británico, que estaba sorprendido de la amistad que había logrado crear con el chico que lo visitaba en sus experiencias y el que se hacía llamar Hunter que escribía preocupado porque no encontraba al tipo que decía ser el amor de su vida.

Una VIA para volver a encontrarteWhere stories live. Discover now